Primer choque entre dos de las mujeres más relevantes del partido

Margarita Robles exige a Pedro Sánchez que aclare el papel de Cristina Narbona en el PSOE

La portavoz socialista se enteró por la prensa del cambio de posición en Ferraz sobre el Tratado de Libre Comercio entre la UE y Canadá (CETA)

Cristina Narbona, Pedro Sánchez y Margarita Robles.
Cristina Narbona, Pedro Sánchez y Margarita Robles.

Pedro Sánchez ha creado un núcleo duro para blindar su poder en Ferraz y hacerlo extensible al Congreso. Pero la división desatada por el cambio de postura del PSOE sobre el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y Canadá (CETA) ha provocado el primer gran choque entre dos de las mujeres de su guardia pretoriana.

Horas después de que los diputados socialistas votaran a favor del acuerdo en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, la presidenta del partido, Cristina Narbona, sorprendió anunciando vía Twitter que los socialistas retiraban su apoyo a este tratado.

Justificó la nueva postura en que este tipo de acuerdos necesitan “redefinirse para no concentrar más poder en las grandes corporaciones a costa de derechos”.

Choque entre Narbona y Margarita Robles

“Ni a Pedro Sánchez, ni a su equipo, les entusiasma la firma de este acuerdo”, reconocen en Ferraz. Pero el giro radical en la postura y la forma en la que se ha hecho efectivo no solo ha desatado las críticas en los sectores del partido menos próximos a las tesis de la nueva dirección. También en los más próximos.

Según ha podido saber El Confidencial Digital por fuentes conocedoras de las conversaciones, la división por el CETA ha provocado fisuras en el seno del núcleo duro del secretario general.

Solo una semana después de la elección de la nueva dirección, este asunto ha provocado un duro enfrentamiento entre Cristina Narbona y Margarita Robles, dos de las caras femeninas de la máxima confianza del líder socialista. “Y esto es solo el principio, son dos mujeres con mucho carácter...”, vaticina un veterano diputado del PSOE.

El Grupo Socialista no tenía un discurso

Fuentes próximas a la nueva portavoz socialista reconocen a ECD que “Margarita Robles se enteró por la prensa de este cambio radical con el CETA y le pilló totalmente fuera de juego”. El giro sobre este acuerdo se produjo, además, el mismo día en que se estrenaba como portavoz en el Congreso.

En concreto, la nueva posición se tomó el pasado lunes en la reunión de la Ejecutiva en Ferraz. Robles no estaba convocada a ese encuentro y los diputados en el Congreso no conocieron la decisión hasta el martes.

Por ello, la mayoría de los parlamentarios no disponían, cuando Cristina Narbona lo anunció a través de las redes sociales, de un argumentario sobre los motivos de este viraje en el PSOE.

En el Grupo Socialista critican que “nadie sabía lo que tenía que decir y la portavoz tampoco tenía la respuesta. No estaba al tanto”. Un escenario de “máxima confusión”, critican, que llevó a algunos diputados a “hacer el ridículo”.

 

Citan el caso de Zaida Cantera: “Que el PP deje de hacer el sinvergüenza, de robar y de levantar el brazo con el cara al sol”, llegó a afirmar a los periodistas en los pasillos del Congreso cuando le preguntaron por la nueva postura ante el CETA. Hay que destacar que, hasta ese momento, los socialistas españoles, tanto en Europa como en el Congreso de los Diputados, habían votado a favor de este tratado.

La presidencia del PSOE es un “cargo ornamental”

Esta descoordinación en la comunicación del mensaje no ha sido entendida por Margarita Robles. Según las fuentes consultadas por ECD, la portavoz en el Congreso ha reclamado a Pedro Sánchez que aclare el papel de Cristina Narbona en la dirección del partido.

Considera que el cambio de posición socialista en esta cuestión es un anuncio transcendental y de un enorme calado político como para ser protagonizado por la presidenta del PSOE.

Según insisten en su entorno, el cargo de la presidenta tiene más de “testimonial y ornamental que de orgánico y ejecutivo”. Históricamente, ha servido para “reconocer la labor de un compañero”. Poco más.

Recuerdan que Felipe González situó ahí a Ramón Rubial, primer lehendakari socialista; Zapatero, a Manuel Chaves cuando era presidente de la Junta; y Rubalcaba, a un José Antonio Griñán que sucedió a su antecesor tanto en el gobierno andaluz como en Ferraz.

Pedro Sánchez, por su parte, nombró a Micaela Navarro a instancias de Susana Díaz. En un primer momento, la presidenta de la Junta logró así zafarse de una posible rival en el PSOE andaluz. Después, consiguió que se convirtiera en una de sus principales aliadas ‘desde dentro’ en la cruzada contra Sánchez.

Adriana Lastra debe actuar de enlace con Robles

En el grupo parlamentario socialista también se escuchan críticas a otra de las mujeres de Pedro Sánchez. Consideran que la función de Adriana Lastra, como portavoz adjunta del PSOE en el Congreso, es ser “la voz de Sánchez” en la Cámara Baja, dado que el secretario general no dispone de escaño.

En este caso, añaden, la vicesecretaria general debía haber actuado como el enlace del secretario general con la dirección del Grupo Socialista y con la nueva portavoz. “Los discursos y preguntas al Gobierno tienen que venir cocinados desde Ferraz”, defienden.

Por ello, según las fuentes consultadas, existe un profundo malestar entre los diputados socialistas por las formas que se han utilizado para este viraje. Incluso, los más fieles a Pedro Sánchez reconocen a ECD que se podía haber hecho mejor. “Al menos, podíamos haberlo debatido antes”, lamenta ahora un miembro de la ejecutiva próximo al líder del PSOE.

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