El político catalán telefoneó a otros líderes nacionales

Jordi Pujol llamó a su amigo Felipe González para pedirle que le defendiera en público

El ex presidente socialista afirmó el 5 de septiembre que “Pujol no era un corrupto”. Esa frase le ha provocado problemas en el PSOE

Felipe González y Jordi Pujol.
Felipe González y Jordi Pujol.

El ex president de la Generalitat ha telefoneado a varios líderes políticos nacionales de su etapa de gobierno para pedirles ayuda. Jordi Pujol quería que, en virtud del apoyo que él prestó a los diferentes ejecutivos nacionales para la gobernabilidad del país, ahora le correspondieran con alguna declaración pública en su favor.

En efecto, Jordi Pujol quería que esas declaraciones públicas de grandes políticos 'madrileños' a su favor contrarrestaran de alguna manera la avalancha de declaraciones en su contra después de reconocer en julio que había defraudado al fisco durante 34 años. “No encontré el momento de regularizar una herencia de mi padre”, señaló Pujol en un comunicado en julio.

De acuerdo con las fuentes consultadas, una de esas personalidades a las que Pujol llamó para pedirle ese favor fue su amigo Felipe González. El ex presidente socialista siempre ha tenido una buena relación con él y gobernó en varias legislaturas gracias a los votos de Convergencia i Unió (CiU).

El ex líder del PSOE declaró el pasado 5 de septiembre en un desayuno público en Sevilla que “nunca he pensado que Pujol fuera un corrupto”. Según las palabras de González, en su opinión, la confesión del político catalán se debía más a “una operación de cobertura hacia los que tiene debajo”.

González se refería en sus declaraciones a los hijos de Pujol, implicados en supuestos delitos fiscales y de cobro de comisiones a cambio de la concesión de obras públicas de la Generalitat. El ex presidente socialista aseguró que “todavía hoy creo que es una operación de cobertura hacia los que tiene debajo aunque eso no quita la extrema gravedad del asunto”.

Efecto contrario

Las palabras de González tuvieron en realidad el efecto contrario al deseado. En lugar de servir de ayuda a Pujol y permitir que se frenaran las críticas hacia el ex president, lo que provocaron fue un pequeño terremoto interno que obligó al nuevo secretario general, Pedro Sánchez, a salir contestar.

Sánchez, que ha 'nombrado'  a González su mentor político, discrepó públicamente de su referente político cuatro días después. El martes 9 de septiembre, Sánchez aseguró que Pujol “sí había incurrido en corrupción”.

El nuevo líder socialista aseguró que lo realizado por Pujol, defraudar a Hacienda durante 34 años, “se puede llamar como se quiera, pero para mí es corrupción”.

Más llamadas

González es el único que ha acudido a la llamada de Pujol. De acuerdo con las fuentes consultadas, Pujol realizó otras llamadas a otros políticos importantes con responsabilidades de gobierno en Madrid para que salieran en su defensa ante el continuo ataque público que estaba sufriendo. Nadie lo ha hecho.

Pujol comparecerá este viernes en el Parlament para explicar ante los diputados autonómicos catalanes su versión de los hechos que él mismo reconoció en un comunicado en julio. Está pendiente también que el Parlament decida si se abre o no una comisión de investigación sobre este caso que ha dañado el proceso soberanista iniciado por Artur Mas.

 

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