Un fiasco mayor de lo que se publica

Exteriores constata un rotundo fracaso en el intento de internacionalizar el conflicto de Cataluña

La Generalitat ha contratado lobbies internacionales, gastado un millón de euros, pero Artur Mas no ha logrado ningún pronunciamiento a favor

Artur Mas junto a Margallo y Rajoy.
Artur Mas junto a Margallo y Rajoy.

La Generalitat de Cataluña está fracasando en toda la línea en su intento de internacionalizar el proceso soberanista, según el ministerio de Exteriores. El gobierno de Cataluña ha constatado su aislamiento y soledad internacional pese al dinero y los esfuerzos empleados, contratando lobbies y forzando entrevistas con Artur Mas en medios internacionales y reportajes inducidos.

No ha conseguido el pronunciamiento a su favor de ninguna autoridad política ni europea ni internacional, ni de ningún organismo solvente, ni siquiera cultural. El president ha fracasado en todos los intentos de conseguir algún respaldo de altas autoridades europeas.

En sus visitas internacionales se le ha dado trato de segundo nivel, y nadie le ha dado un espaldarazo más allá de vagos apoyos al “derecho a decidir”. Exteriores tiene monitorizados y evaluados en un dossier desde septiembre de 2012, fecha de la histórica Diada, todos esos esfuerzos 'diplomáticos', tan costosos como inútiles.

Seguimiento desde Exteriores

Desde el inicio de la deriva soberanista catalana, el ministerio de Asuntos Exteriores, que dirige José Manuel García Margallo, realiza un seguimiento y marcaje férreo al intento de internacionalizar el proceso. El balance que obtiene hasta hoy es de un fracaso absoluto, pese al dinero y las personas y esfuerzos empleados, “mucho mas de lo que se dice y se publica”, según fuentes del ministerio a las que han tenido acceso El Confidencial Digital.

Solo en contratar al lobbie anglosajón Independent Diplomat, la Generalitat ha gastado un millón de euros, con magros resultados y ningún respaldo internacional.

Este lobby, que defiende causas como la independencia del Sahara y Sudán del Sur, suele cobrar menos de la mitad de la minuta que ha facturado al gobierno de Artur Mas. Los lobistas han convencido, al parecer, a la Generalitat de que a más dinero más efectividad. Vistos los resultados todo apunta a un monumental engaño.

Escocia por detrás

Todos los intentos fallidos del 'Servicio exterior catalán' y de los lobbies contratados a golpe de talonario son descriptibles por sus ínfimos resultados, según las fuentes consultadas.

Los únicos éxitos han sido media docena de entrevistas con medios internacionales de prensa, y tres o cuatro editoriales o reportajes en los que se “reproducían los argumentos soberanistas” a instancia de parte, pero no se les avalaba.

 

Es más, la prensa anglosajona de prestigio enjuicia el caso catalán “en el contexto de la consulta por la independencia en Escocia”, y por tanto como un conflicto peligroso y una molestia y un incordio sobrevenido para el devenir de la Unión Europea. Los medios anglosajones no prestarían ninguna atención al proceso catalán de no ser por el referéndum escocés de septiembre próximo, y “ninguna atención es ninguna, salvo la óptica y atención pasajera que se presta a un suceso político atípico”, señalan en Exteriores.

Derecho a decidir

Ni el New York Times, ni Wall Street Journal, ni Le Monde, ni siquiera The Economist, muy aficionado a entrar en el análisis de conflictos internacionales atípicos, se han posicionado en la línea que querría la Generalitat.

El derecho a decidir para los medios anglosajones se contextualiza en los términos en que comentan por ejemplo los referendos suizos, que someten a referéndum cualquier cosa, es decir como un “uso de democracia directa histórico y singular”, defendible como principio de democracia directa. Pero los suizos someten a consulta “cuestiones domésticas de política ordinaria”; no ponen en cuestión nada esencial para su futuro o su estabilidad política, ni la integridad de su país, su régimen constitucional o las fronteras.

Por poner un ejemplo, “ningún cantón suizo pediría un referéndum de independencia, a pesar de que hay cantones ricos y pobres, y diferencias lingüísticas y culturales notables. Y si algún cantón lo pide tendría que vérselas con el armazón jurídico-constitucional de la Confederación Helvética”. De hecho ningún cantón tiene derecho a independizarse desde la constitución de la Confederación Helvética en 1848.

La pretensión de la Generalitat de que “los medios internacionales ven con simpatía la consulta catalana” , como dice a veces el portavoz del gobierno catalán, es “una fantasía”, muy loable, pero una fantasía, tal como lo enjuician en el Palacio de Santa Cruz.

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