Urkullu pidió en La Moncloa un gesto del Gobierno para el fin de ETA: soltar a los 13 etarras enfermos y derogar la doctrina Parot. Rajoy le dijo que ‘no’

El Gobierno no tiene intención de realizar ningún gesto especial para que ETA dé un nuevo paso y entregue definitivamente las armas que todavía posee. Mariano Rajoy se lo dijo con toda claridad a Iñigo Urkullu durante el encuentro que mantuvieron en La Moncloa hace menos de un mes.

El presidente del Gobierno y el lehendakari se reunieron en privado en La Moncloa el pasado 30 de enero, en lo que era la primera vez que se veían las caras tras las elecciones vascas. El contenido de su conversación no trascendió pero, según ha podido saber El Confidencial Digital, el visitante planteó la necesidad de ‘gestionar adecuadamente’ el final de ETA.

Gestos hacia ETA

Iñigo Urkullu explicó a Mariano Rajoy que ETA no realizará ningún nuevo movimiento hasta que el Gobierno acceda a tener un gesto con la banda terrorista En este sentido, el lehendakari le sugirió:

-- Poner en libertad a los trece presos etarras que se encuentran gravemente enfermos, tal y como se hizo con Bolinaga.

-- Derogar la doctrina Parot en el caso de los casi setenta reclusos que, en principio y aplicándola, deberían encontrarse en libertad.

-- Negociar la libertad condicional para los reclusos que ya han cumplido tres cuartas partes de su condena.

El lehendakari animó a Rajoy a adoptar esas decisiones, insistiendo en que, si el Gobierno realizaba algún gesto, ETA entregaría parte de sus armas o señalaría dónde se encuentran parte de los zulos donde todavía esconde explosivos. Se mostró convencido de ello.

Rajoy dijo ‘no’

El presidente del Gobierno, sin embargo, se niega en redondo a realizar ningún gesto hacia ETA.

 

El Gobierno considera que es la banda terrorista quien unilateralmente tiene que anunciar su disolución y entregar sus armas. Y así se lo transmitió Mariano Rajoy a Iñigo Urkullu.

Los máximos responsables del ministerio del Interior también han descartado rotundamente iniciar cualquier negociación bilateral con ETA. Hay que recordar que una parte de la cúpula de la banda ha estado en Noruega esperando, sin éxito, la llegada de un intermediario del Gobierno de Madrid.

Cómo está ETA

Fuentes de la lucha antiterrorista explican a El Confidencial Digital que la obsesión de la cúpula de ETA en estos momentos es ‘gestionar adecuadamente’ el final de la banda terrorista. “Quieren poner fin a todo de la mejor forma posible y sin perjudicar a Sortu”, explica un alto cargo del ministerio del Interior.

En este sentido, una parte de los etarras que todavía permanecen en la clandestinidad apuestan por revelar a los verificadores internaciones dónde se encuentra parte de su arsenal de armas. Creen que así el Gobierno español tendrá un gesto con los presos. Uno de los dirigentes que más está presionando para un desarme es Josu Ternera, según las fuentes consultadas.

Sin embargo, otros miembros de la cúpula de ETA apuestan por que sea el Gobierno quien tenga antes un gesto con la banda terrorista y, especialmente con sus reclusos. Es el caso de Iratxe Sorzábal y David Pla. La discusión entre ambas facciones, apuntan desde Interior, es intensa.

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