Zapatero ha vivido el peor día como presidente del Gobierno: ayer pasó una jornada amarga, estuvo desconocido y afectado por renunciar a su política social
Quienes le conocen en la intimidad reconocen que José Luis Rodríguez Zapatero pasó ayer el peor día desde que llegó a La Moncloa, en 2004. El presidente del Gobierno nunca pensó que llegaría una jornada tan amarga como la del miércoles. Personalmente, se encuentra afectado por el potente recorte económico que ha tenido que hacer.
El jefe del Ejecutivo se vio obligado ayer en el Congreso de los Diputados a ‘enterrar’ lo que siempre ha defendido: su política social. Es decir, ayudar a los menos favorecidos, que, por otra parte, son la mayoría de la población española. Y por ello Zapatero está profundamente afligido.
Socialistas cualificados que conocen bien al presidente y a los que ha tenido acceso El Confidencial Digital explican que Zapatero pasó ayer, efectivamente, un duro trago. Esta resignado y sin aplomo, algo poco habitual en él, según aseguran quienes despachan con el líder del PSOE habitualmente.
Estos miembros del grupo parlamentario socialista, que vieron como Zapatero defendía en la cámara baja las medidas para reducir el déficit que se aprobarán el viernes, califican el tono y el estado anímico del presidente con la palabra “incómodo”. “No era él”, añaden.
En el transcurso del debate parlamentario, algunos socialistas le notaron raro, dubitativo, inseguro. Reconocen que fue de las peores intervenciones que se le recuerdan al presidente en el hemiciclo. “Transmitía desánimo”.
Algunos miembros de su partido y periodistas habituales que ‘siguen’ la actualidad del presidente coinciden en señalar que Zapatero pasó ayer un día “nefasto” porque su apuesta principal fueron las políticas sociales, precisamente, las que más ha recortado con estas medidas anunciadas ayer.
En su discurso inicial, el propio Zapatero reconoció que “no era fácil” para su Gobierno “dirigirse en estos términos a sus conciudadanos”. Su política siempre se había orientado a defender a los más desfavorecidos, tal y como reconoció. Ellos, “que nada han tenido que ver con la crisis”, son los que deben ‘arrimar el hombro’ ahora para corregirla.
“Sois la columna que sujeta al país. Sois los que cargáis con su peso. Los que garantizáis el presente y el futuro de nuestra sociedad, sus posibilidades de crecimiento, de éxito. Los que dependéis de vuestro propio trabajo, de vuestro afán emprendedor, de las rentas pública que os habéis ganado con los años”, defendió.
