Bernardino León exigió el máximo rango directivo en la Unión Europea y ha provocado que España pierda un director general en Bruselas

El nombramiento de Bernardino León como enviado especial de la Unión Europea para los países árabes no le saldrá ‘gratis’ a España. El ex secretario general de Presidencia exigió tener el rango máximo directivo en Bruselas, lo que provocará la pérdida de un director general en la Comisión o el Consejo europeos.

El pasado 18 de julio, el Consejo de Ministros de la UE aprobó formalmente el nombramiento del diplomático español como enviado especial comunitario a la región del sur del Mediterráneo, para actuar como interlocutor de Europa con países árabes en conflicto, como Egipto y Túnez. Bernardino León pasó entonces a ocupar un puesto directivo en Bruselas, con rango A-15.

Pues bien, según ha podido confirmar El Confidencial Digital, el político malagueño no aceptó dicha categoría, y dio la batalla para que su nuevo puesto en Bruselas fuese equiparado en salario y rango al de secretario general de la UE, cargo que hasta entonces sólo había obtenido un español: Javier Solana cuando estaba en el Consejo de la Unión.

Las presiones de Bernardino León han dado sus frutos: Europa le ha concedido el rango A-16 –el máximo a nivel directivo-, por lo que percibirá, durante su etapa como enviado especial comunitario, un sueldo de 20.000 euros al mes.

El logro del diplomático tendrá consecuencias a corto plazo para España. Las fuentes consultadas por este diario afirman que “nuestro país perderá un director general en el mismo momento en el que se jubilen los que ahora trabajan en la Comisión o el Consejo europeos”.

Personas bien posicionadas en Bruselas explican a ECD que la jubilación más inminente es la de José Manuel Silva. El actual director general de Agricultura y Desarrollo Rural lleva en la Comisión Europea desde 1986, y su cargo sería ocupado por un eurodiputado de otro país miembro, “ya que España ha superado el presupuesto de la Unión para puestos directivos con el nombramiento de Bernardino León”.

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Otro ‘caso Bibiana Aído’

Las fuentes antes citadas afirman que “con Bernardino, el Gobierno ha actuado del mimo modo que lo hizo con el nombramiento de Bibiana Aído en la ONU: ha sacrificado puestos de relevancia a cambio de ‘colocar’ a su gente”.

Tal y como se informó en estas páginas, la llegada de la ex ministra de Igualdad a la Agencia de Naciones Unidas para la Mujer se produjo tras la renuncia del Gobierno Zapatero a un cargo directivo en la ONU, para el que había ‘sonado’ con mucha fuerza el nombre de Crisitina Gallach, portavoz de la presidencia española de la UE, y de Javier Solana en la OTAN y en el Consejo para la Política Exterior y de Seguridad Común.