División en el Gobierno a veinte días de las generales

Moncloa acusa al G-8 de utilizar a Rajoy para desprestigiar a Soraya

Califican de “encerrona” la invitación al presidente para la cena de despedida de José Manuel Soria. Hubo un extraño cambio de lugar a última hora

Rajoy y Margallo conversan en presencia de Catalá y Sáenz de Santamaría.
Rajoy y Margallo conversan en presencia de Catalá y Sáenz de Santamaría.

Iba a ser una cena reservada para despedir a José Manuel Soria. Por eso Mariano Rajoy decidió acudir. Ahora, una vez desvelado el encuentro, en el que estuvieron presentes todos los ministros contrarios a Soraya Sáenz de Santamaría, ha habido una reacción airada de Moncloa: el jefe del Ejecutivo se siente utilizado por el G-8 en su guerra contra la vicepresidenta.


Este lunes, El Mundo reveló que hace unos días tuvo lugar, en la casa de José Manuel García-Margallo, una cena entre los ministros del G-8 a la que también acudió Mariano Rajoy. El objetivo de la misma era “desagraviar” a José Manuel Soria, que abandonó el Gobierno en abril tras aparecer su nombre en una empresa vinculada a los papeles de Panamá.

Al encuentro acudieron, además de los tres citados, Rafael Catalá, Ana Pastor, Jorge Fernández Díaz, Isabel García Tejerina y el presidente del Senado, Pío García-Escudero. Todos ellos, contrarios a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.

Indignación en Moncloa

Mariano Rajoy, explican a El Confidencial Digital fuentes bien situadas en Moncloa, era consciente, desde el primer momento, de que esa cena con el sector más crítico con Sáenz de Santamaría podía ser malinterpretada si se daba a conocer. No obstante, ante la insistencia de Margallo, y también porque quería mostrar a Soria su agradecimiento, accedió a acudir.

La única condición que puso es que nadie aprovechara la cena para “venderla” después como una reunión de los anti-sorayos con el presidente, tal y como finalmente ha sucedido: El Mundo destacó que la relación de la vicepresidenta con todos estos ministros se ha ido deteriorando en los últimos meses, estando Rajoy plenamente informado de ello.

Ayer, cuando se difundió la noticia, la reacción del gabinete del presidente fue más que airada. Desde Moncloa, de hecho, se reprochó a varios de los organizadores del encuentro que lo dieran a conocer y, además, que hubieran utilizado al propio Rajoy para desprestigiar a Sáenz de Santamaría.

No fueron claros con el presidente

Otro de los principales reproches del gabinete del presidente a José Manuel García-Margallo (y al resto de promotores de la cena) es que, en ningún momento, fueron claros con Mariano Rajoy. Más bien, lo contrario.

Las fuentes consultadas explican que fue el ministro de Asuntos Exteriores el que contactó con el jefe del Ejecutivo para “venderle” una cena de despedida a Soria… en un restaurante. “Era difícil ver en esa celebración –explican desde Moncloa- cualquier atisbo de conspiración por parte del G-8”. Además, en las primeras conversaciones tampoco se especificó el perfil de los asistentes.

No obstante, justo antes de tener lugar la cena, hubo un inesperado cambio de planes, que dejó sin margen de maniobra a Rajoy: el encuentro tendría lugar finalmente en la casa de García Margallo. Y acudirían todos y cada uno de los representantes del G-8, a excepción de los ya “ex” José Ignacio Wert y Miguel Arias Cañete.

“Ha sido una encerrona”

Las fuentes consultadas por ECD califican de “encerrona” lo sufrido por Rajoy: “Él acudió a una inocente cena de homenaje a Soria y ahora se encuentra con esto. Estaba todo bastante planeado y el objetivo último era debilitar a la vicepresidenta”.

 

Desde Moncloa reconocen que la guerra fría entre los “sorayos” y el G-8 se ha ido recrudeciendo en las últimas semanas, ante la eminencia de un nuevo Gobierno del PP tras las elecciones generales del 26-J: “A principios de año cada uno iba por su lado, pero la batalla por los principales puestos del nuevo ejecutivo ha ido a más”.

Conocedor de esa disputa, Rajoy ha querido mantenerse siempre al margen. Nunca ha querido posicionarse. Por ese motivo, ha molestado tanto la maniobra del G-8: “No se puede utilizar al presidente del Gobierno como arma arrojadiza contra un rival político”, advierten desde el gabinete del jefe del Ejecutivo.

Soraya, “tranquila”

Soraya Sáenz de Santamaría, por su parte, declara sentirse “tranquila” ante los últimos movimientos de la facción cercana a García Margallo.

Desde Moncloa aseguran que la vicepresidenta sabe que cuenta con la “máxima confianza de Rajoy” y que el presidente va a seguir encargándole tareas de gran responsabilidad, como la interlocución con la Generalitat de Cataluña.

Sáenz de Santamaría, además, ha recibido el respaldo del presidente para tener mayor presencia mediática. La semana pasada fue entrevistada por Susanna Griso en ‘Espejo Público’. Y en los próximos días está previsto que acuda a más medios para defender la acción del Gobierno y hablar de las elecciones.


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