Aznar explica en privado que no quiso montar un escándalo en Melilla: “No me paré en la frontera para no armar revuelo”

Fue una “visita relámpago”. Así resume José María Aznar su estancia en Melilla de la pasada semana. El ex presidente fue criticado por el Ejecutivo, en boca de Alfredo Pérez Rubalcaba, porque su paso por la ciudad autónoma no hacía ningún favor al Gobierno. Él se defiende.

Aznar ha expresado a personas de su entorno que fue una visita de lo más normal y que estaba enmarcada dentro de un viaje privado. Lo hizo acompañado con su hijo Alonso, que estaba pasando unos días de vacaciones junto a sus padres en Marbella.

Según fuentes cercanas al ex presidente a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital, José María Aznar asegura en privado que su intención no era la de montar un escándalo. “Si hubiera querido armar revuelo –admite a sus más allegados- me hubiera parado en la frontera”.

Aznar pasó en coche por la zona de puestos fronterizos y se detuvo sólo unos minutos a hablar con un mando de la Guardia Civil que había pedido verle. Después fue a una cafetería céntrica a desayunar y, más tarde, a la sede de la presidencia. En torno a las cuatro, asegura a los suyos, “volví a la Península. Sólo fueron cinco horas”.

El ex presidente admite que tampoco quiso llevarse contigo a ningún miembro de su equipo en FAES. Sólo fue con su hijo y con su personal de seguridad.

Respecto a las críticas que recibió por no haber visitado Melilla durante sus ocho años de mandato, Aznar se defiende, siempre en privado, asegurando que en 2000 estuvo en la ciudad autónoma acompañado, en esa ocasión también, por su hijo Alonso.

 

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