Rubalcaba tira la toalla en Andalucía. No disputará a Griñán el poder: Chaves y Zarrías le han advertido de que no tiene nada que hacer en el congreso regional
José Antonio Griñán será ratificado en dos semanas como líder absoluto del PSOE andaluz en el congreso regional más plácido que el dirigente autonómico podía esperar. Alfredo Pérez Rubalcabaha decidido no dar la batalla por controlar la federación advertido por Manuel Chaves y Gaspar Zarrías, que no han conseguido movilizar a la oposición interna.
Tal y como se informó en estas páginas, Gaspar Zarrías aseguró a la dirección nacional del partido que José Antonio Griñán quería convertir el PSOE andaluz “en su cortijo”, apartando de la nueva Ejecutiva regional a todos sus opositores internos y a los barones socialistas que apoyaron a Alfredo Pérez Rubalcaba en su disputa con Carme Chacón por la secretaría general.
La primera reacción de Ferraz fue planear una respuesta a las intenciones del presidente de la Junta, intentando liderar un frente común anti-Griñán con los líderes provinciales de Cádiz, Jaén, Sevilla, Málaga y Córdoba más críticos con la gestión del dirigente autonómico. Sin embargo, Alfredo Pérez Rubalcaba ha descartado, finalmente, dar la batalla en el congreso regional del fin de semana.
Según ha podido saber El Confidencial Digital, el secretario general del PSOE ha sido advertido de la “imposibilidad” de plantar cara a Griñán, ya que “tiene el control sobre todas las listas de delegados y la oposición interna se ha desinflado”.
Las fuentes consultadas por este diario explican que “los dirigentes con derecho a voto se ven con futuro en la Junta de Andalucía, y no quieren comprometer ese posible puesto por no mostrarse claramente favorables a José Antonio Griñán, a pesar de haberle criticado antes de las autonómicas de marzo”.
Además, Manuel Chaves y Gaspar Zarrías han informado a Rubalcaba que ninguna de las listas de delegados impulsada por la oposición interna ha logrado el apoyo deseado: en Sevilla sólo alcanzó el 36 por ciento de los votos y en Cádiz –el feudo del anti-griñanismo- se quedó en el 49 por ciento.
