Con motivo del Día Internacional del Abrazo, analizamos las consecuencias emocionales de la Covid 19

En tiempos de pandemia, es hora de buscar nuevos gestos y expresiones que sustituyan al contacto físico

Abrazo.

¿A dónde irán los besos que no damos, que guardamos? Esta pregunta que el cantante Victor Manuel se viene haciendo en uno de sus más famosos temas bien valdría para todas las muestras de cariño reprimidas en los últimos meses a causa de la pandemia de la Covid-19. Mantener las distancias con los demás es una manera segura de evitar el contagio. No besarnos, no tocarnos, no acariciarnos, no "achucharnos". Bajo esta separación impuesta se celebra este 21 de enero el Día Internacional de los Abrazos y cabría preguntarnos adónde irán los que no hemos dado desde que en marzo del pasado año el virus comenzara a regir nuestras vidas. Ahora más que nunca somos conscientes del valor de unos abrazos que, dados de manera natural, mejoran nuestro estado de ánimo e influyen directamente en nuestro bienestar y en nuestra felicidad.

Un abrazo tiene tanto beneficios físicos como emocionales. Y es que, como señala Marta Robles, psicóloga de la clínica López Ibor, esta muestra de cariño nos ayuda a liberar tensión, aumenta nuestra sensación de bienestar y mejora nuestro autoestima. Además, mitiga los estados de enfado y ansiedad, fortalece el sistema inmunitario e incluso previene el envejecimiento prematuro al estimlular la oxigenación del organismo. Cuando tenemos miedo o notamos inseguridad, nos hacen sentir protegidos y con mayor confianza, nos hace sentirnos protegidos, apoyados y comprendidos y, sin necesidad de añadir nada más, se convierte muchas veces justo en lo que necesitamos.

Con la pandemia, en los últimos meses hemos experimentado un aislamiento y falta de contacto con nuestros seres queridos que ha motivado, en nuestro país, un incremento notable de las consultas por depresión, ansiedad y estrés. Desde Clínicas Origen, Pilar Conde explica que para combatir los sentimientos de soledad, tristeza, falta de seguridad o abatimiento, debemos buscar entre familiares y amigos fórmulas para sustituir a esos abrazos, vías de comunicación que nos permitan el contacto y expresar nuestros sentimientos.

Marta Robles nos explica cómo conseguir los beneficios de un abrazo sin tocarnos, de una forma distinta pero igual de efectiva. ¡Toma nota!

- Las palabras: son poderosas y se trata de poner voz a lo que queremos transmitir cuando nos abrazamos.

- La mirada: nos ayuda a conectar emocionalmente. Mantener el contacto visual ayuda a enfatizar lo que estamos comunicando por cualquier otro canal.

- La sonrisa: porque aunque no es intercambiable con un abrazo y tiene sus propios y distintos efectos, sonreír y/o recibir una sonrisa resulta sumamente beneficioso y produce complicidad con el otro y, aunque llevemos mascarilla, la sonrisa se percibe y se siente.

- Los gestos: tan numerosos y dispares como culturas y seres humanos hay: abrir los brazos, llevar una mano al corazón, lanzar un beso con las dos manos, abrazarse a uno mismo en presencia del otro.

- Las nuevas tecnologías: con abrazos virtuales, emojis, gifs o stickers.

 

Una manera de "abrazar" de alguna manera a tus seres queridos este 21 de enero, a la espera de que superemos esta pandemia y vuelva un abrazo físico y real que muchos echamos de menos.

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