La mentira

Escribiendo.
Escribiendo.

La mentira explica San Agustín se identifica con el hablar contrario a lo que se piensa; “dirá mentira quien teniendo una cosa en la mente, expresa otra distinta con palabras u otro signo cualquiera”, a lo que me permito añadir envilece a quien la practica y también a quienes siendo objeto directo de la misma, la aceptan sin al menos cuestionarla mirando embobados el dedo con el que el mentiroso les señala una estrella inexistente.

Según la RAE, la mentira es una «expresión o manifestación contraria a la verdad a lo que se sabe, se cree o se piensa.»​ El hecho de comunicar mentiras se llama mentir, y es utilizado por las personas para fingir, engañar, aparentar y persuadir. Es por ello que la mentira va contra de los valores morales fundamentales sobre los cuales se asientan las relaciones interpersonales como la confianza, la honestidad, la sinceridad y la veracidad.

En este sentido, “una sociedad que acepte como normal" la mentira como medio de persuasión confirma la abyección de sus dirigentes, pero fundamentalmente estar moralmente muy enferma, diría en estado comatoso por su incapacidad de discernir entre la verdad o si se prefiere, entre la realidad de hechos manifiestos y la virtualidad vendida por prestidigitadores que en mí opinión debieran ser aborrecidos y considerados “criminales sociales” que tendrían que pagar muy caro.

Nuestra literatura muestra personajes entre mentirosos y buscavidas, "pícaros" dotados de gracejo para embaucar y cuyas desventuras tanto nos han divertido. Novelas como Rinconete y Cortadillo, el Licenciado Vidriera, Guzmán de Alfarache etc. que, al margen moralizante de los relatos bien podrían representar parte de la clase dirigente actual, naturalmente sin el evidente talento de sus protagonistas.

Hablo de sujetos aborrecibles cuya comentada abyección está en función de currículums académicos adobados en ocasiones con doctorados versión copia-pega sin otra utilidad que ser elementos decorativos de sus enmoquetados despachos y los de enésimo nivel en actitud que todos cuantos hemos vividos en ambientes rurales hemos conocido con jaurías de perros que, con la lengua fuera y mandíbula babeante rodean al macho Alfa festejando su acción de cubrir a la hembra.

Otros con tono y ademanes propios de charlatanes de feria de ganado, (lo que creen y todo indica no les falta razón al dirigirse a ciudadanos que pagamos sus sueldos y gabelas) que obligados a dejar "voluntariamente" sus cargos por razones que muchos intuimos, dicen con desahogo propio de trúhanes que "ya no mienten porque dejaron de ser políticos", lo que lleva a preguntarme la razón haber llegado a situar en tan altas magistratura a tales especímenes por parte de unos ciudadanos cuya primera obligación sería elegir a mandatarios dignos, veraces y cultos que en verdad se sientan perturbados por la demagogia y los incumplimientos.

Termino afirmando todo esto no sería posible sin el previo adoctrinamiento que conduce a unos ciudadanos absolutamente abducidos por el sistema a un estado de cretinismo posiblemente irreversible, ello con la colaboración imprescindible y "no gratuita" de algunos medios de ¿comunicación¿ dedicados a difundir la infamia y la impostura, versión esta que creen es más refinada que la mentira y en paralelo al hostigamiento de los pocos que consideran hostiles.

Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato