Zapatero se ha metido en un berenjenal afirmando que no enviará más soldados a Afganistán porque el Ejército quiere pedirlos

Los riesgos para las tropas españolas desplegadas en Afganistán aumentan de día en día, según reconocen expertos militares, que ponen de relieve el peligro cierto en que empiezan a estar nuestros soldados en aquél país.

En efecto, se constata un fuerte aumento de los riesgos, sobre todo en la zona noroeste, que es precisamente donde se encuentran los soldados españoles, y más en concreto en Herat, el centro de ese despliegue hispano.

Los incidentes bélicos han ido en aumento, con tiroteos a columnas españolas, e incluso con el ataque a un helicóptero el pasado viernes, aunque sin consecuencias. Por eso, la preocupación en los mandos del Ejército es muy alta, tanto que están planteando la necesidad de enviar refuerzos.

Según la cuentan a ECD fuentes militares, la cúpula de las Fuerzas Armadas tenía previsto solicitar el envió de 150 efectivos más, tropas de elite, es decir, entrenadas para el combate y la seguridad, posiblemente legionarios (ahora en Afganistán se encuentra la Brigada Ligera Aerotransportable).

El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, estaba de acuerdo con la petición de los mandos del Ejército, casi había dicho que sí (hasta lo publicó El País), y se encontró de pronto con que Rodríguez Zapatero anunciaba públicamente que no pensaba aumentar los efectivos en Afganistán. Lo cual dejó al ministro fuera de juego.

Las fuentes militares a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital aseguran que la oposición del presidente del Gobierno no deja de ser un “brindis al sol”. Porque si, dentro de dos o tres meses, los mandos del Ejército plantean formalmente la necesidad de esos refuerzos, será difícil que siga diciendo que no.

Vídeo del día

Feijóo confirma a Dolors Monserrat, que repetirá como
candidata del Partido Popular a las elecciones europeas

 

El argumento es bastante claro políticamente: si la cúpula militar demanda refuerzos, y Rodríguez Zapatero se niega, si después se produce alguna desgracia entre el personal, el “culpable” será el presidente.