Exteriores contacta con embajadores en España para neutralizar a Romeva
Les pide que no le traten como a un ministro de un país europeo
Raül Romeva se ha marcado como objetivo visitar al mayor número posible de embajadores para compartir con ellos el llamado proceso de independencia de Cataluña. Sin embargo, desde el Ministerio de Asuntos Exteriores se trabaja ya para no ponérselo nada fácil al nuevo consejero de la Generalitar de Puigdemont.
Según explican a El Confidencial Digital fuentes bien situadas en el departamento que dirige José Manuel García-Margallo, en los últimos días se han realizado llamadas a importantes embajadas europeas en España para advertir a sus delegaciones de los planes del nuevo gobierno catalán y de su intención de usar a los diplomáticos para lograr apoyos a su causa.
En ese sentido, desde Exteriores quieren evitar que cualquier representante de otra nación en nuestro país abra la puerta, de forma explícita, a recibir a Romeva como si de un ministro se tratara, tal y como pasó la semana pasada con el embajador de Holanda:
--“En una rueda de prensa le acribillaron a preguntas sobre Cataluña y no descartó ninguna posibilidad, algo que ha sido empleado por los medios afines a la Generalitat para hacer campaña”.
Así las cosas, en el Ministerio están pidiendo “extremo cuidado” con lo que se dice respecto a Cataluña, recordando, a la vez, que las principales instituciones europeas han descartado, en repetidas ocasiones, la viabilidad de una Cataluña independiente.
Los permisos a Romeva
En paralelo a estas gestiones, en Exteriores ya han advertido a la Generalitat que Raül Romeva deberá informar de todos sus viajes diplomáticos que se produzcan fuera de la zona euro.
Una exigencia legal que, a priori, ralentizará la gira internacional en la que ya trabaja el consejero catalán, cuyo objetivo era poder ser recibido también por países ajenos a la Unión Europea e incluso viajar a Estados Unidos.
Desde el Ministerio recuerdan que incluso los ex presidentes del Gobierno están obligados a informar de este tipo de viajes a países extranjeros, tal y como hicieron José Luis Rodríguez Zapatero cuando visitó Cuba y Felipe González cuando fue a Venezuela.
