El valor de los triunfadores
Federer, Nadal o Djokovic inspiran un sentimiento de orgullo como ser humano y también como hombre.
Una simple imagen, una entrevista o un hecho relevante de carácter cultural, político o social, suelen ser motivos de inspiración para quienes tenemos el privilegio de compartir emociones, sentimientos o reflexiones con nuestros lectores. Este ha sido el caso del reciente encuentro de la final Roland Garros de tenis, entre el serbio Novack Djokovic y el noruego Casper Ruud.
Al hablar de Federer, Nadal o Djokovic me invade un sentimiento de orgullo como ser humano, como persona y también como hombre. Creo que de alguna manera representan el paradigma de la reciedumbre, de la inteligencia natural y de un prodigioso equilibrio mental. Pero hay tres valores o virtudes en ellos, que me llaman poderosamente la atención por su escaso atractivo en la sociedad de hoy: la elegancia,el sufrimiento y la fuerza interior.
José Carlos Ruiz, profesor universitario y filósofo, sostiene en una interesante entrevista en Aceprensa que “la contención es un ejercicio básico de la persona elegante, porque refleja que sabe controlar la exteriorización de la intimidad. Lo vemos, por ejemplo, en Roger Federer, que no evidencia malos gestos, ni éxtasis triunfales, y es reconocido por la elegancia en su manera cronica de estar en público…” Creo que es una buena lección para nuestra sociedad de hoy donde lo que predomina es un exceso de malos gestos, una exteriorización impúdica de nuestros sentimientos o las imposturas de algunos de nuestros líderes que denotan una preocupante ausencia de sinceridad y coherencia.
Preparando estas reflexiones, acudí a la web de Rafa Nadal (rafaelnadal.com), y me encontré con estas perlas: “La actitud es fundamental en la vida”; “sin sufrimiento no hay felicidad” o “lo básico es creer en tí e intentar dar lo mejor de cada uno mismo cada día”. Actitud, sufrimiento y fe en uno mismo es todo un aprendizaje para combatir la indiferencia, la comodidad y la ansiedad o falta de confianza que, por ejemplo, hoy se advierte en una parte de nuestros jóvenes. Echo de menos aquella Universidad de la década de los 60, en la que se respiraba una gran inquietud cultural y política y me pregunto si la Inteligencia Artificial y las nuevas tecnologías, no estarán alejando a nuestros jóvenes, de la cultura del esfuerzo y de la confianza en sus capacidades naturales.
Vídeo del día
Pere Aragonès se va: primera consecuencia de la debacle
independentista en las elecciones catalanas