Tsunami en el PSOE: Rubalcaba se ha ‘instalado’ en Ferraz para tutelar la sucesión, Carme Chacón duda, las bases piden primarias a la francesa, se va a una “refundación”

El partido socialista empieza a digerir el tremendo varapalo electoral sufrido el 20 de noviembre, con una palabra que empieza a ser mágica, “renovación”, pero con la aparición de otra de mucho más calado: “refundación”. Mientras, Alfredo Pérez Rubalcaba sigue a los mandos del partido.

Cuando fue nombrado candidato a la presidencia del Gobierno, el mensaje que- transmitió el aparato del PSOE era que el liderazgo del partido había recaído en él, en lugar de estar en el secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero. A día de hoy, a pesar de haber perdido las elecciones, y con el peor resultado de la historia del partido, Rubalcaba sigue como referente, instalado en Ferraz.

Fuentes socialistas consultadas por El Confidencial Digital confirman que el ex vicepresidente y ex ministro del Interior, continúa ocupando el despacho que se le habilitó en la cuarta planta de la sede federal, es decir, la antigua sala de reuniones Alfonso Perales, a pesar de que ya no ostenta ningún cargo orgánico.

Y desde su equipo confirman que a lo que se dedica ahora es a trabajar en el futuro del PSOE. “Está descansando y hablando con mucha gente sobre el futuro del partido”.

Al cincuenta por ciento de aceptar

Sobre la posibilidad de que decida presentarse a la secretaría general del PSOE, esas fuentes de su equipo más directo afirman que Rubalcaba “no ha tomado la decisión”. Explican que antes de las elecciones estaba decidido a no continuar si el resultado era malo, pero “ahora está recibiendo muchas presiones, desde arriba y desde abajo, para que continúe”.

Dicen que se lo han pedido “pesos pesados como Griñán, Fernández Vara, Patxi López y Felipe González, pero también militantes y simpatizantes, que están llamando a Ferraz o enviando emails de apoyo y pidiendo su continuidad”.

Aunque no tiene tomada la decisión, su entorno cree que hay un 50% de posibilidades de que se anime a liderar el partido, aceptando así las peticiones de dirigentes y militantes.

“Lo está meditando con calma. Ahora, en su despacho, prepara la intervención ante el Comité Federal mientras oye música, clásica sobre todo”.

Carme Chacón no es del PSOE

 

Que hay ‘batalla’ dentro del socialismo lo demuestra que entre algunos cuadros están ya circulando versiones y comentarios que tratan de descalificar la alternativa de Carme Chacón como posible rival de Rubalcaba.

Se escucha a dirigentes afirmar que “Carme Chacón no es del PSOE”. Para a continuación matizar que en realidad es militante del PSC, un partido hermano, pero no identificado con el PSOE.

Y añaden que “nunca ha ocurrido en la historia del PSOE que un cargo orgánico del PSC haya capitaneado el partido nivel nacional”.

Fuentes cercanas a Chacón reconocen que la derrota del domingo le ha afectado especialmente, y que está “muy tocada”. Esperaba, al menos, que el PSC lograra resultados similares a los de CiU, pero la derrota ha sido contundente: más incluso que en Andalucía.

Ahora, confirman en su entorno, se ha quedado sin argumentos para poder disputar la secretaría general a Rubalcaba. El fracaso electoral le resta legitimidad. Sólo le queda apelar al relevo generacional.

Dos años de margen para Rubalcaba

Dirigentes del PSOE cercanos al presidente del partido, Manuel Chaves, trazan un calendario que podría resumir lo que planea y desea Alfredo Pérez Rubalcaba.

El programa sería elegir ahora, en el congreso de la primera semana de febrero, nuevo secretario general, pero no decidir quién será el próximo candidato a la presidencia del Gobierno.

El elegido tendría que ser Rubalcaba, que dirigiría el partido durante dos años, tutelando así la transición, para, al cabo de ese tiempo, proceder entonces a elegir el cabeza de lista para las siguientes generales. Siempre con el tutelaje de Rubalcaba.

La clave está en la Andalucía de Chaves y Griñán

En una hipotética lucha entre Rubalcaba y Chacón por la secretaría general, que en todo caso se dirimiría en el congreso, en el aparato del PSOE se insiste en que la clave está en Andalucía, la federación con mayor número de militantes y que por tanto llevará la más numerosa representación (cerca del 40% de los delegados) al cónclave de febrero.

Y se añade que Rubalcaba tiene el apoyo de Manuel Chaves, de José Antonio Griñán y de Gaspar Zarrías. No obstante, en estos momentos el socialismo andaluz se encuentra roto, con un sector crítico ‘anti Griñán’ muy fuerte en Málaga, Cádiz, Jaén y Huelva, incluso también en Sevilla. Con lo que el control del partido ya no está tan claro.

En cualquier caso, se da por seguro que José Blanco, actual vicesecretario general, afectado por el ‘caso Campeón’, no estará en la nueva cúpula del partido.

Excluidos Tomás Gómez y Bono

Nombres alternativos para luchar por el liderazgo del PSOE son Tomás Gómez, que mantiene una línea propia, y el incombustible José Bono, que de nuevo ha empezado a aparecer en quinielas.

Sin embargo, fuentes orgánicas del partido descartan esas opciones, sobre todo porque ninguno de los dos estará en el Congreso de los Diputados, y el ser diputado se considera condición básica para liderar el PSOE.

Ese requisito aparcaría también a Guillermo Fernández Vara y a Patxi López, que ya se ha auto excluido al anunciar que volverá a ser candidato a lendakari del País Vasco.

Refundar el PSOE

Mientras tanto, las bases del partido protagonizan un intenso debate interno, reflejado en las redes sociales. Se pide un profundo cambio en la organización (estiman que la actual estructura ya no es válida) pero también una actualización a fondo del mensaje, por estimar que ya no sintoniza con la ciudadanía. Se han creado algunas plataformas, como “Bases en la Red”, integrada por miles de militantes.

Son muchos los que piden que haya primero un debate sobre las cuestiones de fondo, antes de empezar a hablar de nombres y candidatos. Y no son pocos los que hablan incluso de un “refundación” del partido, por considerar que las recetas y las fórmulas han quedado superadas y no responden a los nuevos retos.

Una de las peticiones es que la designación del secretario general se haga por primarias, abiertas a todos los militantes pero también a los simpatizantes. Y se mira a lo ocurrido en el PSF francés, donde se permitió votar a todo el que lo deseara, con la sola condición de pagar una pequeña cantidad e inscribirse. Josep Borrell se ha mostrado partidario de esas primarias “a la francesa”.

Sin embargo, un proceso de ese estilo sería lo último que desearía Rubalcaba, por lo incontrolable que puede resultar para él.

Ha perdido las siglas de ‘obrero’

En reuniones al más alto nivel mantenidas por los dirigentes del partido está manejándose también la idea de reconstruir completamente el PSOE, de arriba abajo. Varios han manifestado que es lo mejor que les puede ocurrir y que, además, es el momento más indicado: tras una derrota electoral como la del 20-N.

El Confidencial Digital ha tenido acceso a algunas de las opiniones de la cúpula del partido. Son palabras que se han pronunciado en presencia de José Luis Rodríguez Zapatero y de Alfredo Pérez Rubalcaba. Son las siguientes:

-- El PSOE ha perdido de sus siglas la palabra obrero. Tras las medidas que ha tomado el Gobierno de Zapatero, los socialistas consideran lógico que la ciudadanía les haya dado la espalda. Ni en sus caladeros de barrios considerados como obreros han podido conseguir los votos que esperaban. El problema es que los trabajadores han percibido que no se sienten identificados con el partido. Es algo que, consideran, hay que recuperar de manera urgente.

-- No conectan con la sociedad. Tras una dura campaña del candidato Rubalcaba, en la que primó la pedagogía y su afán por explicar a los votantes sus propuestas, el PSOE se ha percatado de que no les ha servido de nada. No han conectado con los ciudadanos.

-- Problema estructural. Algunos dirigentes han manifestado abiertamente que el PSOE se ha vuelto un partido en el que el aparato se ha hecho con un poder inusual hasta la fecha. La participación de la militancia, en cambio, ha quedado a un lado.

-- No es un problema de liderazgo. En 2000, el PSOE sufría un déficit de liderazgo. Y llegó Zapatero. Ahora, el partido tiene serios inconvenientes estructurales que no se solucionan únicamente con un cambio de secretario general.

Estos dirigentes, según explican las fuentes consultadas por ECD, están hablando de la posibilidad de una refundación al estilo de la que hizo Alianza Popular en el 89, dando lugar al actual Partido Popular. En apenas cuatro años, estuvo a punto de quitarle el poder al entonces todopoderoso Felipe González.

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