Sedición: bastaba con cambiar el enunciado para la homologación europea

Vaya por delante  que uno de los principales eternos  problemas de España, es consecuencia de su pobre ruedo político, que a falta de agallas con coger  el toro por los cuernos, prefieren marear la simple “perdiz de vuelo corto”. Me refiero naturalmente a que la gangrena del separatismo, de haber voluntad política, se solventaba simplemente cambiando el “sistema D´Hondt” (que solo aplican 45 países) que es el que está humillando permanentemente a los españoles, o en último extremo, “ilegalizando” simple y democráticamente la opción independentista (al estilo alemán), pues hubo mayorías de 2/3 del Congreso  en ambos partidos que se alternaron el poder. Esos dos partidos, faltos de mínimo “sentido de estado”, que precisamente crearon los barros actuales.

Es dudoso, sobre quien hizo aquella brillante afirmación atribuida al Mariscal  Bismarck, conforme “éramos la nación más fuerte del mundo, pues siempre ha intentado autodestruirse y nunca lo ha conseguido” , frase que coordinaría perfectamente con la visión de la España invertebrada de Ortega respecto a los males patrios: 1) Los errores y abusos políticos; 2) el problema de los separatismos catalán y vasco; 3) exclusión de los mejores en todas las áreas, fruto de una mentalidad gremial histórica. Para mi gusto, dicho intelectual, se olvidó de la más obvia, la triste lacra de la mentalidad medieval de “fueros” que aún está arraigada desgraciadamente en muchas mentes cerradas en pleno S.XXI que presumen de ser abiertas, tal como se deduciría del excelente libro de Pierre Vilar “Historia de España” y que explican claramente las guerras carlistas del S.XX, libro por cierto, que su extraordinaria tirada, tiene paradójicamente mucho que agradecer a  la previa censura franquista.

El gran problema separatista, se puede ir acotando en la forma de organización política existente, en este caso reflejada en nuestra Constitución, -por cierto una de las más técnicas y modernas al haber recogido lo mejor de todas las experiencias democráticas previas de los países occidentales, donde el gran juego democrático que deja a la ideología separatista, ya descarta que sea fósil como pretenden convencernos sus grandes intelectuales; o que  sea franquista como también mantien. Es más, aunque sea totalmente desconocido,  el agudo observador, apreciará que tiene un claro “sello masón” como tantas otras  (a quienes perseguía precisamente  con dureza Franco),  pues basta observar el índice numérico, caso de la unidad de España, que entre 169 artículos, ¿casualmente? es el “8”, la unión perfecta del Cábala: unión de lo espiritual y material, el infinito, la espada. Lo mismo  respecto a la obligación de promover  los poderes públicos determinados valores y principios (art. 9) que equivale a la figura del ermitaño (sabiduría, adaptación, humildad, maestro, búsqueda de la verdad); la unidad aun dentro del derecho de las  autonomías (art. 2), que coordina con el cumplimiento forzoso de las obligaciones del art. 155 ( =11=2). Dos es número también clave: unidad, capacidad-cooperación, recepción.

Las reglas de juego democráticas, eran claras y precisas, donde además había una clara mayoría de padres constitucionales catalanes, comunidad donde la aceptación en referéndum fue precisamente de las mayores de España ( “pacta sunt servanda”, más en la necesaria  la paz social); ¿qué ha fallado?, pues el incumplimiento de la norma de conducta de  Kelsen, tendente al orden, con el preceptivo castigo al incumplidor a través de la aplicación de la conveniente norma punitiva, perfectamente aplicada posteriormente por el Tribunal Supremo en la sentencia del “proces”, por  los gravísimos hechos del 1-0, que dejaron anonadados al mundo democrático viendo como en base a unas meras competencias estatuarias, unos tiranos de libro (ya relatados desde Platón y Aristóteles, pasando por Alfonso X en las Partidas) - ignorando su poder meramente delegado y sus obligaciones imperativas, reflejadas perfectamente en el artículo 9 de la Constitución-, pretendieron desde un mero parlamento local, independizarse a la brava, con el riesgo inminente de enfrentar a una población  en que su mayor parte eran contrarios (lo cual sería indiferente, dicho sea de paso en el supuesto  que los separatistas fuesen mayoría,  en base precisamente al pacto democrático previo, canon internacional de conducta por el que se rige la generalidad de los países civilizados), sociedad civil catalana, a la cual decían falsamente representar como si fuesen  auténticos  mandatarios en su conjunto, manipulando abominablemente además la libertad de expresión (sin asumir sus “límites” y “limitaciones” propios, cual serían los demás derechos fundamentales en liza); engañando que ampliaron a un inexistente derecho a decidir (solo legislado internacionalmente en el S.XX para zanjar los viejos colonialismos),  y pretendiendo además introducir una extraña  “democracia directa” callejera tipo soviet (proyectada inicialmente por Rousseau, pero modificada por Sieyès a democracia “indirecta”). Dicha temeridad fue neutralizada afortunadamente por la actuación del gobierno, fuerzas de seguridad y tribunales,  quienes evitaron un certero enfrentamiento social en las calles  de la  que ya hay varios precedentes de esa  historia sangrienta. Paradójicamente, no es ajeno al problema creado, la patente dejadez de los sucesivos gobiernos, (“ segunda” deslealtad tanto del PP o PSOE) en su clara desidia en delegar las competencias y control de la enseñanza nacionalistas desleales, y no prever una asignatura tan elemental como es la constitución, instruyendo como se modifica, tal como hacen  otros países ( Italia…)

 Si los obligados a cumplir la norma de conducta no cumplieron, lo suplieron y reafirmaron  los Tribunales acorde a la misma norma de Kelsen, ( Tribunales a los que ahora el ejecutivo quiere “degradar” incluso a nivel internacional y en especial ante el TEDH. con la excusa que hay que “desjudicializar” el problema) sentenciando a los delincuentes políticos y encarcelándolos por años, mientras otros huían  a Bélgica, -país  con amplia solera e historial de caos social y jurídico-, y otros optaban por Suiza, ajena a la U.E., donde atípicamente a la práctica generalidad de todos los países, existe como peculiaridad, un derecho de autodeterminación en determinados cantones.

  Las hipotéticas y pírricas victorias de los fugados, en cuanto a imposibilidad de aplicar las euroordenes  emitidas, vienen consecuencia precisamente de la falta de experiencia en aplicar tal figura jurídica nueva, la cual intenta agilizar la farragosa extradición clásica, pero que en último extremo, no puede entrar la autoridad requerida en prejuzgar hechos tales como si la competencia judicial la tendría o no el Tribunal Supremo como hizo Bélgica, pues su obligación, es limitarse simplemente a constatar, si el hecho o ilícito penal, está dentro de la lista susceptible de extradición, y en todo caso, si el hecho, tiene correspondencia con su legislación interna, por lo que las  resoluciones belgas, son objetivamente,una clara prevaricación de libro.

Este dato de buscar la correspondencia del tipo penal, es el aspecto esencial  en que debemos centrarnos, puesto que como es normal, pese a la tradición jurídica  romana de la mayor parte de Europa, también converge la germánica, al margen del mero lógico  diferente vocabulario nativo de cada país, razón por la que nuestro tipo penal concreto de “delito de sedición”, de configuración decimonónica, no coincide literalmente  con la continental, que la configuran como disturbios, altercados etc. Eso es lo único que sería necesario modificar en el Código penal, el “enunciado” del tipo, y que paradójicamente, emplea el gobierno- por las notorias presiones de sus aliados separatistas y podemitas-,  para “manipular a la opinión pública”, pues no es de recibo engañar diciendo que los tipos penales son mucho menores.

Basta contrastar los códigos penales alemán, francés e italiano, - curiosamente a los que se refiere el ilustre ilustrado Rufián y  la generalidad de separatistas- para observar que incluso, en el caso del alemán, llega a los treinta años. Queda en duda, a favor de tales eminentes sabios, vendedores de auténtico crecepelo en tamaña ciencia jurídica, que dicen dominar para ilustrar con ello  al anonadado y perplejo mundo, si ello se referiría en todo caso a rebelión, que precisaría fuerza, uso de armas; por lo que volvemos de nuevo al diferente léxico empleado a nivel continental, pero observen, caso de Francia por ejemplo, que para tal tipo, habla de los que atenten a la integridad nacional o ponga en peligro la república (art. 412.5);y en el caso alemán, al margen de la rebelión, que sería cadena perpetua, está la traición, referida a toda alteración del orden público; y la alta traición, incluso matiza, sería sin consumarse. Traición, sería toda alteración del orden constitucional con violencia o intimidación que apreciarían los propios tribunales, y precisamente no son solo 5 años de cárcel como pretenden hacernos creer. Por cierto, no se olviden que en nuestro caso, en el acoso a una institución, una funcionaria tuvo que salir por el tejado. Y que la violencia, según la Catedrática Teresa Freixes, -que coincide con mucha otra Doctrina-,  puede ser meramente psicológica. En último extremo, el riesgo para la paz social, lejos de ser la pretendida “revolución de las meras sonrisas”, (intentando emular a la revolución portuguesa de los claveles) era indudable, tal  como se materializó finalmente en las protestas callejeras frente a la sentencia del TS.

Esta burda manipulación gubernamental para pretender la rebaja de las penas, se refleja también en el empleo de los medios de comunicación, que fue perfectamente visible en el telediario de su anuncio en TV1 del mediodía, donde con mucha pedagogía, dan su versión inicial de los hechos desde su perspectiva, para intercalar brevemente  la portavoz del partido del PP, a la que “cortan” su discurso, a la cual retornan minutos más tarde al final, una vez que convenientemente reiteran sus supuestas razones para lograr así la paz social en Cataluña como logro propio respecto a los resultados del statu quo anterior, según ellos de exclusiva culpa del PP.

 

La prensa, lógicamente también se emplea en dicha manipulación, así El País, si bien en fecha 25-10-2017, decía que se castigaba duramente el delito de rebelión y sedición en Europa, curiosamente el 25-10-22, nos dice ahora lo contrario, conforme dichos delitos requieren violencia o intimidación. A su vez, El Diario, en 25-10-22 afirma algo que va contra el mismo principio de retroactividad penal : “que la modificación no afectará a los fugados”.

Curiosamente,  para la tramitación de tal modificación transcendental para los intereses del Estado, se propone que sea de forma express, como proyecto de ley, evitando así el control y filtro tanto del CGPJ, como de los servicios jurídicos del Congreso. No contentos con ello, inmediatamente proponen la rebaja del delito de malversación de caudales públicos, nueva petición a la carta de los que quieren romper España por petición del condenado y ahora indultado Junqueras, (quien llega a afirmar que está en contra de sancionar la prevaricación “mental”); que a su vez, como carambola doble, favorecería las últimas sentencias condenatorias por los mismos hechos de varios políticos de distinto signo, en un tema ya de auténtica “alarma social” para el ciudadano como es la malversación de caudales públicos, y se insinúa que el paso del tiempo, ello no repercutirá en las urnas. No contentos con la cascada de disparates, ahora viene Arnaldo Otegi, diciendo que el siguiente paso será el derecho de poner las urnas para la autodeterminación.

¿Cuál será  el límite de tanta osadía y abuso democrático con el único fin de aguantarse un partido en el poder? Pues la impresión que da es que creen tener crédito infinito, cuando en realidad ya se ha excedido con creces por parte de esta ultra izquierda , y luego se permiten el lujo de asustar a la ciudadanía con que viene la ultra derecha.

¿Dónde están los grandes errores de Pedro Sánchez? En no dejar consolidar la sanción de la norma de Kelsen propia de un estado de derecho frente a quienes no quieren asumirla; a la par que les está dando los instrumentos legales para la próxima intentona y volver a desestabilizar España  ( que por cierto  a los “inductores” les saldrá casi gratis según la nueva redacción), al margen de degradar al poder judicial y la imagen internacional del país, así como dividir y confrontar a los ciudadanos; “promocionar la ya desmesurada corrupción política” con la atenuación de la malversación;   y lo que es peor, “degradar la imagen del PSOE” y sus opciones futuras en las urnas, personaje que lo confía todo en la capacidad de “desmemoria” del español. Y ¿todo esto para qué? ¿por perpetuarse en el poder un mero año más?. No parece muy inteligente, y ya los próximos resultados municipales le sacaran del craso error, pues hay miles de socialistas que estamos virando para otras opciones políticas más responsables y con mínimo sentido de estado. El tiempo, será el mejor juez, aunque para algunos, será demasiado tarde para rectificar. Acuérdense de Albert Ribera y de Pablo Iglesias.

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