Carod Rovira, recuperado de su afección cardiaca, ‘peina’ Cataluña con tres encuentros diarios y charlas con intelectuales

Los que siguen de cerca “la caravana” de Carod utilizan una expresión gráfica para definir lo que –según ellos- está sucediendo. “Es como una mancha de aceite”. Se quiere explicar así el calado progresivo de la estrategia diseñada por los republicanos para las próximas elecciones catalanas, que se sustenta en dos pilares: muchos encuentros y desplazamientos de una parte a otra de la región.   Como ya se relató en estas páginas, esta manera de actuar está inspirada en la forma de hacer de un insigne ex presidente de la Generalitat. A lo largo de sus 23 años al frente del Ejecutivo catalán, Jordi Pujol, visitó en numerosas ocasiones los 946 municipios catalanes. Sin dejarse ni uno.   Además, se cuenta que el líder catalán gozaba de una prodigiosa facultad para recordar los nombres, las historias y las preocupaciones de los lugareños que se acercaban a hablar con él. Pasados los años, los reconocía y les preguntaba por aquello que les había escuchado tiempo atrás. CiU se benefició durante muchos años de este modo de proceder que Bargalló, primero, y Carod Rovira, ahora, están imitando.   Carod Rovira está organizando hasta tres encuentros diarios con representantes sociales de la sociedad catalana. Desde el entorno del líder republicano se utiliza su agenda política para hacer ver que atrás quedó su afección cardiaca, perfectamente superada, dicen. Otro dato: Carod se está viendo con intelectuales de renombre. Escucha, explica y toma nota.   El principal empeño en estos momentos del candidato de ERC, desvelan desde su partido, es recuperar “aquel espíritu y aquella política que llevó a la formación a los históricos resultados que la catapultaron al gobierno”.   Sin embargo, dentro de Esquerra también hay corrientes críticas. Una de ellas, quizá la principal, asegura que Carod Rovira se está equivocando al seguir defendiendo públicamente la labor desarrollada por el Tripartito. “Es un error –apuntan-, porque Carod debe cortar con ese periodo de luces y sombras, actuar con más contundencia y adoptar un perfil propio”.   Mientras tanto, el líder republicano continúa con su incesante deambular por la intrincada geografía local, un trabajo ingente. De los 946 municipios catalanes, 28 no superan los 100 aldeanos; 492 se encuentran entre los 100 y los 1.000 habitantes; 254 se sitúan entre los 1.001 y los 5.000; 120 entre los 5.001 y los 20.000; 31 entre los 20.001 y los 50.000, y sólo 21 están por encima de los 50.000 residentes.