¿Es cierto que la moción de censura fue negativa para VOX?

“Supuestos lobos y aparentes corderos”

¿Es cierto que la moción de censura fue negativa para VOX?.
¿Es cierto que la moción de censura fue negativa para VOX?.

Así lo afirma la práctica totalidad de la prensa. No obstante, y dada la clara  subvención de la inmensa mayoría de la misma por parte de los poderes públicos, (véase por ejemplo, la práctica totalidad de la prensa catalana dependiente de las instituciones separatistas), aspecto que cuestiona el mismo derecho fundamental del Artículo 20. d) de la Constitución “derecho a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de comunicación”, y con ello, pone en entredicho incluso el mismo estado democrático de derecho del artículo 1, sería en mi modesta opinión, un dato este de la prensa, y otros medios, no determinantes.

Con independencia del resultado, que con el desequilibrio de fuerzas parlamentarias ya era previsible, más con la también consabida conservadora abstención del PP que juega a dos bandas, pues intuye la realidad de la calle, que ni refleja la prensa, ni obviamente el CIS, -cuya credibilidad dicho sea de paso, está por razones obvias bajo mínimos-, por lo cual dicho partido, deduce que efectivamente, en las próximas elecciones locales y autonómicas, tendrá que depender en buena medida de Vox. Lo que sí es relevante en realidad, es plantear de forma valiente el problema de gobernabilidad del país, como lo ha hecho el partido de Abascal, “acto coherente”, que ratifica lo que desde hace mucho tiempo lleva haciendo en la calle con varios actos de protesta ciudadana por cuestionables medidas políticas del Gobierno a las que se opone la mayoría del pueblo español: 1) Liberar a los golpistas separatistas que persisten en su actitud sediciosa; 2) Cuestionar el TS y en consecuencia la totalidad del poder judicial; 3) Rebajar el delito de malversación – ayer mismo resaltado por las preocupadas instituciones europeas-; 4) Intentar dominar el TC y el CGPJ, el Tribunal de cuentas, la Fiscalía… 5) No defender el legítimo bilingüismo del español en Cataluña pese a sendas Sentencias judiciales; 6) Negociar con las instituciones separatistas cuestiones innegociables en un estado de derecho en contra de la mayoría constitucionalista incluso catalana a la que categóricamente se ignora; 7) Emplear la memoria democrática de una forma subjetiva, partidista y generando enfrentamiento y crispación ciudadana, cuando la obligación única y principal del gobierno sería propiamente “gestionar el presente, y en todo caso el futuro”; 8) Hacer leyes radicales de género que generan en realidad efectos contrarios y enfrentamiento de sexos (que al final hasta terminará dándole la razón a Vox); 9) Cambiar criterios de educación infantil sin los necesarios consensos, -que curiosamente aunque la mayoría ignora-, las directrices  habría que buscarlas en la propia ONU y la élite de Davos; 10) Cambiar unilateral y ocultamente el Presidente,- incluso para su propio partido-, la política exterior en el tema de Sahara Occidental; 11) El ataque sin precedentes la propiedad privada y la “inseguridad jurídica” creada por las ocupaciones que enervan a las democracias liberales existentes; 12) Los constantemente permitidos claros ataques y desaires a la Corona pese a que, es una institución neutral del tan vital y necesario equilibrio constitucional, -plenamente homologable a las mejores democracias del mundo-, y todo en aras a una hipotética nueva república, que ya cuenta con dos lamentables y sangrientas experiencias. ¿Se imaginan Uds por ejemplo, a Pablo Iglesias de Presidente de la misma, sin una figura neutral y de contrapeso?

Es ahí, donde radica y debemos buscar el éxito negado a Vox. Es la opinión de la calle lo que le interesa, el soberano que en breve se manifestará en las urnas, y salvo craso error, y desde una óptica de izquierdas, ya les digo de antemano que habrá una “gran sorpresa” que no recogen las encuestas y menos las oficiales en un claro “voto oculto” latente que se palpa.

Vox, se comporta indirectamente, entre “la actitud del portante o costalero” en Semana Santa, cargando un peso que al final del vía crucis y calvario, interpreta que le reportará una gratificación. También serviría  el símil del “ave Fénix”, que aparentemente se suicida para renacer de sus cenizas, o de las de su  rival. Con ello, logra otro claro objetivo, que sería neutralizar el supuesto sentido de “memoria de pez” que se predica del elector, según la cual, en pocos meses, se habrían olvidado los graves agravios a la ley y a la constitución. En definitiva, salvo error, estrategia pura y dura, pues además conecta con la idea tan arraigada en las mentes hispanas de la lidia, torneo, honor , y  presentar batalla para que su electorado no se sienta eunuco o “castrado”,  mostrándose así, como “fiel guardián” de una clara “línea roja” que no se debe traspasar en unos claros “límites y limitaciones”, y de eso, también podría sacar voto del PP, que simplemente está a “verlas venir,  y dejarlas pasar” con tal de asegurarse el gobierno por mero agotamiento del rival, y si es posible, en solitario.

En cuanto al debate en el Congreso, poca gente ha tenido el tiempo e interés de seguirlo (algunas encuestas lo sitúan en un 65%; el debate completo, imagino,  apenas lo habrá visto un 20%). Para los que lo hemos hecho, de una u otra forma de manera sesgada, la verdadera beneficiada ha sido Yolanda Díaz, quien se preparó a fondo (hasta no sé si con el mismo espejo) ante esta ocasión única que le deparo “la fortuna”, y razones tenía, puesto que intenta hacer despegar un proyecto con la misma oposición de la élite de Podemos. Eso sí, en su oportunismo, noté un acentuado ensañamiento hacia el candidato Ramón Tamames (que al menos evitó el Presidente), que junto al claro inaudito “peloteo” a la práctica totalidad de los ministerios y al Gobierno en general, le hizo restar credibilidad. También debe decirse, que el discurso de Tamames, dio pie a múltiples replicas: tuvo evidentes errores, incluso de su propia especialidad, varias omisiones propias de su avanzada edad, tocó muchos y de manera más bien superflua, en parte hay que decirlo para buscar brevedad; amabilidad que precisamente no fue compartida ni tuvieron los interpelados conscientes de la ocasión de las cámaras que les habían brindado. 

Abascal en general, estuvo correcto, coherente, incluso comedido y cauto, sabedor desde un inicio del lógico resultado final al carecer de mayorías parlamentarias suficientes para que triunfara su moción de censura. Tal vez el error, “solo aparente” en una lectura frívola, radicaría en proponer un candidato ajeno a su programa por su pasado comunista, lo cual hizo salir en tropel y afilar espadas a toda la izquierda. Incluso se le notaba al propio candidato, esa falta de seguridad fruto de su marcada conciencia ideológica previa, que hizo que su discurso,- ya filtrado previamente-, fuese muy tenue y modélico, con lógica falta de énfasis, retórica, propia a su vez de su edad y de su condición de intelectual  que tiene contralado su “ego”, consciente de querer sembrar “concordia y sensatez” en este posiblemente su último servicio a España

El error, decía que solo era aparente, pues el éxito pretendido radicaba precisamente en ese choque de poner al frente a un destacado dirigente de la izquierda, con ello Vox buscaba remover conciencias en la “calle”, donde considera está su fuerza y electorado, electorado que ya es consciente, que los medios de comunicación no son favorables, un Abascal, sabedor que conseguirá incluso el voto de sectores tradicionalmente socialistas como resultado de esas decisiones gubernamentales tan trascendentales y tan poco meditadas, que afectan incluso a la integridad territorial, la seguridad jurídica, al poder judicial, y en general a la igualdad de todos los españoles (caso de las barreras lingüísticas de cara a la movilidad profesional)  y en definitiva a principios y valores constitucionales irrenunciables. El resultado real de dicho debate, se verá solo objetivamente en las inminentes próximas urnas, que no dependerán de la retórica, ni del mayor tiempo que gozaron los contrarios, ya puesta en evidencia por el propio Tamames. En el fondo, si hay que reconocerlo con objetividad, el gobierno ganó el debate en el tema social, que sería la cara amable de la otra moneda menos transparente, que era precisamente el objeto real y principal  de la moción. Solo faltaría que en lo social no ganaran ese debate, primero por la objetiva existencia de importantes avances no alejados también de cierta temeridad en el particular momento elegido (caso de la subida elevada del SMI. para asimilarlo a Europa); el tema del control del precio de la luz;  el  impuesto a los bancos…), y más puesto que el contrario, lógicamente no gobierna. Pero el “objeto principal”del debate, eran los temas graves, supuestamente inconstitucionales, populistas en definitiva, y eso, dudo mucho que ganasen, ni siquiera que sacaran un aprobado por parte de la calle cual sería el objetivo final, pues ni con “barita mágica” se puede solventar tal estropicio a esos valores y principios constitucionales tan básicos y esenciales.

En definitiva, valentía en afrontar los graves  problemas por parte de Vox con independencia del ya previsto resultado, frente a una prudencia y a la vez oportunismo del PP que las urnas dirán si fue su mejor elección, pues el ciudadano va constatando que su líder es demasiado “tibio” con estos graves ataques totalmente inusuales en la cuestionada gobernabilidad de una ala ultraizquierdista y separatista que imponen sus criterios a un PSOE que solo aspira a mantenerse el máximo tiempo en el poder “contra todo viento y marea”, aun a riesgo de hipotecar su propio  futuro. Un PP, cuyo líder, observa el ciudadano, hace “aproximaciones directas a los nacionalistas”, que aparentemente da el beneplácito al atropello de la “exclusión del español en las escuelas de Cataluña”, -en línea con el mismo antecedente en Galicia de su propio gobierno-, votantes incluso de izquierdas, que de forma práctica, optarán por dar su voto a Vox, pues en esos “temas claves” que afectan directamente a la razón de ser de la nación, preferirán que las decisiones dependan de Vox, y no de nacionalistas oseparatistas.

En otras palabras, el votante de izquierdas práctico, pondrá en los platillos de su balanza dos pesas: 1) en una de los “derechos sociales”, sabedor que en parte ya le garantiza su necesaria asunción la socialdemocracia por parte de los partidos de derecha, en un contexto de derecho plenamente europeo; 2) en el otro platillo, pondrá el peso más preocupante de estas graves distorsiones existentes provocadas por una “ultraizquierda”, que pretenden asustar –solo a los cándidos- con un supuesto lobo  que sería la hipotética “ultraderecha”, que pese a algunos errores obvios (tema de Europa, autonomías), curiosamente defiende valores y pilares tan esenciales como la familia, la integridad de la patria, el control racional de la inmigración, la corona, el poder judicial, y de eso, el elector, sacará una conclusión que reflejaran las urnas.

 

Para hacer un símil final, la actitud valiente de Vox, la asimilaría a aquel pasaje del Quijote, donde el Triste Figura le dice a Sancho: “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos…., por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir de los hombres”.

Moraleja: el tema parece que irá de “supuestos lobos y aparentes corderos” en este teatro que es la vida como diría Calderón. Y cada uno, vea, juzgue y  naturalmente “vote” la función.

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