Condenado a pagar una multa porque telefoneó a casa del desaparecido Gil Ostoaga y llamó a los etarras “asesinos”

El hijo de un Guardia Civil afectado por los asesinatos cometidos por el terrorista Gil Ostoaga, es acusado por injurias y calumnias, llamadas maliciosas y delitos contra la libertad. El imputado, que llamó al domicilio de Ostoaga calificando de "asesinos" a los etarras, ha sido condenado a pagar una multa por un juzgado de Bergara (Guipúzcoa).

El hijo de un Guardia Civil afectado por los asesinatos cometidos por el terrorista Gil Ostoaga, es acusado por injurias y calumnias, llamadas maliciosas y delitos contra la libertad. El imputado, que llamó al domicilio de Ostoaga calificando de "asesinos" a los etarras, ha sido condenado a pagar una multa por un juzgado de Bergara (Guipúzcoa). En octubre de 2002, el etarra Ramón Gil Ostoaga, condenado a prisión por el asesinato del alcalde de Olaberría y de cuatro guardias civiles, fue puesto en libertad por la juez de vigilancia penitenciaria de Bilbao, Ruth Alonso, tras cumplir sólo siete años de condena. Un guardia civil retirado y gravemente enfermo reconoció a Ostoaga como el asesino de un compañero suyo de la benemérita. Tras recordar los hechos, el agente jubilado sufrió una crisis de ansiedad, se negaba a comer, y enajenado mentalmente se armó con su sable y no quería dormir porque afirmaba que "los de ETA" venían a matarle. Su hijo Juan Antonio, afectado por la crisis sufrida por su padre, entró en un foro de Internet en el que se comentaba la actitud de la jueza y se hablaba de injusticia por la puesta en libertad del "asesino" condenado a centenares de años y que con unos pocos estaba ya en la calle. Cierta persona anónima, que tan sólo decía ser de Legazpi, informó en el foro de que el etarra vivía en la citada localidad, en casa de su hermano, y facilitaba un número de teléfono para que cualquiera pudiera manifestarle su opinión por su pasado. Juan Antonio telefoneó repetidas veces al domicilio de Ostoaga. Nunca consiguió que su interlocutor fuera el etarra recién liberado, pero cuando alguien de su familia respondía, insultaba con el calificativo de "asesinos" a los miembros de ETA. Un mes más tarde de su excarcelación, Ostoaga se suicidó. Tras este hecho, Juan Antonio siguió llamando al domicilio diciendo que sentía su muerte, pero manifestaba que ese dolor que padecía ahora la familia es también el que sufren los familiares de las víctimas que el terrorista asesinó. Recientemente, Juan Antonio, que reside en Barcelona, recibió un exhorto del Juzgado de Instrucción nº 2 de Bergara, en Guipúzcoa. Se trata de una denuncia interpuesta por Francisco Gil Ostoaga, hermano del desparecido terrorista, que acusa a Juan Antonio de injurias y calumnias, llamadas maliciosas y delitos contra la libertad. Se había interceptado su número de móvil y se habían grabado los mensajes e insultos que Juan Antonio lanzó contra la banda terrorista. Ha sido declarado culpable de los delitos que se le imputan y debe pagar una multa de 60 euros. Aunque se trata de una cantidad simbólica, el acusado se niega a pagarla. Juan Antonio se defiende diciendo: "Según mis noticias hay miles de perseguidos, acosados y amenazados. Yo mismo he oído al sr. Otegui decir que el Rey es el jefe de los torturadores, al sr. Otamendi acusar de torturas a la Guardia civil, y a mí, un pobre desgraciado, me piden responsabilidades por llamar asesinos a los terroristas". Además, los datos personales de Juan Antonio se han filtrado y afirma que viene recibiendo amenazas de entornos abertzales e incluso de grupos independentistas catalanes.

 

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