Miguel Sebastián abre su corazón en el Ritz: explica la conexión Intermoney, entra en el culebrón Gallardón-Corulla y se presenta como la ‘víctima de un montaje’

Miguel Sebastián negó este jueves ser el “candidato desconocido” para la alcaldía de Madrid en un desayuno informativo del Foro Nueva Economía y se presentó como la víctima de un montaje a la que no han dado tregua desde el inicio de la carrera electoral. Además presentó otra prueba de la presunta implicación de Gallardón con la testaferro de Roca asegurando que un alto cargo de Urbanismo la llamó a su móvil poco antes de ser detenida.

La intensa lluvia que caía el jueves sobre Madrid no deslució el encuentro organizado por el Foro Nueva Economía en el Hotel Ritz. El protagonista invitado, Miguel Sebastián, candidato socialista al Ayuntamiento, llenó de fieles, seguidores y curiosos encorbatados los lujosos y alfombrados salones del histórico hotel. Lo apoyaron, con su presencia, la Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona y el portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Diego López Garrido. Pero su presentación corría de cuenta de Joan Clos, titular de Industria y ex alcalde de Barcelona.

Clos vestía chaqueta oscura y camisa blanca, pero no corbata. Una apariencia informal para presentar, sobre todo, a un amigo. Por eso, sus palabras aludieron a cómo creció y se “forjó” el Sebastián que, un día del Pilar de 2006 -aunque no lo contó para incluirlo en sus memorias-, aceptó ser el candidato socialista que lucharía con Gallardón por el consistorio de la capital. Sebastián apuntó después que son datos “veraces” que agradece, dado lo que tiene que leer últimamente.

Sebastián es hijo de padre conservador y madre socialista. “Con 10 años sabía de qué lado estaría en la vida, tras ser testigo de la violencia de las tropas franquistas”, narra Clos. Unas ideas que se afianzarían en la universidad y durante el doctorado en EE.UU. “Sebastián fue un ‘Minesoto’. En 2001, conoció a Zapatero y dos años después creó la Oficina Económica con un grupo de jóvenes economistas”.

Es la hora de los halagos, de hablar del coraje y de la valentía del que, como asesor del presidente del Gobierno, apostó por la modernización de la economía. “Ahora –añade Clos- todos recogemos los frutos. La economía ha crecido un 4,1% a pesar de que la derecha dijo que con Zapatero iríamos de capa caída. Sebastián ha sido capaz de diagnosticar nuestra economía con ideas rompedoras y solventes”.

Y llegó el turno del candidato Sebastián, que recogió estas últimas palabras para incidir en la buena salud de nuestra economía y arremeter contra la derecha. “A pesar de los malos augurios ‘de otros’ que aseguraban que Zapatero tendría que adelantar las elecciones. Se equivocaron. Pero voy a hablar sobre Madrid, que por eso me han invitado”.

Lo hizo con tono manso, gestos medidos y un hablar pausado que aún sigue perfilando. El socialista explica cómo quiere cambiar el modelo de ciudad y el modelo de gobierno. “Cambiar una ciudad que está enfocada en el centro y con poca inversión en las afueras”.

Como economista llena su discurso de cifras y, como alcaldable, lo siembra de críticas a Gallardón por haber sumergido la ciudad en una ingente deuda y en atascos. Sebastián incluso alterna alguna tímida broma y dice: “Antes los niños decían a sus padres: ‘Papá: no vuelvas tarde’. Ahora, dicen: ‘No vuelvas tarde y si llueve no vengas por la M-30’. Mi gestión estará avalada por cuatros años con Zapatero, y enumera sus propuestas que son las cien recogidas en el catálogo propagandístico con el que ha inundado la ciudad y al que nos remite para no aburrirnos. Las básicas: menos impuestos y mayor inversión.

Sebastián se creció en el desenlace del encuentro y proporcionó los titulares de su intervención bajo la aguda y diestra batuta de Antonio San José, subdirector de los informativos de Cuatro. Esta es la síntesis:

--“No leo las encuestas porque sólo confío en los datos del domingo que son los datos de los ciudadanos”.

 

--Intermoney. “Yo siempre respondo a los periodistas. Sólo he estado callado un día y la que se montó. Trabajé en Intermoney, que es una empresa de análisis. Durante el tiempo que estuve allí, no ha trabajado ningún señor que se llame Rodrigo Hernando (socio de Montserrat Corulla y ex asesor de Arenillas cuando dirigía con Sebastián la sociedad de valores). No conozco a ningún señor que se llame Rodrigo Hernando”. Sebastián se desvinculó, con tono más firme del que empleó en el discurso, de las informaciones que le vinculan con la trama de corrupción en Marbella.

--“Soy víctima de un montaje desde que soy candidato. No me han dado ni los cien días de cortesía. No he tenido ni un minuto de tranquilidad. Pero tengo la conciencia tranquila. No me han sorprendido ni en una mentira, ni en ninguna calumnia. Cuando empecé dije que iba a hacer una campaña limpia. Mientras yo estaba hablando del tranvía o de la playa, se organizaba un montaje escala de política nacional basado en una campaña de insultos sobre mi persona, mi candidatura y mi participación en la Oficina Económica. Gallardón no perdió la oportunidad de hacer de altavoz”.

-- “Lo que hice fue preguntarle sobre su gestión y él se ha refugiado en el escudo personal para no responder. Me da igual su sexo, apariencia, sólo si conocía el trato de favor y si lo avala. Y no ha respondido. Si volviera a repetirse el debate, volvería a hacer la pregunta, pero no le sacaría la foto (…) Las preguntas sobre la gestión urbanística no han tenido éxito electoral”.

--“Hemos presentado evidencias. Y ahora tenemos otra prueba. Un alto responsable de urbanismo llamó a la testaferro de Roca, Montserrat Corulla, a su móvil personal, poco antes de ser detenida para ofrecerle soluciones a sus expedientes. (…) Su nombre está en el sumario. Es Pablo Valle, director de la Zona Protegida”.

--“Con Álvarez de Manzano teníamos más calidad de vida y tiene mérito”

--“No me importaría pactar con IU. Zapatero tiene el apoyo parlamentario de este grupo político y ha funcionado”.

Eso sí. Sebastián no quiso responder a una pregunta: “¿Gallardón tiene respaldo mediático?” Los asistentes murmuraron y él, con una sonrisa, asumió el murmullo como respuesta. “Hay que mojarse”, incidió San José. Pero no hubo forma. “Mi respuesta es la del público que murmura… y no hagamos rimas con las palabras”, dijo en clara alusión a esa personalidad tan de moda, Montserrat Corulla.

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