El PSOE dio un toque a Tomás Gómez por hablar de la abdicación del rey: “Cuidado con esos temas. Los lleva la dirección federal”
Las palabras de Tomás Gómez después del accidente del rey en Botsuana, en las que pedía la abdicación del monarca, no fueron bien recibidas en la dirección nacional del PSOE. El secretario general del PSM recibió una llamada de atención por parte de Ferraz, en el que se le recordó que él no tenía la palabra en asuntos tan delicados.
El pasado 15 de abril, un día después de conocerse que Don Juan Carlos había tenido que ser intervenido de la cadera tras sufrir un accidente durante su visita a Botsuana, Tomás Gómez aseguró que “el rey debería elegir entre sus responsabilidades o una abdicación que le permita disfrutar de una vida diferente”.
Según ha sabido El Confidencial Digital, esas declaraciones del líder de los socialistas madrileños no sentó especialmente bien en la sede nacional del PSOE, donde ya estaban preparando una respuesta institucional mucho más pacífica.
Voces autorizadas del PSM a las que ha tenido acceso este diario reconocen que “alguien importante de Ferraz” llamó a Tomás Gómez para darle un toque de atención por sus declaraciones: “El mensaje que le transmitieron es que debía tener cuidado con temas tan delicados como el del rey, ya que las posturas oficiales sobre esos asuntos las tiene que fijar solo y exclusivamente la dirección nacional”.
La advertencia hizo “bajar el pistón” al secretario general del PSM que, no obstante, ha quedado satisfecho de su intervención: “Él se sintió atrevido y oportuno, sobre todo después de las disculpas del rey don Juan Carlos”.
En Ferraz se debatió la respuesta oficial
El accidente del rey en Botsuana provocó una reunión de urgencia de la dirección nacional del PSOE en Ferraz, en la que el equipo de Alfredo Pérez Rubalcaba debatió sobre la respuesta oficial a dar tras lo ocurrido.
La conclusión a la que se llegó es que “teníamos que salir diciendo que había sido un profundo error por parte de don Juan Carlos, pero sin pedir al rey nada”.
Las disculpas del monarca, que partieron por propia voluntad del rey, fueron valoradas por Ferraz como “un gesto que le honra”.
