Ciutadans de Cataluña necesita dinero urgente para encuestas, cuenta con afiliar a sus socios y “padece” la Ley de partidos

Ciutadans de Cataluña afronta los problemas de financiación derivados de su adaptación a la ley de partidos. El pasado 9 de julio el movimiento contra el nacionalismo obligatorio se convirtió en partido político. Ahora busca fondos para acometer los gastos que supondrá su primera cita con las urnas.

Fuentes consultadas por El Confidencial Digital en el seno de “Partit de la Ciutadanía”, afirman que una de las tareas en la que se están empleando ahora con más empeño los miembros de Ciutadans es la asimilación de la extinta asociación a su nueva condición regulada por la Ley de partidos.   El trabajo de los miembros de la formación se centra en conseguir que las agrupaciones locales, que Ciutadans consiguió reunir en zonas fuera de Cataluña, no pierdan fuerza y efectivos. Se trata de conseguir que los socios pasen a ser afiliados, algo que no resulta tan sencillo.   El nuevo partido, iniciado por intelectuales como Albert Boadella, Arcadi Espada y Francesc Carreras, ya tiene nuevo presidente en la figura de Albert Rivera, un jovencísimo abogado barcelonés, que -en principio- encabezará el cartel de la nueva formación en su lucha por la Generalitat.   En Ciutadans son conscientes de que tendrán que ir creciendo económicamente para sostener los gastos que requiere la preparación de una campaña electoral y para profesionalizar sus actos. Disponían de sedes en las ciudades en las que mantenían una agrupación afín pero, en muchos casos, dependía de amistades que prestaban locales o hacían favores.   Desde Ciutadans confirman que las principales dificultades surgen de que sus promotores “no son políticos” y, por tanto, padecen la inexperiencia. Necesitan encuestas para comprobar el nivel de penetración social de los mensajes de la nueva formación, sondeos de ámbito nacional, pero eso cuesta mucho dinero.   Por lo pronto, los miembros de Ciutadans consultados por ECD ponen sus esperanzas en la masa abstencionista que se registra en todas las elecciones catalanas. A su entender, se trata de personas que no han podido votar hasta ahora por carecer de un partido con el que poder identificarse. La percepción de Ciutadans es que la acogida al nuevo partido es muy buena, y aseguran que hasta los medios de comunicación pública de Cataluña han modificado su tratamiento prestándoles ahora una atención que no existió en sus inicios.   Los ideólogos del nuevo partido, que esperan poder quedar aglutinados dentro de poco en un “think tank” del que ya se habló en estas páginas, quieren aparecer como interesados en atender a los problemas reales de los ciudadanos, en un afán de hacer un política práctica alejada de los partidismos que, a juicio de Ciutadans, atenaza actualmente la labor de los representantes públicos.

 

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