La otra cara del tenso recuento en la sede de Génova

Noche de infarto en el PP: de la euforia contenida de Casado a la “alegría andaluza” de Soraya

El equipo del vicesecretario recibió datos que le daban la victoria hasta diez minutos antes del final. Cospedal se desahogó con un grupo de militantes jóvenes: “Han presionado a todo el mundo en Madrid”

Pablo Casado y Soraya Sáenz de Santamaría.
Pablo Casado y Soraya Sáenz de Santamaría.

La sede nacional del Partido Popular en la calle Génova de Madrid vivió una noche electoral inédita en sus casi tres décadas de Historia. Por primera vez los comicios eran internos, en los que varios aspirantes se disputaban el liderazgo del partido.

La novedad del sistema de elección en el PP, que facilitó la presentación de hasta seis candidatos, dificultaba las previsiones, ya que nunca los aspirantes habían medido sus fuerzas, habían calibrado el apoyo que podían tener entre los afiliados.

Sin embargo, los primeros datos que iban llegando del recuento de mesas de muy diversas partes de España apuntaban a Pablo Casado como el favorito en las horas que transcurrieron entre el cierre de urnas (20:30) y hasta que Luis de Grandes anunció los resultados, a eso de las once y cuarto de la noche.

“Pinta bien la cosa”, aseguraban a ECD personas del equipo de Casado pasadas las nueve. Pero la balanza se fue equilibrando, y después inclinando a favor de Soraya Sáenz de Santamaría hasta que quedó claro que la ex vicepresidenta del Gobierno había sido la más votada por los militantes del PP

Una autonomía fue la que, especialmente, dio la victoria a Sáenz de Santamaría: Andalucía. Ganó en cinco de las ocho provincias de la comunidad, y cosechó más de 5.000 del total de 21.000 votos que sumó en toda España.

De ahí que en el equipo de la ex vicepresidenta del Gobierno hablaran de “alegría andaluza”, y e incluso la propia Soraya Sáenz de Santamaría comentó con desparpajo lo que le gusta bailar sevillanas.

Los equipos de los candidatos

Esta “noche electoral” del 5 de julio dejó numerosas escenas llamativas, en algunos casos de gran simbolismo y significado:

-- Los tres principales aspirantes no se dejaron ver al llegar a Génova: Sáenz de Santamaría, Casado y Cospedal siguieron el recuento desde la sede nacional. Allí les habían asignado a sus equipos distintas salas en las siete plantas que tiene el edificio. Ninguno de ellos se dejó ver al llegar, sino que accedieron por el garaje. Sólo entraron a pie por la puerta José Manuel García-Hernández y José Ramón García-Hernández, que se quedaron en torno al 1% y algo más de 600 votos, y que aprovecharon su entrada para atraer la atención de los medios de comunicación.

-- Escasa presencia de pesos pesados: la marcha de Mariano Rajoy y la convocatoria del congreso extraordinario ha “desmantelado” la estructura del PP. Durante la noche electoral, en la sede apenas estuvieron los equipos de los candidatos, y los miembros de la Comisión Organizadora del Congreso. Junto al presidente de este órgano, Luis de Grandes, se vio a otros miembros como Alfonso Serrano, Juan Carlos Vera y José Antonio Bermúdez de Castro. Sin embargo, no se vio al coordinador general, Fernando Martínez-Maíllo.

-- Los ex ministros de Soraya: la ganadora de las primarias reunió en la sede nacional a un núcleo duro amplio, en el que destacaban dos ex ministros del Gobierno de Rajoy, como son Fátima Báñez y Álvaro Nadal. Además, estuvo con ellos José Luis Ayllón, mano derecha de Soraya y último jefe de Gabinete de Rajoy; Antonio Sanz, del PP de Cádiz; Iñaki Oyarzábal, del País Vasco; y las dos principales colaboradoras de la etapa en la Vicepresidencia, como su jefa de gabinete María Pico y su jefa de prensa Sonia Sánchez.

 

-- Pablo Casado, con “los del Luarqués”: al segundo más votado por los militantes del PP le acompañaron varios de los dirigentes jóvenes que ya aparecieron con él para entregar los avales. Algunos participaron en esas reuniones en el restaurante madrileño El Luarqués que desveló hace meses ECD. Es el caso del diputado por Murcia Teodoro García Egea, del canario Guillermo Mariscal, el catalán Jordi Roca... En ese núcleo duro que estuvo en la noche electoral estaba la madrileña Isabel Díaz Ayuso. Además, Casado contó con el apoyo de su esposa, Isabel Torres, que llegó a la sede en un taxi a eso de las ocho y media, cuando estaban cerrando las urnas en las sedes.

-- El equipo castellanomanchego de Cospedal: pese a haber sido durante años la secretaria general y tener el control del aparato en Génova, María Dolores de Cospedal se rodeó de gente de confianza del PP de Castilla-La Mancha, que la acompañaron a Madrid. Por ejemplo, estuvo allí Carmen Riolobos, portavoz de los populares castellanomanchegos.

Denuncias ante Cospedal y el “punto de cocción” de Casado

-- Pese a ostentar el cargo de secretaria general, número dos del partido, y partir para muchos como favorita en esta carrera por suceder a Rajoy, Cospedal se quedó en tercer lugar, y por tanto fuera de la pugna final por la Presidencia. Al bajar para comparecer ante los medios de comunicación -para lo que pidió cinco minutos más de margen-, la ex ministra de Defensa se mostró serena, incluso sonriente. Mucho más hundidos se veía a algunos colaboradores suyos, que se mostraban al borde de las lágrimas y que recibían saludos y palabras de consuelo de trabajadores del PP e incluso de algunos periodistas.

-- María Dolores de Cospedal tuvo también el apoyo de un pequeño grupo de afiliados, todos ellos bastante jóvenes, que quisieron esperar para verla comparecer. El personal de seguridad del PP les permitió acercarse a la sala de prensa y esperar a que terminara su discurso para poder hablar con ella. No fue una simple conversación para insuflar ánimos. Estos militantes mostraron a Cospedal documentos con las denuncias que horas antes habían presentado por supuestas irregularidades en las primarias en Madrid: a una no le habían permitido votar, en otros casos habían recibido presiones para marcar a unos candidatos concretos a compromisarios... Señalaban a la candidatura de Pablo Casado como responsables de esas presiones.

Cospedal les escuchó con atención, y se desahogó con ellos: “Si yo ya sé que han presionado a todo el mundo en Madrid”, dijo con amargura. Les aseguró que seguiría con atención la tramitación de esas denuncias, y se despidió de ellos con el mensaje de que “lo importante ahora es ganar a Pedro Sánchez”.

-- ¿Recuento público o privado? ECD pudo comprobar que las normas de las primarias no estaban claras en muchos puntos, lo que provocó diferencias entre sedes. En la ciudad de Madrid, en un distrito la mesa permitió que periodistas presenciaran la apertura de las urnas y el recuento de papeletas para presidente (no para compromisario), tal y como también puede hacer cualquier ciudadano en unas elecciones generales, autonómicas, municipales... Sin embargo, en otras sedes ordenaron a los periodistas marcharse de inmediato del local. ¿El motivo? Que, al ser unas primarias internas, sólo interesaba estar presente a afiliados que quisieran presenciarlo. De hecho, los documentos del Comité Organizador no contemplaban un recuento público.

-- Tras conocerse los resultados los principales candidatos intentaron hablar entre ellos para felicitarse mutuamente. Sáenz de Santamaría y Casado hablaron brevemente, y además la ganadora llamó a Cospedal pero justo cuando ésta bajaba a comparecer ante los medios, por lo que no pudieron conversar. Pero no pasó desapercibido que la única foto de un contacto entre candidatos fue el abrazo en el que Cospedal y Casado se fundieron cuando ella acabó su rueda de prensa. Casado había estado escuchando con atención, desde fuera de la sala de prensa, las palabras de Cospedal.

-- Y es que todas las miradas se dirigían, más que a la ganadora, a Pablo Casado y a María Dolores de Cospedal, por su unieran fuerzas y compromisarios para hacer presidente al primero. Fuera de micrófono, Casado desvió las preguntas sobre si va a negociar con Cospedal para sumar sus candidaturas. “Esto tiene su punto de cocción, hay que esperar”, se limitó a contestar para pedir tiempo, aunque deslizó otra forma más misteriosa: “La hemeroteca tiene su importancia”.

185 periodistas, sobres y cumpleaños

-- La primera votación entre varios candidatos para elegir al líder nacional del PP atrajo una enorme atención mediática. En Génova se acreditaron en torno a 185 periodistas. Los cámaras y reporteros ocuparon durante horas la esquina del acceso a la sede, y la aglomeración llamó la atención hasta de algunos turistas, que preguntaban desconcertados qué ocurría allí.

-- En la sala habilitada para los periodistas, la sala de juntas en la que se celebran las grandes reuniones orgánicas del PP, la organización del partido instaló tres pantallas de televisión en la que se podía ver, en primer lugar, el canal audiovisual propio; TVE, que emitía un programa musical; y ‘Al rojo vivo’ de laSexta, con Antonio García Ferreras.

-- El PP sirvió una cena fría para los periodistas que cubrieron la noche electoral. Lo encargó en Viena Capellanes, que tiene un local en la acera de enfrente de la sede del partido. El refrigerio, a base de un surtido muy variado de sandwiches y también de tortilla de patata, recibió elogios de varios reporteros.

-- Margallo provocó la carcajada: el ex ministro de Asuntos Exteriores permitió el momento más divertido de la noche entre los periodistas. Con sentido del humor aseguró que no sólo agradecía en rueda de prensa el apoyo de quienes le habían votado: “Han sido tan pocos que podré agradecérselo personalmente”. En ese momento estallaron las risas.

-- El vestuario de los tres primeros: Pablo Casado optó por lucir una corbata verde, un color que ha utilizado con frecuencia en su campaña. María Dolores de Cospedal apareció con una camisa blanca y pantalones y zapatos de tacón negros. La más “corporativa” fue Soraya Sáenz de Santamaría. Su blusa era de un tono azul verdoso que se mimetizaba con el fondo de la sala de prensa en la que compareció tras conocerse su victoria.

-- Sobres en recepción: los resultados de las más de mil mesas repartidas por toda España se comunicaron a la Comisión Organizadora a través, principalmente, de WhatsApp por parte de los presidentes e interventores. Pero además los presidentes, vocales, interventores y apoderados firmaban un acta de cada mesa. En el caso de Madrid, algunos dirigentes locales, e incluso concejales, se acercaron a Génova ya para entregar esas actas en la misma noche. Las llevaban en sobres o en forros transparentes, y las dejaron en recepción.

-- Los periodistas piden la hora: la Comisión Organizadora avanzó que daría los resultados a las once, y se congratuló después de haber “casi” cumplido, al comparecer a las once y cuarto. Pero la tardío del anuncio -con respecto a unas elecciones generales, por ejemplo, puso en aprietos a los periodistas de periódicos impresos. “Me queda un cuarto de hora para que se cierre la primera edición”, se quejaban algunos cuando aún Luis de Grandes ni había aparecido por la sala de prensa.

-- Dos cumpleaños en dos días distintos: algunos periodistas se acordaron de felicitaron a dos miembros del PP en Génova. El mismo jueves 5 de julio cumplió años José Ramón García-Hernández, que recibió felicitaciones tras comparecer en la puerta de la sede. Y pasadas las doce de la noche (ya en viernes 6) otros se acercaron a felicitar a José Luis Ayllón, jefe de campaña de Soraya Sáenz de Santamaría.

Mucho calor y un bar “oficial” de las primarias

-- Dejando de lado a los candidatos, el calor fue el gran protagonista en la sede de Génova. Los periodistas y el personal que ocupaban las dos primeras plantas y la sala de prensa se abanicaban con hojas para tratar de recibir algo de brisa. Hasta Sáenz de Santamaría, cuando bajó para comparecer ya como ganadora, no comentó otra cosa sino que “hace muchísimo calor”. La más votada en estas primarias comenzó a ejercer de presidenta prometiendo a los periodistas que en el Congreso Nacional Extraordinario del 20 y 21 de julio, en el Hotel Marriot, habrá mejor sistema de aire acondicionado y nadie sudará como este 5 de julio.

-- El compromisario en muletas: a la sede del PP del distrito de Salamanca (en la ciudad de Madrid) llegó Íñigo Henríquez de Luna, histórico presidente del partido en el distrito... y lo hizo en muletas. Se ha roto el ligamento de la pierna izquierda por un accidente de moto, y pasará el verano con muletas. Se mostró sorprendido por su “éxito” como compromisario. Tanto Soraya Sáenz de Santamaría como Pablo Casado marcaron su nombre en la papeleta de compromisarios.

-- Casado recupera afiliados: personas de su candidatura aseguraron que les estaban llegando mensajes de WhatsApp de antiguos afiliados del PP, que incluso habían pasado a votar a Vox, que aseguraban que si el ganador era Pablo Casado volverían a darse de alta en el partido. Otros “despistados” llegaban a las sedes pidiendo afiliarse en el momento para poder votar en las primarias.

-- El bar de las primarias: un establecimiento se convirtió en la “sede” de algunos trabajadores, militantes y cargos del PP durante el recuento y al acabar la noche electoral. Se trata de La Peseta de Doña Casilda, un restaurante de la calle Zurbano, a apenas unos metros de la entrada de la sede. Allí se reunieron sobre todo apoderados, interventores y miembros del PP de Madrid, que comentaban la jornada. Algunos se desahogaban entre cañas de cerveza y, más adelante, copas: “Mi presidente me convenció para votar a su candidato”, contaba una militante joven, mientras que otra hablaba por teléfono móvil, con un tono alto, cargando contra un rival de otra candidatura al que tachó de “enchufado”.

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