¿A qué te dedicas?

Soy Spiderman

Spiderman.
Spiderman.

Cada vez que me hacen la pregunta que flota sobre estas líneas no sé qué responder. Por ello, cada vez voy cambiando mi respuesta y aplicando un nuevo argumento.

—Soy escritor —digo.

—¿Pero vives de ello o es un hobbie? —inciden.

—Es una forma de vida.

Otras veces:

—Trabajo en marketing, pero soy escritor.

—¿Escribes artículos para SEO y esas cosas?

—No me has entendido. Aunque trabajo en marketing, escribo libros.

—¿Libros sobre marketing?

—Novelas, poemarios, algo de no ficción. Creo que voy a escribir sobre tu madre.

Y otras:

—¿A qué te dedicas?

—Me gano la vida trabajando en marketing para poder dedicarme a mi pasión: escribir.

—¿Y tienes tiempo para todo? Yo que tú me centraría en una cosa.

—Trabajo a jornada completa y saco tres libros al año. Tú verás.

—Alucino.

—Pepinillos —respondo, pero sin sarcasmo, en serio.

Y preguntan de nuevo:

—¿A qué te dedicas?

—Escribo. Aunque eso es un hobbie, trabajo en marketing.

—¿Y no te gustaría dedicarte a escribir profesionalmente? —insisten conociendo la respuesta.

—Claro —respondo no sin dolor en el alma.

—¿Y por qué no dedicas el cien por cien de tu tiempo a escribir? Así serías mejor escritor y podrías vivir de ello.

—Porque me gusta comer.

Más:

—¿A qué te dedicas?

—¿Que si tengo o que si quiero? —pregunto mordaz. 

A veces uno se agota. ¿A qué me dedico? A vivir. A veces a sobrevivir. En un mundo donde dedicarte a tu pasión es (a veces) tan complicado que solamente debes hacer muchísimo esfuerzo y tener otra ingente cantidad de suerte, más que vivir, uno sobrevive. Pero feliz, porque hace lo que le gusta.

¿Que a qué me dedico? A crear mundos imposibles. A dar vida a seres inimaginables. A creer en amores imposibles y darles una oportunidad. A plasmar sentimientos en papel, desde los más preciosos a los más dolorosos. A bordar el tejido de la historia de un pueblo. A forjar las espadas de una guerra entre el bien y el mal. A amar sin ataduras. A matar, a veces por necesidad, otras por placer. A iluminar los corazones de los que se atreven a leer una de mis novelas, uno de mis poemas, uno de mis relatos. A saborear la sangre de sus corazones rotos cuando una escena se lo fragmenta en mil pedazos. A creer en que la literatura tiene mucho por delante. A tener esperanza. A confiar en que la gente, hoy en día, sigue leyendo.

¿Que quién soy yo? Soy Spiderman.

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