Informe: Los terroristas del 11-M eran magrebíes como otros muchos que viven en España y la fecha del atentado se fijó por las elecciones

Los terroristas que perpetraron los trágicos atentados del 11-M en Madrid eran inmigrantes magrebíes, como otras decenas de miles que residen en España. Además, la fecha se eligió teniendo en cuenta las elecciones generales que iban a celebrarse días después en nuestro país.

Son dos de los principales datos que maneja el informe “Los terroristas de los atentados de Madrid. Resultados de la investigación dos años después”, publicado en la revista norteamericana Terrorism Monitor con la firma de Javier Jordán y Robert Wesley.   En cuanto al primer punto, el informe destaca que los terroristas estaban afincados en España con cierta normalidad, tenían permiso de residencia y se encontraban en situación económica aceptable, de manera similar a muchos miles de emigrantes en nuestro país. La radicalización no se debió a exclusión social, sino a tareas de adoctrinamiento en España.   Por su interés, reproducimos los tres apartados de análisis de ese informe.   Origen de la red y relación con Al Qaeda en Europa   El origen de la red es complejo de describir por la cantidad de relaciones y nombres que aparecen en la trama. Sin embargo un resumen de lo esencial ayuda a entender la capacidad de regeneración de las redes yihadistas y el modo de actuar tan sinuoso, y ocasionalmente eficaz, de las redes de Al Qaeda en Europa después del 9/11.   La red de los atentados de Madrid surgió de la siguiente forma:   Entre finales de 2001 y principio de 2002 una operación policial desarticuló la red yihadista de Abu Dahdah, asentada principalmente en Madrid. La red de Abu Dahdah había estado compuesta inicialmente por individuos de origen sirio. Posteriormente se fue nutriendo de marroquíes, gracias en gran medida a la labor de captación del marroquí Amer Azizi. Azizi también mantenía relación con el Grupo Combatiente Libio y con el Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), dos grupos asociados a Al Qaeda. Azizi logró escapar a aquella operación policial y a día de hoy se encuentra en paradero desconocido. Es posible que lograra refugiarse en Pakistán.   El marroquí Mustapha El Maymouni fue reclutado por Azizi en 2001 y frecuentó las reuniones de la red de Abu Dahdah antes de que fuera desarticulada. Maymouni no fue detenido ya que no en ese momento no existían pruebas contra él. Después de la desaparición de Abu Dahdah mantuvo relación con otros yihadistas marroquíes en Madrid y en Marruecos, donde viajaba con frecuencia. Intentó sin éxito marchar a combatir a Afganistán en 2002. A comienzos de 2003 consolidó un grupo en Madrid y otro en Kenitra y Larache (Marruecos). El grupo de Maymouni en Madrid estaba compuesto mayoritariamente por marroquíes, varios de ellos relacionados a su vez con el GICM.   En el adoctrinamiento de ese grupo jugaron un papel muy destacado los hermanos Moutaz y Mohannad Almallah Dabas. Ambos eran de origen sirio pero habían conseguido la nacionalidad española. Los dos tenían vinculación directa con Al Qaeda. La policía española considera probado que ambos mantuvieron contactos con Mohamed Bahaiah, Abu Khaled, considerado el "correo personal de Osama Bin Laden para Europa", y con Abu Qatada. Moutaz vivía en Londres y se movía en el entorno de la mezquita de Finsbury Park. Mohannad residía en Madrid y en su casa se celebraban reuniones a la que asistía miembros del grupo de Maymouni.   A mediados de 2003 Maymouni fue detenido en Marruecos, acusado de estar implicado en los atentados de Casablanca. A partir de ese momento su cuñado, el tunecino Serhane Ben Abdelmajid Fakhet, se convirtió en el líder del grupo.   En los meses siguientes se unieron al grupo de Serhane otros individuos destacados. Uno de ellos fue el argelino Allekema Lamari, antiguo miembro del GIA, detenido en 1997 en Valencia y puesto en libertad en 2002. Otro fue el marroquí Jamal Ahmidan, un narcotraficante que fue captado al yihadismo durante su estancia en prisión en Marruecos, y que resultó crucial para la financiación y obtención explosivos que se utilizaron en los atentados de Madrid. El resto eran en su mayoría marroquíes. Algunos de ellos como Mohamed Afallah y Driss Chebli estaban relacionados con Yousef Belhadj, un miembro destacado del GICM en Europa, y pusieron a este en contacto con Serhane.   Poco después del verano de 2003 el grupo liderado por Serhane, Lamari y Jamal Ahmidan comenzó a preparar los atentados de Madrid, que ejecutaron con éxito el 11 de marzo de 2004.   A día de hoy una de las principales incógnitas es: ¿quién tuvo la idea? 1) Serhane y los otros miembros de su grupo; o 2) Algún miembro de alto nivel de Al Qaeda que les transmitió la orden a través de los hermanos Almallah Dabas o del miembro del GICM Yousef Belhadj   La posibilidad de que la orden procediese de un nivel superior dentro de Al Qaeda tiene su lógica. En octubre de 2003 Osama Bin Laden amenazó explícitamente a España por la presencia de sus tropas en Irak. En diciembre de ese mismo año una web yihadista publicó un documento de cuarenta páginas donde, tras analizar la situación política de España y la proximidad de elecciones en marzo de 2004, recomendaba intensificar los ataques contra las tropas españolas en Irak [4]. Pocos días después la “agencia de noticias” yihadista Global Islamic Media publicó otro documento donde se insinuaba la posibilidad de un ataque contra España fuera de Irak.   En cualquier caso el canal de comunicación con Al Qaeda existía y dos miembros importantes del GICM en Europa, Yousef Belhadj y Hassan El Haski, tuvieran conocimiento previo de los atentados. La cuestión es si Serhane ideó el plan y lo comentó, o pidió permiso, a los miembros del entramado de Al Qaeda en Europa, o si, por el contrario, estos se lo sugirieron a él y a su grupo.   Perfil de los miembros   La mayor parte de ellos se habían sumado a la militancia yihadista cuando vivían en España. Salvo excepciones, su situación socioeconómica no era marginal. Casi todos ellos contaban con permiso de residencia legal.   Varios de ellos estaban casados y tenían hijos. Hablaban bien español y en su mayoría tenían trabajo. Una proporción importante de ellos pertenecían a la clase media. Serhane, el líder del grupo, tenía estudios universitarios y durante varios años disfrutó de una beca del gobierno español para realizar su doctorado en Económicas en una de las mejores Universidades de España en Madrid. Serhane se había casado hacía poco y esperaba un hijo.   En términos generales su situación era similar a la de otros muchos miles de inmigrantes magrebíes en España, y en algunos casos estaban por encima de la media. Todo esto constituye un indicador muy poderoso de que los procesos de radicalización no se deben tanto a la exclusión social como a otro tipo de factores relacionados con la propaganda, la creación de contraculturas radicales y la pertenencia a determinadas redes sociales previas [7]. Por ejemplo, Amer Azizi, Mustafa el Maymouni y Serhane Ben Abdelmajid frecuentaron y se conocieron en las actividades del movimiento misionero deobandí Yama’a At Tabligh Al-Da’wa en Madrid.   Características operativas de la red   Ninguno de los miembros del grupo de Serhane había pasado por un campo de entrenamiento terrorista en Afganistán, Chechenia u otro lugar del mundo. Pero aun así fueron capaces de planificar, organizar y ejecutar los atentados por sí mismos. Un hecho sin duda inquietante en el análisis de hasta donde pueden llegar los grupos yihadistas no profesionales. La única incógnita que también se mantiene a día de hoy es quién fabricó las bolsas con explosivos. Se sabe quién facilitó los teléfonos móviles que sirvieron como temporizadores y cómo consiguieron la dinamita y la metralla. Sin embargo se desconoce si fabricó las bombas uno de ellos o quizás algún individuo especializado en esa tarea dentro del GICM en Europa, que posteriormente desapareció de escena. Todavía hay cinco rastros de ADN de personas que no han sido identificadas y que estuvieron en varios de los escenarios donde coincidió el núcleo operativo de la red terrorista.   La financiación del grupo provino en su mayor parte de los negocios de drogas del yihadista marroquí Jamal Ahmidan. La policía española calcula que la preparación de los atentados costó en conjunto entre 41,000 y 55,000 Euros. Esa cifra incluye la compra de explosivos (unos 210 kilos de dinamita), que se realizó mediante el pago directo con drogas (between 25 and 30 kilos of hashish) y un Toyota Corolla, robado en Madrid.   La elección de la fecha de los atentados, tres días antes a las elecciones generales, tuvo muy posiblemente como finalidad alterar el resultado político. Los terroristas vivían desde hacía años en España y conocían la movilización popular de comienzos de 2003 contraria al apoyo del gobierno de Jose Maria Aznar a la guerra en Irak. Al igual que los documentos yihadistas publicados en una web en diciembre de 2003, ellos también sabían que un atentado indiscriminado en Madrid muy poco antes de las elecciones afectaría a los resultados. Un efecto que efectivamente se produjo, según las encuestas postelectorales y algunos estudios científicos posteriores [11].   Por último, los miembros principales de la red formaron desde el comienzo un grupo suicida. Los atentados de Madrid fueron el inicio de una campaña terrorista que seguramente tenía previsto terminar con la muerte de sus principales operativos. Una persona que frecuentó el entorno de Serhane relató a la policía que esta habló claramente de la necesidad de contar con un grupo de “mártires” dentro de España. En los comunicados que grabaron en video los yihadistas iban vestidos como suicidas, algo que desde el primer momento despertó la alarma de los analistas del servicio de inteligencia español [13]. Tres semanas después de la masacre de Madrid los terroristas pusieron otra bomba que no llegó a explosionar en la vía del tren de alta velocidad que enlaza Madrid con Sevilla. Después del suicidio de siete de ellos, se encontraron más explosivos y planos de un centro judío y de un centro comercial en las cercanías de Madrid. Afortunadamente las siguientes pesadillas que idearon los terroristas nunca llegaron a materializarse.   [4] Brynjar Lia & Thomas Hegghammer, "Jihadi Strategic Studies: The Alleged Al Qaeda Policy Study Preceding the Madrid Bombings", Studies in Conflict & Terrorism, 27, (2004), pp. 355-375. [5] Reuven Paz, A Message to the Spanish People: The Neglected Threat by Qa`idat al-Jihad, Global Research in International Affairs (GLORIA) Center, Prism Special Dispatches, Volume 2, Number 2 (18 March 2004) [7] Marc Sageman, Understanding Terror Networks, (Philadelphia: University of Pennsylvania Press, 2004); Robert S. Leiken, Bearers of Global Jihad? Immigration and National Security after 9/11, (Washington, DC: The Nixon Center, 2004) [11] Estudio No 2.559 del Centro de Investigaciones Sociológicas; Narciso Michavila “War, Terrorism and Elections: Electoral Impact of the Islamist Terror Attacks on Madrid”, Real Instituto Elcano, Working Paper 13/2005 in http://www.realinstitutoelcano.org/documentos/186.asp; José Antonio Olmeda, Fear or Falsehood? Framing The 3/11 Terrorist Attacks in Madrid And Electoral Accountability, Real Instituto Elcano Working Paper, 5 May 2005, in http://www.realinstitutoelcano.org/documentos/195.asp#_edn22 [13] Appearance of Mr Jorge Dezcallar, ex Director of the Centre National for Intelligence in the Parliamentary Commission investigating Madrid bombings, 19 July 2004

 

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