Así fue la ‘oración’ de Zapatero en Washington: mencionó a Dios sólo una vez, no rezó como los demás, aludió a los homosexuales, citó a la Biblia, al Quijote y a sí mismo

Una sola vez pronunció la palabra “Dios” José Luis Rodríguez Zapatero, en la intervención que ayer protagonizó como orador invitado en el ‘Desayuno Nacional de Oración’, celebrado en Washington con asistencia del presidente norteamericano, Barack Obama, y de tres mil personas.

La jornada comenzó negativamente para el presidente del Gobierno, porque, a pesar de lo anunciado, no pudo encontrarse con Obama antes del acto, una cita que, según algunas informaciones, Zapatero quería aprovechar para insistirle en que viajara a España dentro de este año 2010. Por si fuera poco, The New York Times ni siquiera nombró a Zapatero al contar cómo iba a ser el desayuno de oración, pero sí aludió a anteriores intervinientes.

Iniciado el acto, cuando se animó a los asistentes a orar, los presentes inclinaron la cabeza en señal de recogimiento y oración. No lo hizo el presidente del Gobierno que, al lado de una inclinada Michel Obama, se mantuvo erguido, mirando al frente, con cierto aire tenso.

Durante sus palabras, utilizó un tono plano, con escasa emoción y poco ritmo, posiblemente consecuencia de la necesidad de parar para que le tradujeran. Los organizadores optaron por una traductora, en lugar de suministrar auriculares a los presentes para una traducción simultánea. La suya ha sido una de las intervenciones más cortas que se recuerdan.

Zapatero utilizó la palabra “Dios” solamente una vez, en los párrafos de inicio, cuando justificó que hablara en castellano diciendo que en esa lengua “por primera vez se rezó al Dios del Evangelio en esta tierra”. (La cita fue interpretada como una broma, porque se produjeron risas después de que los presentes escucharan la traducción).

El cuerpo de sus palabras consistió en repasar lo que une a España y Estados Unidos. Citó la multiculturalidad, la Alianza de Civilizaciones, aludió a la libertad “ya sea con una dimensión trascendente o cívica”, y algunos interpretaron como una velada referencia a los homosexuales cuando habló de vivir “con la persona amada”.

Reconoció que España es “sobre todo cristiana” (no dijo católica), citando para ello a Carlos Fuentes, un escritor respetado en los sectores progresistas de Estados Unidos, y una referencia que cubrió la obligada cuota latinoamericana.

De la Biblia escogió un solo pasaje, del capítulo 24 del Libro del Deuteronomio, que dice: “No explotarás al jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus compatriotas o un extranjero que vive en alguna de las ciudades de tu país”. Se trata de un párrafo clásico utilizado por la “teología de la liberación”.

Además de la Biblia y de El Quijote, se citó a sí mismo al decir “la libertad os hará verdaderos”, que es una versión de Zapatero de la frase evangélica “la verdad os hará libres”, versión de la que se siente orgulloso y que ha repetido más de una vez.

Habló de seres humanos “vulnerables y fraternos”, palabra esta última de connotaciones bien concretas.

 

Tras citar que la libertad “es uno de los más preciados dones que a los hombres dieron los cielos”, su invocación final fue: “Que ese don siga iluminando a América y a todos los pueblos de la tierra”.

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