El encuentro tuvo lugar hace unos días

Pedro Sánchez desvela su plan a los empresarios: “No pondré pegas a un Gobierno del PP”

Es la respuesta que da a los altos ejecutivos que le preguntan cómo es capaz de afirmar que habrá Ejecutivo en una semana tras el 26-J

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, en su última reunión en La Moncloa.
Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, en su última reunión en La Moncloa.

Pedro Sánchez está lanzando un mensaje de tranquilidad a los empresarios. Al igual que hizo en la cumbre de Sitges, donde prometió que sea cual sea el resultado del 26-J “no habrá unas terceras elecciones”, el líder del PSOE está compartiendo en privado, con destacados altos ejecutivos, escenarios postelectorales que acaben con el actual bloqueo.

Desde la tribuna anual que organiza el Círculo de Economía, el líder del PSOE recogió el guante lanzado por el presidente de la organización empresarial, Antón Costas, pidiendo un acuerdo político. “Les puedo asegurar que habrá un Gobierno después del 26 de junio”, proclamó Sánchez, abriendo de par en par el abanico de pactos poselectorales.

“Voy a tender la mano a todos y no voy a vetar a ninguna fuerza política”, anunció. Defendió también que el PSOE está “en mejores condiciones” que en diciembre para poder formar Gobierno y que será la primera fuerza política, pese a que lo que señalan las encuestas.

El 26-J acabará con el actual bloqueo

La promesa en la cumbre empresarial de Sitges de que no habrá terceras elecciones fue interpretada como un cambio de posición del PSOE respecto a hace unos meses, de manera que si se confirmasen los sondeos y el PP y Ciudadanos no sumasen mayoría suficiente, los socialistas se podrían abstener para facilitar la elección de Mariano Rajoy, en contra de lo ocurrido entonces.

Pero fuentes oficiales de Ferraz desmintieron esa hipótesis poco después de las palabras de Sánchez y precisaron que lo que el secretario general quería decir es que, en un escenario muy similar al de hace seis meses, Podemos no se opondría a que haya un relevo en La Moncloa, sino que facilitarían la investidura de Sánchez en forma de abstención o voto a favor.

No pondré pegas a un Gobierno del PP”

Sin embargo, según ha sabido El Confidencial Digital por fuentes empresariales, Pedro Sánchez está siendo cuestionado estos días por el mundo económico, que le ha trasladado en conversaciones privadas que, si está garantizando el desbloqueo allá donde va, sin tener votos para deshacerlo, cuáles son sus planes.

En esos contactos empresariales, en los que está acompañado en muchos de ellos por Jordi Sevilla, ha dejado caer que va a permitir que gobierne el más votado, que es la fórmula que suele utilizar para evitar nombrar a Rajoy. Viene, por tanto, a confirmar ahora su abstención en una votación de investidura para facilitar un Gobierno del PP.

Solo Cataluña le frenó a pactar con Podemos

“El debate catalán impidió formar nuevo gobierno” reconoció públicamente el líder socialista en la cumbre de Sitges.

Estas palabras contenían también una importante clave política. Sánchez ha reconocido recientemente en privado a varios altos ejecutivos que las líneas rojas del Comité Federal del PSOE fueron el único obstáculo que le impidió entregar la anterior legislatura a Podemos y a los independentistas. Un escenario que se volverá a repetir, con toda probabilidad, tras el 26 de junio.

Nos lanza otra vez el discurso que queremos oír”

Pero los grandes empresarios que están escuchando estos días a la cúpula socialista (en público o en privado) no se fían de sus intenciones. Consideran que Sánchez les traslada “el mensaje tranquilizador que los altos ejecutivos queremos oír del líder de la oposición ante el avance imparable en las encuestas de la coalición Unidos Podemos, a quien consideran la “verdadera amenaza” para sus negocios.

 

Critican que el PSOE vuelva ahora a su estrategia oculta para ganarse el apoyo del Ibex. Los altos ejecutivos perdieron ya hace meses la confianza en el líder socialista. El plan que trazó con detalle, incluso delante de presidentes de grandes empresas, era el de presentarse a las elecciones del 20-D en una posición equidistante -o al menos suficientemente alejada- entre el PP y Podemos. Una estrategia diseñada al milímetro para el secretario general por el ex ministro Jordi Sevilla.

Ni hablar de pactos con Pablo Iglesias, con quien el PSOE no tenía nada que ver. Definió su posición como una especie de socialdemocracia ‘clásica’, que en caso de apuros estaría en condiciones de dar estabilidad al nuevo Ejecutivo en cuestiones de Estado. Pero sin la formación de un Gobierno de concentración PP-PSOE de difícil venta ante su electorado.

Sin embargo, el escenario después ha sido radicalmente el contrario: el pacto con Podemos se ha materializado en numerosas comunidades y municipios, y Sánchez se empeñó durante un mes en un acuerdo también a nivel nacional con Pablo Iglesias que, de momento, no ha conseguido.

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