Vuelve la época de la procesionaria y hay que prepararse

El tratamiento para la procesionaria del pino cada vez se tiene que empezar antes, puesto que si hace años se realizaba en primavera o a finales del invierno, debido al aumento de las temperaturas, ahora se lleva a cabo a principios de enero.

Esta plaga cada vez aparece con más antelación y por eso hay que cambiar las fechas en las que se trata, preparándonos con la idea de eliminarla, pues es muy peligrosa tanto para los árboles como para las personas y las mascotas.

¿Qué es la procesionaria?

La plaga de la Thaumetopoea pityocampa es una plaga de las denominadas defoliadoras, lo que quiere decir que afecta a las hojas de la planta que suele ser el pino, a los que deja secos en no demasiado tiempo.

Su nombre le viene por la manera en la que las orugas se desplazan por el suelo, una detrás de otra, como si estuviesen formando una procesión, algo que resulta muy curioso y que ayuda a identificarlas y a distinguirlas de otras orugas.

Otra manera de ver que un pinar está afectado por esta plaga son las bolsas que forman en lo alto de los árboles, una especie de nidos blancos que se ven muy bien a simple vista.

Sus pelos son muy urticantes

Si tenemos pinos y vemos a la oruga procesionaria, conviene llamar a una empresa especializada en el control de plagas cuanto antes, ya que además de matar al pino, son muy peligrosas para las personas y las mascotas.

Tienen una especie de pelos que se liberan al aire y que pueden provocar complicaciones de salud, en especial a personas enfermas y a los niños, que suelen terminar en el médico si tocan alguna.

Peor aún es el caso de los perros, que las muerden. En el mejor de los casos eso hace que se les necrose una parte de la lengua, perdiendo ese fragmento, y el peor termina con la muerte del animal.

¿Cómo se trata esta plaga?

La plaga de la procesionaria se puede tratar de varias formas, una de las más efectivas es inyectar un biocida al árbol en otoño, de manera que se distribuye por toda la savia y si aparece la plaga se va muriendo conforme intenta alimentarse del árbol.

Si no se ha tenido la precaución de poner el biocida, se puede tratar la plaga mediante la colocación de trampas mecánicas de lo más sencillas. Se pone una barrera en el tronco con la idea de que la oruga no pueda bajar y se las redirige a una bolsa para su posterior eliminación.

También hay que retirar los nidos si estos ya están presentes, algo que hay que dejar a los profesionales, que usarán los medios mecánicos adecuados para no liberar pelos de oruga en el ambiente.

Este proceso es delicado, y por eso las personas que los retiran van protegidas de manera adecuada, con guantes y pantallas de plástico en la cara que impiden que los pelos terminen en contacto con su piel.