Margallo se plantó y dijo ‘no’ a la exigencia de Moncloa de colocar a Trillo en Washington. Aceptó mandarlo a Londres pero le ha quitado Gibraltar: el ministro quiere llevarlo él

José Manuel García-Margallo se negó a cumplir la exigencia de La Moncloa de colocar a Federico Trillo, uno de los pesos pesados del Partido Popular, como embajador en Estados Unidos. Tras una fuerte disputa entre Exteriores y Presidencia del Gobierno, el ministro ganó el pulso y al final aceptó mandarlo a Londres.

Cuando llegó al ministerio de Exteriores, García-Margallo se fijo un objetivo, y así lo anunció públicamente: acabar con los embajadores ‘políticos’. Es decir, personas que no son miembros de la carrera diplomática, que son nombrados a dedo, como ocurrió durante el Gobierno del PSOE –ver noticia-. Su plan es ‘profesionalizar’ las embajadas y designar en estos puestos únicamente a funcionarios que pertenecen a la carrera diplomática.

Deuda de Rajoy con Trillo

Sin embargo, Moncloa le planteó una excepción, al exigirle que nombrara un embajador no diplomático: Federico Trillo. Según confirman fuentes diplomáticas a El Confidencial Digital, García-Margallo recibió este mensaje claro desde la Presidencia: hay que nombrar a Trillo en una embajada importante. Y el ex ministro quería ir a Washington.

Trillo ha sido el ‘cerebro’ del PP en materia judicial durante la anterior legislatura y Mariano Rajoy quería premiarle con un puesto de relevancia. Incluso, el propio ex ministro llegó a comentar a algún periodista su deseo de marchar a Washington, algo que acabó filtrándose a los medios de comunicación. La agencia Europa Press lo dio por cerrado, se publicó, y el ministerio salió al paso negándolo.

Pero, ¿qué ocurrió cuándo Moncloa planteó a Margallo el nombre de Trillo para Washington? Las fuentes consultadas por ECD aseguran que Margallo se negó en redondo a aceptarlo y se plantó. Ni ésa, ni ninguna otra embajada: no podía, afirman, faltar a su palabra sobre los embajadores políticos.

Momentos de ‘alta tensión’

Fuentes de Exteriores apuntan que llegaron a vivirse momentos de alta tensión con Moncloa. Particularmente, con altos cargos de Presidencia del Gobierno, que veían una necesidad inmediata el colocar a Trillo en una embajada destacada porque detrás estaba la promesa del propio Mariano Rajoy.

Finalmente, aseguran las mismas fuentes, García-Margallo cedió a estas “presiones” desde Presidencia y aceptó nombrar a Trillo embajador. Pero con una condición: pidió reservarse para él el nombramiento en una de las embajadas más importantes del mundo: Estados Unidos. En Exteriores hablan de que la disputa se ha resuelto con “un intercambio de cromos” entre Moncloa y Exteriores.

Finalmente, como ya se conoce, Trillo ocupará la representación española en Londres y el elegido por García-Margallo para Washington es Ramón Gil-Casares, actual embajador en Sudán del Sur. Se trata de una persona cercana al ex presidente del Gobierno José María Aznar, con quien compartió aula en el madrileño colegio de El Pilar y con quien trabajó en La Moncloa.

 

Gibraltar, para Margallo

Otra de las condiciones que puso Margallo para aceptar el nombramiento de Trillo fue reservarse para sí la gestión del viejo contencioso de Gibraltar. Las negociaciones y decisiones sobre la Colonia las pilotará directamente el ministro, dejando al nuevo embajador como un simple observador.

Trillo, apuntan las fuentes consultadas por ECD, conserva algunos contactos en el Partido Laborista, lo que también ha sido tenido en cuenta a la hora de su designación para la capital británica.

Video del día

Díaz Ayuso: “Yo no mentí, tenía razón y todo lo que está
pasando obedece a una cacería política, donde se están utilizando
todos los poderes del Estado contra un particular”
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato