El presidente ya ha anunciado que presentará las cuentas antes de las generales

Bruselas ha pedido al Gobierno que adelante los Presupuestos por miedo a Podemos

La UE transmitió a Rajoy su temor a que España no pueda aprobarlos hasta mayo de 2016 si hay cambio en el Ejecutivo y de las elecciones surge un Parlamento fragmentado

Luis de Guindos y Mariano Rajoy.
Luis de Guindos y Mariano Rajoy.

El miedo de Bruselas a Podemos está detrás de la decisión de Rajoy de adelantar a septiembre la aprobación de Presupuestos para el año próximo. La posibilidad de un cambio de Gobierno en España con la entrada de los partidos los populistas, junto con la de un Parlamento muy fraccionado tras las elecciones generales, han provocado que el Ejecutivo decida elaborar ya las cuentas del Estado para 2016 y enviarlas al Parlamento.

El pasado jueves, Mariano Rajoy aprovechó su comparecencia ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP (que fue retransmitida en directo a través de un pantalla de televisión) para lanzar un mensaje como presidente del Gobierno: “Tengo la intención de presentar los Presupuestos Generales del Estado del año de 2016 antes del 30 de septiembre en el Congreso”.

Un anuncio que sorprendió a propios y extraños y que, en los últimos días, se ha interpretado en clave electoral, ya que el Ejecutivo tiene previsto contemplar en los presupuestos rebajas fiscales en impuestos como el IVA y el IRPF.

No obstante, según ha podido confirmar El Confidencial Digital en fuentes del Gobierno, las presiones de Bruselas directamente a Luis de Guindos y también a Moncloa están detrás de la decisión de Rajoy.

Peligra el objetivo de estabilidad exigido por la UE”

Las fuentes consultadas relatan que, durante las reuniones del Eurogrupo celebradas la semana pasada con motivo de la crisis griega, De Guindos recibió de sus colegas europeos mensajes de preocupación por el escenario político que podía establecerse en España después de las elecciones generales.

En ese sentido, la entrada de Podemos en los parlamentos autonómicos y los gobiernos populistas en ciudades como Madrid y Barcelona tras las municipales han provocado, a nivel europeo, un clima de “reserva” sobre lo que puede pasar en España en los comicios de noviembre.

Esa incertidumbre, y la amenaza de un cambio de Gobierno como consecuencia de un pacto entre el PSOE y Podemos, pueden poner en peligro el objetivo de estabilidad presupuestaria exigido a España por la Unión Europea. Por ese motivo, a De Guindos se le ha pedido desde el Eurogrupo que transmita a Moncloa la necesidad de que apruebe los presupuestos antes de las generales.

Sin presupuestos hasta mayo

La preocupación de Bruselas es compartida por Mariano Rajoy y su equipo, si bien en el Gobierno ya se trabajaba en un adelanto de la aprobación de los Presupuestos, precisamente en previsión de que se forme Parlamento muy fragmentado tras los comicios de noviembre. Sobre este asunto, las fuentes consultadas por ECD son contundentes: “No contemplamos perder el gobierno, pero en cualquier caso es cierto que llegar a acuerdos será mucho más difícil en la próxima legislatura”.

Desde Moncloa recuerdan que hace cuatro años, y con mayoría absoluta del PP, el Gobierno Rajoy no aprobó presupuestos hasta cuatro meses después de ganar las elecciones: “Aunque podíamos sacarlos sin apoyos, existe un trámite parlamentario y un periodo de enmiendas inevitable, lo que nos hizo irnos a marzo”.

Ahora, con la más que segura entrada en el Congreso de partidos como Podemos y Ciudadanos tras las generales, el Ejecutivo considera imprescindible aprobar las cuentas antes de los comicios. De lo contrario, aseguran, “las negociaciones para tener unos Presupuestos pueden prolongarse más allá del primer trimestre del 2016, por lo que España no los tendría hasta mayo del año que viene”.

 

Diputados y ministerios, sin vacaciones

Así las cosas, el Gobierno tiene ya definido un plan de acción para los próximos meses encaminado a contar con un proyecto de ley de los Presupuestos Generales de 2016 antes de la celebración de las elecciones generales. Ese calendario de trabajo afectará tanto a los secretarios técnicos de los ministerios como a los diputados.

En primer lugar, el Consejo de Ministros de este viernes aprobará el techo de gasto para 2016, un paso previo imprescindible para elaborar las cuentas del próximo ejercicio. Después, esa propuesta pasará al Congreso de los Diputados para ser ratificada.

La Cámara Baja celebrará plenos extraordinarios los días 7, 8, 15 y 16 de julio. Será en esa segunda semana del mes cuando quede fijado el límite de gasto para que cada uno de los ministerios del Gobierno empiecen a redactar sus previsiones de ingresos y gastos en función de esa cifra.

Ese proceso provocará que los secretarios técnicos de todos los ministerios trabajen hasta finales de julio elaborando los informes pertinentes, que trasladarán posteriormente a Hacienda. Los diputados, por su parte, han sido advertidos de que estén disponibles en agosto por si se celebran reuniones del grupo parlamentario o hay plenos extraordinarios para preparar el debate sobre Presupuestos.

Las fuentes consultadas advierten, no obstante, que el plazo de presentación de enmiendas no se abrirá hasta octubre, por lo que no es muy improbable que las cuentas queden aprobadas por Congreso y Senado antes de las elecciones generales de noviembre. Pese a ello, aseguran, “estarán bien encarrilados para que se publiquen en el BOE en diciembre”, después de los comicios.

Primeras cuentas “expansivas” de la legislatura

El Gobierno apela a su “sentido de la responsabilidad” para justificar la decisión de Rajoy de adelantar los Presupuestos de 2016. No obstante, también reconoce que las nuevas cuentas serán “más amables” que las de los años previos, algo que puede beneficiar al PP desde el punto de vista electoral.

En este sentido, las fuentes consultadas anuncian que, por primera vez en esta legislatura, “aprobaremos unos presupuestos expansivos”, en los que habrá una mayor inversión en servicios sociales y la posibilidad de reducir impuestos. Esa circunstancia, aseguran, “demostrará que cuando nuestra economía está saneada dejamos atrás los recortes”.

Un argumento, este último, que el PP piensa usar tanto en los debates de enmiendas como en la próxima campaña electoral: “El PIB nacional ha subido un 3,3%, y eso nos permite afrontar otra política económica, que se consolidará en la próxima legislatura”.

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