Adriana Lastra esconde un plan para disputar a Pedro Sánchez el liderazgo del PSOE

Adriana Lastra no se va definitivamente. La ex vicesecretaria general del PSOE acaba de anunciar que deja la actividad política y que permanecerá unos meses alejada de los focos, pero tiene decidido volver a la primera línea política tras su embarazo. Y con toda intensidad, porque esconde un plan para disputar el liderazgo a Pedro Sánchez en caso de una derrota clara en las próximas elecciones generales.

De momento, la renuncia de la número dos obliga a Sánchez a reordenar la estructura del PSOE, y sobre todo a reforzarla pensando en las próximas elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2023. 

Esta remodelación coincide con un momento, tras el varapalo sufrido en las elecciones andaluzas, en que se achaca al Gobierno, al PSOE y a sus principales portavocías, luchas de poder internas, problemas de coordinación y fallos de comunicación que han dañado las expectativas electorales. 

Ha ido tomando posiciones en el PSOE

En la última reorganización interna del partido y del Gobierno que llevó a cabo Sánchez, en julio del año pasado, Adriana Lastra mantuvo el mando. 

Y Pedro Sánchez se lo confirmó en el congreso federal de octubre, celebrado en Valencia. Ya entonces, en el entorno de la ex vicesecretaria general señalaban un argumento que ella ha vuelto a recalcar coincidiendo con el actual paso atrás. “Pase lo que pase, su convicción de que el partido está por encima la hará aceptar lo que sea mejor para el PSOE”, explican sus más allegados.

Sánchez dio a elegir en aquel momento a Lastra entre ser portavoz en el Congreso o número dos del PSOE. Ella eligió el partido, con el fin de tener el control sobre las decisiones orgánicas, y también poder colocar a sus fieles frente al secretario de Organización, Santos Cerdán, leal a Pedro Sánchez.

Ha dejado colocados a sus peones

Así las cosas, dirigentes del PSOE conocedores de los movimientos, explican a Confidencial Digital que Lastra ha dejado colocados sus peones en las estructuras territoriales, y también en Madrid. Y que tiene decidido movilizarlos a su favor, en apoyo a lograr el liderazgo del partido, si se produce una derrota clara de Pedro Sánchez en las generales de 2023.

Aseguran que ha peleado en los últimos meses por promocionar a afines suyos en puestos claves del PSOE, de cara a una sucesión de Sánchez en la que ha comenzado a trabajar con discreción para disputar el liderazgo a otros posibles pesos pesados que pudieran dar el paso, como es el caso del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños.

Los principales apoyos de Lastra

En Ferraz se cita especialmente que Adriana Lastra tiene al portavoz del partido, Felipe Sicilia, afín a ella, como protagonista y rostro en las ruedas de prensa. Sicilia se estrenó en la ejecutiva federal que salió del 40 congreso federal en Valencia.

También se destaca a Andrea Fernández, una joven diputada de Castilla y León, que es la sustituta de Carmen Calvo como secretaria de Igualdad del PSOE.

Por si fuera poco, Adriana Lastra viene reivindicando desde hace meses, en diferentes ámbitos del partido, que ya toca que la próxima candidata del PSOE a la Presidencia del Gobierno sea una mujer.

Aguardar a que Sánchez fracase

Según las fuentes socialistas consultadas por ECD, Lastra tiene previsto dar a luz en noviembre, tras un embarazo muy buscado desde hace tiempo, y que le ha llevado a tomar las máximas precauciones en estas semanas, en las que ha dejado de fumar y ha llevado siempre mascarilla para protegerse de cualquier infección. 

La hasta ahora número dos del PSOE se ha vuelto a instalar en Asturias, para esta fase de su vida, y no acudió al reciente Debate sobre el Estado de la Nación, lo que llamó la atención a destacados diputados socialistas. 

Adriana Lastra ha optado por dejar la responsabilidad en el PSOE ante las dificultades que puede presentar su embarazo en el tramo final. Pero en su entorno insisten en que su salida de la primera línea política es solo “temporal”, con la idea de “no quemarse ahora con las derrotas electorales que vienen hasta las generales”.

La guerra con Santos Cerdán

Hace justo un año, Pedro Sánchez, ejecutó en julio una crisis de Gobierno y también en el partido, tras el fracaso de las elecciones del 4 de mayo en la Comunidad de Madrid. 

Aprovechó para relevar al entonces secretario de Organización del PSOE y ministro de Transportes, José Luis Ábalos, además de a su jefe de gabinete, Iván Redondo, y a la vicepresidenta primera, Carmen Calvo. 

Fue entonces cuando Sánchez nominó a Lastra como vicesecretaria general, aunque le quitó el muy mediático cargo de portavoz en el Congreso, y mantuvo como secretario de Organización a Santos Cerdán, el número tres del partido, y con el que la ex número dos nunca ha llegado a conectar bien.

Defenestrar a Sánchez

En el PSOE se recuerda ahora la ‘versión’, que se adjudicó en aquel momento a “fuentes cercanas al socialismo madrileño”, en la que se afirmaba que, en abril del año pasado, habrían llegado a oídos de Pedro Sánchez los primeros rumores acerca de la gestación de un movimiento interno para presentar una candidatura alternativa en el 40 Congreso Federal del PSOE, que se celebró en el mes de octubre, con el objetivo inequívoco de defenestrar a Sánchez y condenarlo de nuevo al ostracismo político. 

El cerebro de la trama era Iván Redondo, y tenía como colaboradores necesarios a la ex vicepresidenta Carmen Calvo y al ex secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos. Contaba, además, con el apoyo de los presidentes de Castilla la Mancha y Aragón, Emiliano García Page y Javier Lambán. 

Un golpe de mano

Al enterarse, Sánchez se reunió en secreto entonces con sus leales Adriana Lastra y Santos Cerdán, y decidieron dar un fulminante golpe de mano, que culminó con la remodelación del Gobierno y la defenestración política de Calvo, Ábalos y Redondo. 

Ese movimiento incluyó el nombramiento de la manchega Isabel Rodríguez como portavoz del Gobierno, y de la aragonesa Pilar Alegría como ministra de Educación, para, en las siguientes elecciones autonómicas, ser el recambio de los díscolos Lambán y García Page. 

Tras esa noche de los cuchillos largos, Santos Cerdán emergió como todopoderoso secretario de Organización del PSOE para asegurar un férreo control del partido, así como para preparar el terreno con el fin de lograr una victoria holgada de Sánchez en el Congreso Federal de Valencia, cosa que consiguió efectivamente.