Otra retirada por sorpresa

Rubalcaba llevaba semanas comentando a sus íntimos que está cansado de la política

La noticia de su renuncia ha sembrado inquietud en ámbitos institucionales y económicos, donde se hacen esta pregunta: ¿Quién va a ‘controlar’ ahora el PSOE?

Alfredo Pérez Rubalcaba y Eduardo Madina, en el Congreso.
Alfredo Pérez Rubalcaba y Eduardo Madina, en el Congreso.

Alfredo Pérez Rubalcaba sorprendió ayer a propios y extraños al anunciar que abandonaría el Congreso el próximo mes de septiembre y que volvería a la docencia. Sin embargo, el todavía secretario general del PSOE llevaba semanas comentando a sus más íntimos que estaba cansado de la política.

Así lo aseguran a El Confidencial Digital dirigentes nacionales del PSOE, que han tenido la oportunidad de hablar con Rubalcaba en los últimos días. En el partido “nadie se esperaba esta decisión, aunque sí es cierto que él había manifestado que su etapa política estaba acabando y que pretendía apartarse”.

En concreto, explican fuentes cercanas al todavía líder del PSOE, “Alfredo ha comentado, desde que anunció su marcha de la secretaría general tras el 25-M, que estaba realmente cansado, y que necesitaba empezar una nueva etapa en su vida”.

No obstante, y a pesar de esas “señales” dadas por Rubalcaba, “no esperábamos una marcha tan fulgurante”.

Inquietud en las instituciones y en los empresarios

La renuncia del socialista también ha sorprendido en ámbitos institucionales y económicos del país, donde la noticia no ha sido recibida, precisamente, con alegría.

En la actual situación política en España, Alfredo Pérez Rubalcaba había demostrado ser un hombre de Estado en temas tan delicados como el desafío soberanista en Cataluña o la abdicación en la corona.

Esa postura del líder del PSOE garantizaba una estabilidad política y económica que, desde que anunció su marcha de la secretaría general del partido, está más en duda.

Ahora, tras confirmar que también abandonará su escaño en el Congreso, empresarios y representantes públicos reconocen su preocupación por el futuro del principal partido de la oposición en España, del que dependerá, en buena medida, la economía y el modelo estatal del país.

Madina respira tranquilo

A pesar de la sorpresa que ha ocasionado la marcha de Rubalcaba, el secretario general ya había deslizado que su futuro no estaría ligado al PSOE.

Tal y como se ha contado en estas páginas, Rubalcaba había advertido a sus compañeros que no aceptaría ningún puesto que le ofrecieran en la próxima ejecutiva del partido. Ni tan siquiera el de presidente del PSOE, un cargo que desde el entorno de Eduardo Madina veían óptimo para el ex vicepresidente del Gobierno.

 

El vasco, firme candidato a la secretaría general del PSOE, había asimilado que tendría que hacerle un hueco a Rubalcaba si se imponía a Pedro Sánchez en el congreso extraordinario de julio. Aceptaba a regañadientes esa posibilidad, aunque toleraba menos que le viesen como el candidato del aparato de Ferraz.

Ahora, aseguran compañeros de Madina, el diputado “ha podido respirar tranquilo”, ya que considera que, con la renuncia de Rubalcaba, se ha liberado de la sobra del todavía líder del PSOE.

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