El Regimiento de Infantería 'Canarias' 50 homenajea a los caídos en la Batalla del Batán (Gran Canaria) hace 422 años

En 1599, 74 barcos y 12.000 holandeses intentaron conquistar Gran Canaria

Regimiento de Infantería 'Canarias' 50 homenajea a los caídos en la Batalla del Batán. 3/7/2021
Regimiento de Infantería 'Canarias' 50 homenajea a los caídos en la Batalla del Batán. 3/7/2021

El Regimiento de Infantería 'Canarias' 50 (RI 50) homenajeó en la tarde de este viernes a los caídos por España durante la Batalla del Batán (Gran Canaria) con motivo del 422 aniversario del desembarco de las tropas holandesas en la isla encabezadas por el almirante Pieter van der Does.

Según informa el Mando de Canarias, el acto tuvo lugar en el monumento en memoria del entonces gobernador de la isla, Alonso Alvarado, situado junto al Castillo de Mata de Las Palmas de Gran Canaria, quien fue mortalmente herido durante el ataque.

En este sentido, el homenaje estuvo presidido por el comandante Militar de Las Palmas, el general jefe de la Brigada 'Canarias' XVI, Ramón Armada Vázquez, acompañado por el presidente del Cabildo, Antonio Morales.

74 barcos y 12.000 holandeses intentaron conquistar Gran Canaria

Entre el 26 de junio y el 8 de julio de 1599, frente a la escuadra holandesa formada por 74 barcos y más de 12.000 hombres entre tripulantes y soldados, el Tercio de Las Palmas contando con 14 Compañías de milicias, se enfrentó a ellos en los montes del Batán, que hoy día forman parte de la Villa de Santa Brígida, causándoles más de 2.000 bajas, con la ayuda del terreno, de las altas temperaturas que hacía esos días, y de una acertada estrategia militar.

Pieter van der Does pretendía conquistar la isla y el archipiélago, tras desembarcar y conquistar el Real de Las Palmas, por lo que esta heroica acción salvó a todo el archipiélago de caer bajo manos holandesas.

Batalla sangrienta

El lugar de El Batán, situado en uno de los puntos más elevados del antiguo monte a 15 kilómetros de la capital, fue escenario de la sangrienta batalla librada por las milicias canarias y la poderosa armada holandesa, el sábado 3 de julio de 1599; de ahí que aquella guerra contra el enemigo neerlandés sea considerado el más trascendental hecho militar de la historia de Canarias, y sea conocida por el sobrenombre de El Batán.

Según relata el historiador Rumeu de Armas el asalto del holandés tenía cuatro objetivos: "apoderarse de Las Palmas, vengarse de las supuestas tropelías provocadas por las autoridades españolas en los Países Bajos, exigir un importante rescate a cambio de liberar la ciudad, la destrucción y saqueo de esta y apresar a las autoridades y organismos de la isla para asegurar el dominio político de Gran Canaria y a partir de ahí extenderlo al resto del Archipiélago". La capital contaba con 5.000 habitantes y la isla con unos 15.000.

El General al mando de la guarnición de la isla tenía como objetivo principal impedir el desembarco y reducir a las tropas con un fin muy claro: resistir, costase lo que costase. A las nueve de la mañana de aquel 26 de junio los cañones de los galeones comenzaron a disparar contra las tropas que desde tierra mostraban su resistencia, pero las tropas españolas repelieron el ataque, lo que cogió de sorpresa a los holandeses, que no esperaban tal firmeza en la defensa de la Isla. Los cañones de las tropas locales repelieron el ataque haciendo blanco en varios de los navíos.

Sin embargo, las tropas holandesas llegaron a desembarcar ayudados por la artillería de los grandes galeones, en la contienda perdieron la vida unos mil soldados y hubo cerca de un centenar de bajas españolas. La fuerza de las marinería holandesa fue tan violenta que las tropas españolas se vieron obligadas a replegarse y hasta tuvo que evacuarse la ciudad, por lo que los holandeses pusieron pies en tierra y se adentraron hacia el interior exigiendo 400.000 ducados como precio por el rescate de la ciudad y un pago anual de diez mil ducados en reconocimiento a su soberanía.

 

Retirada holandesa

La respuesta de los canarios no se hizo esperar y estos rechazaron cualquier tipo de diálogo con el invasor pese a los diversos mensajes enviados a través de los correos con bandera blanca. Pamochamoso dejó claro que ante todo estaba la dignidad de los isleños y no se entregarían a ningún tipo de acuerdo.

Las tropas holandesas se dirigieron hacia Santa Brígida. A la mañana siguiente el almirante holandés mandó una columna de marines a internarse en los bosques frondosos del Monte Lentiscal. En la zona de El Batán les sorprendió una fuerzas formadas principalmente por milicianos que cortaron en seco su avance, saliendo en desbandada de nuevo hacia la costa dejando un reguero de soldados muertos en el trayecto.

Los holandeses, en señal de represalia, saquearon la Catedral de Santa Ana, el Cabildo, el Palacio Episcopal y los conventos y casas nobles de la ciudad. Van der Does ordenó la retirada no sin antes prender fuego a la ciudad.

Esta fue la victoria vencida, expreso Cairasco y en el escudo de la Villa de Santa Brígida reza: "Por España y por la fe, vencimos al holandés". La reconstrucción de la ciudad costo 50 años, pero aquella gesta bien merece ser recordada en los anales de la historia de forma especial.

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