Por ellas, abuelas, madres e hijas y su padecer...

Cuando leemos algo sobre el cáncer, solemos reflexionar sobre las informaciones encontradas, con la esperanza de exterminarlo a tiempo, sobre todo, quienes los padecemos.

Hace muchos años que la naturaleza nos brinda virtudes contra esta enfermedad. Una de las miles existentes es el Taxus brevifolia, una conífera natural del Pacífico norteamericano, se extiende desde el sur de Alaska hasta el centro de California, con aparición destacada en la isla de Zuckerberg, cerca de Castlegar,  en el centro de Idaho. Es el Pacífico Yew = “Tejo del Pacífico”.

La industria farmacéutica ha sabido convertirlo en el fármaco: Paclitaxel (Taxol) usado durante la quimioterapia, contra el cáncer de mama, de ovarios y de pulmón. Al parecer, no se cultiva comercialmente a gran escala, así éstos ejemplares son cada vez más escasos. Cuando las farmacéuticas comprobaron su potencial quimioterapéutico, su uso está muy generalizado.

Más cuando desarrollaron la forma semi-sintética de obtenerlo, mezclando extractos de otras especies cultivadas, por exigencias farmacéuticas sin licencia alguna.

Extrayendo los silvestres, conseguidos en China e India. Thomas Nuttill, ya describió al Taxus brevifolia en 1849, en una publicación en The North American Sylva.

Hace unos días, en Paris, se ha celebrado el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica ( ESMO ). Las poderosas compañías farmacéuticas, han confirmado su compromiso con el Cáncer, mostrando los últimos avances en investigación sobre éste.

Por cierto, el Centro de Cáncer de la Universidad de Navarra, dicen disponer aconsejando, el tratamiento más adecuado. Por lo visto, la Protonterapia, está especialmente indicada por la mínima toxicidad e indicada para tratar tumores difícilmente accesibles, quirúrgicamente, o cercanos a órganos sensibles a la radiación. Su precisión evita efectos secundarios y permite aumentar la dosis biológica en el tumor.

Nosotros, los europeos disponemos de nuestro Tejo, aunque su contenido químico no sea igual al del Pacífico. Éste es arbóreo y fruticoso (Taxus bacarás) las flores constan de unas 7 anteras.  La madera muy resistente, elástica y granulosa, parecida a la caoba. Su fruto, unas bayas rojas y carnosas, parecidas a las cerezas, maduran en otoño. Los jóvenes suelen comerlas, a pesar de considerarse venenosas.

Las semillas, que son narcóticas, se emplean en alimentos de engorde a las aves domésticas y de corral. En tintorería se usa el leño, los frutos y la raíz.

Ya Plinio, decía que un trozo de éste leño, transforma el vino en vinagre, haciéndole venenoso. En la época Romana, esta planta adornaba las casas donde hubiera un óbito. Los científicos Roldán A. Hites y Staci Simonih, del Departamento de Química de la Universidad de Indiana, llevan muchos años investigando en la corteza de los diferentes Tejos.