Crisis en el PP de Cataluña tras los malos resultados de las municipales, y fuerte críticas a Josep Piqué: “Nos arrastra a la derrota final”
Las aguas bajan revueltas en el PP de Cataluña, después de las elecciones municipales del 27 de mayo, en las que los resultados del partido han sido de nuevo malos. Y se echa ya con claridad la culpa a su presidente regional, Josep Piqué.
Sectores importantes del Partido Popular catalán, que hasta ahora han permanecido callados, empiezan a hacer oír su voz, por considerar que el actual líder, no sólo no ha encarrilado las cosas, sino que cada vez van a peor. Altos cargos regionales han comentado a El Confidencial Digital: “Piqué nos arrastra a la derrota final”.
“Nuestros resultados son dramáticos –afirman-. Ni siquiera hemos sido capaces de captar a los votantes de Ciutadans, partido que ha nacido fruto de las carencias del PP. No hemos sabido dar respuesta a la demanda de un gran sector catalán conservador”.
Molesta especialmente que el análisis que ha hecho Piqué sobre la derrota en las municipales haya vuelto a cargar sobre los anteriores dirigentes del PP, es decir, Vidal Cuadras y Alberto Fernández.
“Piqué, en lugar de hacer autocrítica, lo único que se le ocurre es seguir los pasos de Gallardón, y postularse ante Rajoy para encabezar las listas de PP en Cataluña en las generales, o sea, al Congreso. Está dando prioridad a sus proyectos personales, por encima de los intereses del partido. Gallardón al menos va de victoria en victoria. Piqué, en cambio nos arrastra a la derrota final”.
El “efecto Piqué” no funciona
Las fuentes a las que ha tenido acceso ECD se muestran rotundas. “Lo nuestro no es una pataleta. Los datos están ahí. En 2002, sosteníamos a CiU en el poder. Ahora, gobierna el tripartito, somos la cuarta fuerza y no pintamos nada. Desde las municipales de 2003 hemos perdido 250 concejales. Y estos malos resultados son fruto del fracaso del proyecto Piqué”.
Los descontentos con el actual presidente regional apuntan, como síntoma de lo que está pasando, algunos hechos, anecdóticos pero significativos.
En Viladecavalls (Barcelona), Piqué se ofreció, en un mitin, a formar parte de la candidatura municipal del PP, pero en el último lugar, el 13, como señal de respaldo simbólico a la lista. Era un golpe de efecto, porque allí, el 14 de diciembre de 2000, ETA asesinó al concejal popular Francisco Cano.
Cano, único representante del PP en esa localidad, fontanero de profesión, murió tras estallar una bomba lapa que ETA había adosado a su vehículo.
“En los anteriores comicios teníamos el 10 por ciento de los votos y un concejal, con Piqué en la lista hemos pasado a un 4,5 por ciento de votos y cero concejales”. “Y lo mismo ha ocurrido –señalan- en su localidad natal, en Vilanova y la Geltrú”.
Los críticos no tienen mucha confianza en que desde Génova se exijan responsabilidades a Piqué por la marcha del partido en Cataluña. “Todos conocemos a Rajoy, y es un político que mide los tiempos”.
Por su parte, Piqué se ha dedicado a estudiar los “agujeros negros” de los resultados municipales últimos y, según él, radican en Gerona, en la comarca barcelonesa del Maresme, en Tierras del Ebro y San Cugat.
