El atentado de Barajas pone en evidencia a Zapatero: ¿sabe de verdad algo el presidente sobre ETA y sus planes?

Que ETA haya colocado un potente explosivo en el aeropuerto de Barajas al día siguiente de que Zapatero afirmara que en 2007 el “proceso de paz” iba a marchar mucho mejor, pone en cuestión, de forma grave, la información que pueda poseer el presidente del Gobierno.

Analistas políticos y expertos en la lucha antiterroristas se preguntan, y preguntan, qué información puede tener Rodríguez Zapatero, y con qué fiabilidad, respecto a lo planes de la banda terrorista, una información que presumiblemente es la que está detrás de su política de negociar con la izquierda abertzale. La conclusión es muy preocupante: el presidente desconoce cuáles son los objetivos y propósitos de ETA. A pesar de lo cual sigue adelante con el llamado “proceso”.

Resulta evidente que ni el presidente, ni el ministro del Interior, ni los cuerpos policiales, ni los servicios de información, estaban al tanto de los propósitos de los terroristas de trasladar cientos de kilos de explosivos a Madrid, y volar un moderno edificio de cinco plantas como es el aparcamiento de la Terminal 4 de Barajas. Nadie lo sabía, y por tanto, nadie informó a La Moncloa antes de la famosa rueda de prensa “triunfal” de Zapatero.

Unos largos preparativos

Expertos en la lucha antiterrorista consultados por El Confidencial Digital apuntan que el atentado del sábado ha necesitado una larga preparación por parte de los terroristas. Un hecho así no se monta en unos días, sino que precisa de semanas e incluso meses.

Acumular los cientos de kilos de explosivo, montar el material para que estalle en el momento adecuado, requiere infraestructura bastante compleja, incluyendo almacenes y talleres. Y la planificación del atentado también necesita tiempo. Elección del lugar exacto, organización del robo del vehículo para el transporte, secuestro y custodia de su propietario durante tres días, el envío hasta Madrid, la ubicación en el aparcamiento…

La conclusión es que ETA estaba diseñando ese atentado al mismo tiempo que seguía viéndose con los enviados del Gobierno. La última entrevista, celebrada a mediados de diciembre, fuera de España, entre los llamados “negociadores” de parte del Ejecutivo y los enviados de la banda (se asegura que allí estuvo Josu Ternera) se celebró cuando ya los etarras tenían decidido colocar el coche bomba en Barajas.

Tras esa reunión, desde ámbitos próximos a La Moncloa circuló la versión de que los representantes de ETA aseguraron –dieron garantías- que la tregua no iba a romperse.

 

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