Los exiliados por ETA no quieren volver al País Vasco. El Gobierno de Patxi López constata el fracaso de su plan: no se fían de la tregua; no quieren vivir gobernados por Bildu

Existe un debate abierto sobre si los ciudadanos vascos que abandonaron la región por la violencia de ETA pueden votar en las próximas elecciones autonómicas. Sin embargo, apenas se ha mencionado el fracaso del plan diseñado por el Gobierno de Patxi López para atraer a los exiliados a su lugar de nacimiento: no han regresado ni 1.000 personas.

En febrero de 2011, el consejero de Interior, Rodolfo Ares, anunció que el Gobierno de Patxi López iba a facilitar el regreso a Euskadi de todas aquellas personas que durante los más de treinta años de terrorismo de ETA se vieron obligadas a abandonar su hogar.

En el proyecto, se incluía la modificación de la Ley de Víctimas aprobada en el parlamento autonómico para ampliar las indemnizaciones y ayudas económicas a todos los afectados por la violencia de los terroristas que estuvieran fuera de la región, con el objetivo de facilitar su vuelta.

El Gobierno Vasco estimaba entonces que, gracias a esta iniciativa, regresarían a la región entre 45.000 y 60.000 personas, según los datos que manejaban organizaciones como Ararteko o la Asociación Pro-víctimas de Persecución, Amenazados y Exiliados (Zaitu), a las que el Ejecutivo autonómico daba toda credibilidad.

Sin embargo, año y medio después de ese anuncio, y pese al anuncio del cese definitivo de la violencia por parte de ETA en octubre de 2011, el número de exiliados que ha regresado a Euskadi es prácticamente inapreciable según confirman fuentes oficiales.

“No han vuelto ni 1.000 personas”

Según explica a El Confidencial Digital una voz autorizada de la Oficina de Atención a Víctimas del Terrorismo, organismo dependiente de la consejería de Interior que se encarga de tramitar las peticiones de regreso, “no tenemos aún un censo cerrado y oficial con la gente que ha vuelto, pero la cifra no alcanza ni las 1.000 personas”.

El Ejecutivo vasco maneja varias causas que explican la reticencia de esas familias a volver a su región de origen. Son las siguientes:

-- Los exiliados no se creen la tregua de ETA. Desde que la banda terrorista anunciara el cese definitivo de la violencia, en octubre de 2011, apenas se han recibido solicitudes de retorno por parte de los exiliados. Esto se explica por “el miedo que este colectivo aún mantiene ante los terroristas; y la incredulidad con la que se toman todos los comunicados de los asesinos”.

-- La presencia de la izquierda abertzale en las instituciones. La irrupción de Bildu y su llegada a los ayuntamientos y a las juntas generales vascas ha sido clave en la decisión de los huidos de no regresar a su hogar: “No quieren volver sabiendo que en su localidad gobiernan los abertzales que hasta no hace mucho mostraban su apoyo expreso a ETA”.

 

-- La mayoría tiene la vida resuelta fuera de Euskadi. Las fuentes consultadas añaden que un buen número de exiliados lleva treinta años fuera de su hogar de nacimiento y ya han forjado sus vidas en los lugares a los que se desplazaron: “Muchos formaron allí su propia familia y tienen trabajo estable, por lo que ni se plantean regresar”.

-- Aún no se han aprobado las ayudas al colectivo. Cuando anunció el plan para facilitar el regreso de los exiliados vascos, el Gobierno de Patxi López prometió unas indemnizaciones que año y medio después aún no se han aprobado. Oficialmente se explica que ya se ha iniciado la reforma de la ley de víctimas que las contempla: “el objetivo es que se puedan solicitar antes de que acabe la actual legislatura”.

Guerra Madrid-Vitoria por la cifra de exiliados

Las familias vascas que abandonaron el lugar en el que nacieron para huir de la violencia de ETA están siendo noticia estas semanas, por la intención del Gobierno de Mariano Rajoy de que puedan votar en las próximas elecciones autonómicas.

Para ello, desde Moncloa se está elaborando un censo electoral en el que estarían los nombres de unas 300.000 personas que se vieron forzadas a huir de Euskadi por la amenaza del terrorismo.

Desde la Oficina de Atención a las Víctimas del Gobierno Vasco rechazan esta estimación, y aseguran que “nuestra intención nunca ha sido ofrecer una cifra oficial que rebata a la que ha dado Madrid, ya que el único sitio en el que poder consultar cuánta gente se fue, desglosado año por año, es el padrón. Y allí no se especifican los motivos que llevaron a esas personas a abandonar Euskadi”.

No obstante, el departamento de Interior que dirige Rodolfo Ares sí dio credibilidad, en febrero de 2011, a las cifras ofrecidas por Ararteko y la Asociación Pro-víctimas de Persecución, Amenazados y Exiliados (Zaitu), que hablaban de un exilio de entre 45.000 y 60.000 personas.

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