ETA está cambiando sus métodos de captación de militantes: menos ‘borrokas’ y más ingenieros, periodistas y químicos
ETA necesita nutrirse de militantes de base que le sirvan a la organización para diversas funciones: desde fabricar explosivos hasta dar cobijo en un piso a los miembros de los comandos. La banda continúa a día de hoy captando activistas ‘para la causa’, aunque las demandas se dirigen en otro sentido.
Históricamente, y particularmente en los últimos años, la cantera de ETA ha sido la llamada ‘kale-borroka’. Las calles del País Vasco son el perfecto filón de futuros terroristas. Actuales dirigentes de la actual organización, como por ejemplo Mikel de Garikoitz Aspiazu, ‘Txeroki’ o ‘Arrano’, o Aitzol Iriondo, ‘Gurbitz’, provienen de la conocida como violencia callejera.
No obstante, las dudas empiezan a surgir en el seno interno de la organización terrorista que comprueba como sus mayores y más veteranos especialistas en cuestiones técnicas son detenidos por la Policía.
Esta escasez de expertos lleva a ETA a reclutar no sólo a activistas de la ‘kale-borroka’ sino también a personas con un perfil más académico. Las fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por El Confidencial Digital explican que la banda busca en mayor medida a “personas más técnicas”, como especialistas en química, o periodistas, o ingenieros con conocimientos de electrónica, o encuestadores (para la organización es clave sondear la opinión de los ciudadanos), etc.
Perfiles más cualificados que el aparato de captación o ‘mattin’, dirigido por Unai Zubizarreta, se encarga de intentar adherir a la ‘causa proetarra’. Lo perfecto, aclaran, sería intentar incorporar a un agente de la Ertzaintza.
En estos momentos, la Policía sospecha que ETA cuenta únicamente con dos personas con conocimientos suficientes en electrónica, explosivos y química capaces de fabricar explosivos de una manera eficaz.
Se trata de Tomás Elorriaga Kunze, considerado como el jefe del ‘aparato’ de Explosivos y Armamento de ETA, y Eneko Gogeaskoetxea. Ambos forman uno de los tándems más letales de ETA pues son los encargados de la fabricación, instalación, distribución e instrucción en el manejo de explosivos.
Tanto Elorriaga Kunze como Gogeaskoetxea se iniciaron en el manejo de las bombas de la mano del detenido Luis Ignacio Iruretagoyena Lanz, acusado de fabricar la furgoneta que estalló en el aparcamiento de la T-4 de Barajas.
