Anunció que votará “no” a la investidura de Pedro Sánchez

Pablo Iglesias recuerda al PSOE que es el partido del “terrorismo de Estado y el tráfico de influencias”

Llamó al PP “partido corrupto” y calificó a Ciudadanos de ser “la peor de las ideologías”

Pablo Iglesias, durante el debate de investidura.
Pablo Iglesias, durante el debate de investidura.

Pablo Iglesias cargó contra todos en su primer discurso desde la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados. Especialmente duro fue con Albert Rivera y con el pacto entre PSOE y Ciudadanos. Citó también frases del fundador del PSOE y de subcomandante Marcos. Besó a Xavier Domenèch tras la intervención del líder de En Comú.

El secretario general de Podemos empezó su discurso dirigiéndose a los ciudadanos y recordando a Ernest Lluc y a los abogados de Atocha, “asesinados por sus ideas”.

Acto seguido, cargó duramente contra “los poderes fácticos” que “no quieren un cambio real de gobierno” A esa “oligarquía”, aseguró Iglesias, “le importa de verdad que haya un gobierno en el que no cambie nada”. No obstante, aseguró, “el 15-M, las plazas, están hoy aquí”.

El líder de Podemos respondió a las acusaciones de Margallo y Fernández Díaz: “Ustedes han dicho que la ETA estaría contenta con nosotros, pero ustedes son herederos de la dictadura”.

Después, se dirigió personalmente a Rajoy (“¿Qué Mario Monti tiene guardado?”), a Rivera (“Su bandera es la cercanía a los poderosos, y puede convertirse en marioneta de ellos), y a Sánchez(“Usted representa las siglas que defendió mi abuelo. Su partido fue el de la ilusión, pero también el del enriquecimiento rápido y del tráfico de influencias”).

Votaremos no a su investidura”

A Sánchez también le aseguró que “a mí me gustaría llevar a cabo con usted un gobierno histórico, pero ha elegido a la oligarquía”.

Por eso, “votaremos no a su investidura. Sus políticas económicas las ha negociado un ex de Price Waterhosue Cooper –hoy lo he dicho bien- y otro de FAES. La próxima vez, envíe a negociar a un socialista.

Además, acusó al líder del PSOE de ser ambiguo con la sanidad, y con el problema de los desahucios.

En materia laboral, aseguró que “no defiende a los trabajadores”, ya que, con la nueva estructura contractual, “dan carta blanca al fraude y a la precariedad. No descarte que los trabajadores le pidan que quite la S y la O de sus siglas”. Al hablar de fiscalidad, afirmó que Sánchez se ha dejado arrastrar por “la Naranja Mecánica”, en referencia a Ciudadanos.

Iglesias también criticó la reforma de las pensiones propuesta por Sánchez, al igual que la postura del PSOE en Europa (“ustedes no se opusieron al acuerdo con Cameron y también apoyan el TTIP, que votaron con el PP Europeo”). Sobre la política de apoyo a los refugiados, también la calificó de “ambigua”.

 

Yo no traiciono a mi gente”

El líder de Podemos recordó que “llegamos a este Parlamento pidiendo a los españoles que no olvidaran la reforma laboral, los desahucios, el artículo 135… y nosotros no lo hemos olvidado. No hemos engañado a nadie

En contraposición de esa postura, Iglesias asegura que Sánchez se ha entregado “a la oligarquía y a la Naranja Mecánica”.

No obstante, concluyó, “usted puede rectificar. Tras este fracaso, negocie con nosotros un gobierno del cambio. Acabe con las líneas rojas. Deje de escuchar a los oligarcas y los cantos de sirena que no le quieren. Trátenos como un socio. No vuelva a intentar engañarnos”.

Iglesias acabó citando al fundador del PSOE: “Si pactamos, nuestra acción nos creará enemigos. Merecer ese odio de los que envenenan el pueblo será nuestra honra”. También citó una frase del subcomandante Marcos, guerrillero mexicano: “En el engaño nada florece, en la verdad todo es posible”.

Después, tras la intervención del líder de En Comú Podem, Xavier Domenèch, abandonó su escaño para besarle.

Pedro Sánchez: “Podemos seguir hablando”

Pedro Sánchez inició su réplica pidiendo a Pablo Iglesias que no dé “carnet de socialistas”. Además, le echó en cara sus reconocimientos a Otegi, “vinculado a una banda de asesinos”.

Pese a la dureza de sus primeras palabras, el líder del PSOE animó a Podemos a seguir negociando: “Me encantaría que hubiese un gobierno de izquierdas, pero no hay apoyos suficientes. Por eso, tenemos que seguir hablando a partir de la semana que viene. ¿Por qué esperar dos meses?”.

Descartó, eso sí, contar con el apoyo de independentistas, y reprochó las reivindicaciones de autodeterminación para Cataluña y Galicia que manifestaron los portavoces de En Comú y En Marea: “Eso, señor Iglesias, es la mejor forma de desmembrar España”.

También recordó al líder de Podemos que, si no le apoya, “votará no a la derogación de la reforma laboral, a la paralización de la LOMCE, a que el IVA cultural baje, a que se eliminen los artículos regresivos de la Ley de Seguridad Ciudadana, a una Ley de Libertad Religiosa… Cuénteselo a sus compañeros de grupo”.

Por último, reconoció que muchos votantes del PSOE confiaron en Podemos para “reforzar la izquierda”. No obstante, puntualizó que “esos votantes ahora no entienden por qué usted va a continuar de Rajoy”. Concluyó con la siguiente frase: “Señor Iglesias, no es que no se pueda, es que ustedes no quieren”.

Esas palabras enfadaron a Iglesias, que acusó a Sánchez de traerles con “displicencia”. Acabó su contrarréplica volviendo a ofrecer negociación, aunque matizó: “Ustedes solos no son de fiar. Si quieren cambios, demuéstrelo con hechos y garantías”.

Pedro Sánchez respondió que “no es tratar de igual a igual proponerme un gobierno antes de que yo hable con el rey”. No obstante, volvió a tenderle la mano para negociar las medidas acordadas con Ciudadanos: “Solo han rechazado ocho. Hablemos de las otras 180”.

Iglesias: “González está manchado en cal viva”

Iglesias, por su parte, replicó desde su tribuna que “sí hay una mayoría de izquierdas”, el problema, asevera, “que las fuerzas vivas se lo impiden”. En ese sentido, citó a Felipe González: “Cuídese de él, tiene el pasado manchado de cal viva”.

Algo que indignó a la bancada socialista. López le pidió, tuteándole, que acabara. Iglesias pasó también a referirse a él como Patxi. Tras ese intercambio, el presidente del Congreso le solicitó que no cayera “en el insulto y la descalificación”.

Sánchez, también desde la tribuna, aseguró estar “orgulloso de mi pasado y de Felipe González”. También le echó en cara que llamara a Otegi “preso político”. Acabó volviéndole a insistir en que “no hay mayoría de izquierdas”, e invitándole a consultar a su militancia sobre un pacto con el PSOE.

Por último, en referencias a las izquierdas y a las derechas, le recordó a Iglesias: “Usted mismo dijo en El País que eso era un juego de trileros”. Una estrategia en la que trabajaba el PSOE desde la semana pasada.

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