Tanto monta monta tanto

7/10/2021 El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, se dirigen a la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros en la que se aprobará el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2022. Foto: Pool Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa
7/10/2021 El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, se dirigen a la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros en la que se aprobará el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2022. Foto: Pool Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa

Tiene garra electoral, comentaba el editor de un acreditado medio digital en relación a Dña. Yolanda Díaz, "hasta el punto de que puede convertirse en un enorme dolor de cabeza para Pedro Sánchez" el día en se convoquen elecciones generales. La lectura que hago es muy diferente por tratarse, es mi opinión, de una presentable “en apariencia vendedora” de ideología y propaganda comunista de salón e incompetencia técnica clamorosa, "cualidades" que encubre con mohines de falsa afectación y sonrisa perdona-vidas que acompaña de rictus forzados de impostada sabiduría por conocimientos de los que carece y que le llevan incluso a la desautorización de compañeros y compañeras de Gabinete que, como es el caso concreto del ministro de S. Social  "sí sabe de lo que habla" aunque nos desagrade su contenido al no tratarse de "propaganda".

Mujer que evoca al maestro Ciruela que sin saber leer puso escuela y de la que se dice se vio obligada a descolgar y posteriormente repintar la pared  en que floreaban un sinfín de sus "acreditados" diplomas de masters que solo eran cursillos de 5 horas con café incluido.

Su "ego" y legítima ambición le han situado, perdónese la licencia al tratarse de una mujer, no como caballo sino ”yegua de Troya” y miembra distinguida de un gabinete a cuya teatralización se presta de buen grado, sean cameos en bucólicos paseos y subida de escaleras a Palacio acompañada del Dr. Sánchez que evocan las figuras de los Reyes Isabel y Fernando y la famosa leyenda “tanto monta monta tanto”, con reportajes emitidos por las cadenas de TV que llevan a la náusea por la estudiada coreografía a que han quedado reducidas las "acciones importantes" que no las de propaganda del actual Gobierno.

Para sorpresa de muchos, ha sido la encargada por el Dr. Sánchez, que no la previsible pareja de D. Pablo Iglesias de “volar” cuanto aún queda a la izquierda del PSOE, ello a cambio de pago al contado y también “en mi opinión" de toda una vicepresidencia del Gobierno actual y la muy posible incorporación, naturalmente con tiempo para que pueda digerirse una coyunda que Sánchez encargó inicialmente a D. Pablo Iglesias en los acuerdos para la formación de gobierno pero cuyos excesos, unos aparentes y otros muy reales y conocidos hicieron imposible su continuidad.

Y así parece se fraguó una operación en la algunos hemos podido entender la posible frustración de Dña. Irene Montero por sus legítimas y mejor comprendidas aspiraciones, más con los antecedentes habidos por su sonado y sorpresivo encumbramiento a ministra del gobierno. Joven política en que muchos hemos podido visualizar un patetismo al punto de la apertura de sus esfínteres emocionales visibles en llanto de selectiva sensibilidad por el estado anímico de una compi de su camada ideológica, que no por la posible violación de una muchacha simpatizante de un partido cuyas mujeres todo indica acorde a su comentario, no son objeto de su especial protección al ocuparse solamente de las no fascistas.

En fin, situaciones entre el ridículo y el dramatismo al tratase de una ministra que sistemáticamente se rompe en situaciones de índole política que "ella", en su inconsciencia lleva al terreno personal, cuestión que también "en mi opinión" le inhabilita para un trabajo no acorde con sus capacidades y emociones que, lejos de conmover irritan. Añádanse sus cuanto menos aparentes obsesiones por el sexo de los hombres que le llevan al extremo de considerar delitos las miradas y deseos lúbricos en el lugar de trabajo y entornos similares, lo que me lleva a pensar si estas acciones solo serán lícitas si se efectúan con los acordes de la “Internacional”.

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