En aplicación del artículo 155 de la Constitución

Suspender el Parlament, la solución del Gobierno para Cataluña

Una Cámara bloqueada evitará que se aprueben leyes hacia la independencia. Rajoy ha informado a PSOE y Ciudadanos

Artur Mas (de espaldas) abraza a Carles Puigdemont, poco antes de comenzar el pleno de investidura en el Parlament.
Carles Puigdemont, en el pleno de investidura en el Parlament.

La investidura de Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat, y su anuncio de continuar con el proyecto independentista, ha provocado que el Gobierno vuelva a plantearse, una vez más, la aplicación del artículo 155 de la Constitución. En Moncloa se apuesta en estos momentos por suspender el actual Parlament, y no la autonomía catalana, para impedir cualquier ley rupturista.


Según explican a El Confidencial Digital fuentes gubernamentales, Mariano Rajoy y su gabinete ya manejan una estrategia para desactivar el desafío soberanista en Cataluña. El pacto entre Junts pel Sí y la CUP para crear una república catalana independiente vaticina una serie de movimientos por parte de la Generalitat que serán respondidos con contundencia por parte del Estado.

El presidente del Gobierno ya da por hecho que tendrá que aplicar el artículo 155 de la Constitución para “hacer cumplir la ley” en la región. No obstante, Rajoy descarta por el momento la suspensión de la autonomía y se inclina por una solución que hasta ahora no se ha hecho pública: la suspensión del actual Parlament de Cataluña.

PSOE y Ciudadanos están informados

Esta iniciativa ya ha sido planteada por el actual jefe de Ejecutivo a los líderes del PSOE y Ciudadanos, Pedro Sánchez y Albert Rivera.

Ambos, explican desde Moncloa, se han mostrado favorables al plan diseñado por Mariano Rajoy: primero, que la Abogacía del Estado pida al Tribunal Constitucional que actúe  contra la Generalitat y, después, que el propio Estado, con la sentencia del TC en la mano, aplique el artículo 155 de la Carta Magna.

Tanto Sánchez como Rivera están de acuerdo con Rajoy en que la suspensión de la autonomía sea la última opción para acabar con el proceso independentista. Por ese motivo, apoyan una medida contundente pero proporcionada, como sería el bloqueo del Parlament.

Además, en un PSOE dividido como el actual, Susana Díaz y otros barones regionales también se han mostrado partidarios de una solución de este estilo. También porque se puede explicar muy bien a los ciudadanos. Altos cargos socialistas consultados por ECD explican que la actual Cámara catalana, con el pacto entre JxSi y la CUP, “está viciada”. Y añaden: “hay votos comprados que no representan lo que dictaron las urnas el 27-S, por lo que es preciso intervenirla”.

Desde el propio Parlament confirman que la medida que ahora se estudia en Presidencia del Gobierno ya se habló entre los tres partidos constitucionalistas. Entonces, PSC y Ciudadanos estaban de acuerdo en suspender la Cámara para frenar el desafío soberanista.

Ni una sola ley hacia la independencia

 

Las fuentes del Gobierno consultadas por este diario explican que la suspensión del Parlament no impide a la Generalitat seguir gobernando. Sin embargo, la Cámara, al estar bloqueada por el Estado, no podría debatir ninguna ley relacionada con el llamado “procés” de independencia de Cataluña.

Resoluciones como la del pasado 9 de noviembre, en la que se aprobó la declaración secesionista y el inicio de una república independiente, no se podrían votar en un Parlament intervenido por el Estado.

De esta forma, se evitará, entre otras cosas, la creación de una Hacienda catalana propia y la convocatoria de un referéndum para aprobar la constitución de una Cataluña independiente, dos de las primeras medidas que quieren llevar a cabo Junts pel Si y la CUP

Posibilidad de convocar nuevas elecciones

La suspensión del Parlament implica que la Cámara pueda ser disuelta por el Estado en cualquier momento, lo que supondría nuevas elecciones autonómicas en Cataluña. Unos comicios que serían controlados, en todo momento, por la Junta Electoral Central para evitar que la Generalitat favorezca a unos partidos respecto a otros.

Sobre la idoneidad de esos comicios, las fuentes consultadas reconocen el riesgo de que se movilice entonces el voto independentista. No obstante, apuntan que Convergencia y la CUP serían los grandes perjudicados si hubiesen nuevas elecciones. Y Esquerra Republicana se quedaría “sola” frente a los partidos constitucionalistas.


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