Los dos están preocupados por el horizonte penal que les aguarda

Artur Mas y Homs, los ‘aliados’ del Gobierno para desactivar el conflicto en Cataluña

Moncloa cuenta con el ex president para neutralizar a Puigdemont. El portavoz de Convergència protagoniza acercamientos para negociar los Presupuestos

Artur Mas y Francesc Homs.
Artur Mas y Francesc Homs.

Hasta finales de la semana pasada las negociaciones Gobierno-Generalitat parecían rotas, pero una intervención de Artur Mas en la Universidad Autónoma de Madrid, planteando una “tercera vía” alternativa al independentismo, ha cambiado la situación. Ahora Moncloa admite “conversaciones” y ve al ex president, y a su mano derecha Francesc Homs, como “aliados” frente a Puigdemont.

Según explican a El Confidencial Digital fuentes gubernamentales, las palabras de Artur Mas “han ayudado” a la hora de volver a plantear públicamente una negociación seria con la Generalitat. No obstante, añaden, detrás de ese discurso hay más. Sólo ha sido una “muestra de acercamiento más” realizada por el ex president en las últimas semanas.

Desde Moncloa confirman que el dirigente catalán lleva “varias incursiones privadas por Madrid” en las que ha planteado, como el pasado jueves en la Universidad Autónoma, una solución alternativa a la independencia, como el reconocimiento de un nuevo estatus para Cataluña por parte del Estado.

Un escenario, este último, que el propio Gobierno está dispuesto a explorar, junto a 45 de las 46 reivindicaciones que realizó la Generalitat a finales del año pasado. Exceptuando, eso sí, el punto en el que se contempla la celebración de un referéndum sobre la ruptura con España.

Mas “puede frenar” a Puigdemont

Estos movimientos discretos de Artur Mas son valorados de forma positiva por el Gobierno, que ve en el ex president catalán un aliado para frenar a Carles Puigdemont y su plan para celebrar, sí o sí, una consulta sobre la secesión de Cataluña.

En opinión de altos cargos del Gobierno, Puigdemont, a diferencia de Mas en su momento, “va a ir hasta el final porque solo piensa a corto plazo”. En ese sentido, añaden, el actual presidente de la Generalitat tiene asumido que éste es su último año al frente del Govern y “le da igual lo que pase después porque él no va a seguir”.

A Puigdemont, por tanto, no le preocupa el futuro del Partido Demócrata Catalán -la antigua Convergéncia- y ese, precisamente, es el principal punto de desencuentro con Mas.

El ex president ya le ha exigido que no celebre la consulta y los comicios en mayo porque eso supondría una debacle para el partido. Tampoco considera prioritario ahora que ambos procesos tengan lugar en otoño, porque la situación actual no habrá cambiado. Además, tiene muy presente lo que ocurrió el 9-N de 2014 y no quiere que vuelva a repetirse algo parecido.

Por otra parte, sus aliados en la actual cúpula del PdeCat, como Marta Pascal y David Bonvehí, ya se han levantado contra Puigdemont y su estrategia en la Generalitat, provocando que éste haya cambiado de criterio en varias ocasiones. Una circunstancia que no ha pasado inadvertida en el Gobierno central, donde se cree que Mas y los suyos están en condiciones de doblegar al actual president.

Homs quiere negociar Presupuestos

En paralelo a estos movimientos de Artur Mas en Madrid y Barcelona, Moncloa y la dirección del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados ha observado un significativo cambio de actitud por parte de Francesc Homs, la mano derecha del ex president que ahora ocupa el cargo de portavoz de Convergència en la Cámara Baja.

 

El que fuera número dos de Mas en la Generalitat ha transmitido al PP que, una vez presente el Gobierno el proyecto de ley de Presupuestos para este año, él está dispuesto a negociar.

Desde el grupo parlamentario Popular añaden que Homs ha pasado de descartar radicalmente un apoyo de los diputados convergentes a las cuentas a anuales a querer “sentarse a hablar”. Un cambio de actitud que el Gobierno va a intentar explotar para llegar a un acuerdo.

Ambos están preocupados por su futuro judicial

Las fuentes consultadas por ECD reconocen su “sorpresa” por el giro de 180 grados protagonizado por Mas y Homs en apenas dos meses. Una “transformación” que, desde el Ejecutivo, achacan al juicio por el referéndum del 9-N de 2014.

En ese sentido, desde Moncloa recuerdan que Artur Mas ya tuvo que declarar como investigado en el Tribunal Supremo el pasado 31 de enero y que Francesc Homs se encuentra también “al borde del banquillo”, después de ser acusado de delitos de prevaricación y desobediencia.

La apertura del juicio oral ha demostrado que “la cosa es seria” y ambos “empiezan a temer por su futuro judicial”. Una circunstancia que, en opinión de las fuentes consultadas, ha podido ser determinante en la nueva postura de Mas y Homs.

Soraya apuesta por negociar con Junqueras

Las palabras del ex president el pasado jueves abriendo la puerta al reconocimiento de un nuevo estatus para Cataluña que ponga fin al desafío independentista ha indignado al gobierno de Junts pel Sí, con Carles Puigdemont y Oriol Junqueras al frente.

El actual jefe del ejecutivo catalán ha reaccionado de forma airada afirmando que no hay negociaciones con el Gobierno y que la independencia sigue sobre la mesa. El vicepresidente se ha reafirmado, en ámbitos privados, en su voluntad firme de continuar con el referéndum ofrezca lo que ofrezca el Gobierno central.

Desde Moncloa se tienen muy presentes estas posturas, pero hay cierto espacio para el optimismo. Si Mas consigue frenar a Puigdemont, la Generalitat deberá buscar una salida y esa puede ser una mejor fiscalidad para la región. Un asunto que la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, está dispuesta a abordar con un Oriol Junqueras al que considera, dentro del gobierno catalán, su mejor interlocutor.

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