Cómo se comportaron los ministros durante el discurso de Zapatero: frialdad de Chaves y Salgado, moderación de Rubalcaba, entusiasmo de Trini Jiménez, Caamaño el hooligan

En un rápido repaso al comportamiento de los ministros durante el Pleno, estos son los detalles más destacados de los miembros del Ejecutivo:

-- La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, estuvo en su papel de virtual número uno, encabezando las ovaciones y felicitaciones al presidente. En más de una ocasión, ella se levantó primero para aplaudir y le siguieron el resto de los escaños socialistas.

-- Frialdad en las expresiones y aplausos de los otros dos vicepresidentes, Elena Salgado y Manuel Chaves. No batieron palmas en todos los momentos, había poco entusiasmo en sus gestos, se sentaban antes.

-- Alfredo Pérez Rubalcaba estuvo más bien circunspecto. No se le apreciaron visiblemente demasiadas muestras de entusiasmo ante las intervenciones de Zapatero.

-- Blanco y Gabilondo, que se sentaban juntos, compartían detalles de caluroso asentimiento y de respaldo al presidente. En varias ocasiones fueron ellos los que iniciaron las ovaciones. Blanco iba perfectamente ataviado, “como un pincel” en comentario de algunos observadores.

-- Calor también por parte de Miguel Ángel Moratinos y de Carme Chacón, quien con frecuencia hacía comentarios a su compañero de sillón, el ministro del Interior. Y especialmente calurosa en sus expresiones de apoyo estuvo una muy sonriente Trinidad Jiménez.

-- Las ministras que se sentaban juntas en uno de los laterales del banco azul, en concreto debajo de la bancada de los populares, estuvieron poco ‘metidas’ en el Pleno. Les ocurría sobre todo a Beatriz Corredor y Cristina Garmendia, pero también a González Sinde, Elena Espinosa y Bibiana Aído.

-- El más visiblemente entusiasmado, hasta el punto de parecer casi un hooligan, fue el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, que gesticulaba, hacía comentarios con sus compañeros y aplaudía con enorme intensidad.