“La España de Juan Carlos”: los extranjeros ven con pesimismo el futuro del país y anuncian que ha terminado “el milagro español”

Crisis del modelo crecimiento y quiebra de los fundamentos políticos que han proporcionado estos años de brillantez. Son dos puntos negros que forman parte del análisis pesimista que fuera de nuestras fronteras se hace sobre el futuro de España. Abundan cada vez más estas previsiones pesimistas, en libros y artículos de prensa.

Acaba de publicarse en Francia “La España de Juan Carlos”, de Michel Faure, editado por Perrin, en la tradición de los “viajes a España” tan frecuentes en los dos últimos siglos. Al elogio de la rápida y espléndida modernización que ha protagonizado este país, Faure opone las graves amenazas que se ciernen.

El resumen de los peligros lo resume así: la cohesión del Estado está amenazada por los separatismos regionales y el terrorismo de ETA; la institución de la Monarquía ha sido puesta en cuestión; el crecimiento económico se ha mostrado, de pronto, muy frágil; el enfrentamiento derecha-izquierda ha acentuado la crispación de la vida política; la ruptura del “pacto de olvido”, fundamento de la transición democrática, ha reavivado las heridas de la guerra civil y las secuelas del enfrentamiento entre las dos Españas.

“La España de Juan Carlos” habla también del cambio en las costumbres, la corrupción inmobiliaria de Marbella, el jazz andaluz, las noches de la movida y el debate sobre el futuro de las corridas de toros.

El final del milagro español

Con un planteamiento semejante, Le Point publicaba la semana pasada un análisis de Nicolas Baverez titulado “El final del milagro español”, en el que la crítica más contundente es que existe un “déficit de liderazgo y de estrategia a la cabeza de España”, algo que resulta inquietante también para la zona euro, porque éste ha sido uno de los pocos países que ha tirado de la economía europea.

“Sin duda, España afronta el final de la edad de oro de la transición postfranquista y del milagro económico”, afirma Baverez. Los ataques a la institución monárquica, el Estatuto de Cataluña y la vuelta del terrorismo vasco han roto el consenso institucional, y los pactos de la transición no han sobrevivido a los atentados de 2004, a la inesperada victoria entonces de Zapatero y a las leyes de memoria histórica, que han vuelto a abrir las heridas de la guerra civil.

El modelo que ha conducido a España hasta 2008 ha llegado al final. Pero ni los ciudadanos ni la clase política quieren asumirlo y buscar otras salidas. Por eso, tres decenios de modernización y de apertura, el milagro de la transición, están amenazados y España, falta de estrategia, afronta de nuevo dudas sobre su identidad y su futuro.

 

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