Almeida gana a Ayuso 5-2 en apoyo de compromisarios para presidir el PP de Madrid

Es el cuenteo de Génova de los respaldos con los que cuenta el alcalde: Chamartín, Fuencarral, Retiro…y Nuevas Generaciones

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; el presidente del PP, Pablo Casado y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, visitan el nuevo Campus de IE Tower. a 19 de octubre de 2021, en Madrid.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; el presidente del PP, Pablo Casado y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, visitan el nuevo Campus de IE Tower. a 19 de octubre de 2021, en Madrid.

Mientras Génova y la Puerta del Sol mantienen la guerra por el control del PP de Madrid, los cálculos sobre los apoyos de Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida ya están encima de la mesa de Pablo Casado. Especialmente si prevalece el sistema de elección en el que los compromisarios tienen la última palabra.

Según ha podido saber Confidencial Digital, por fuentes próximas a Génova, la dirección nacional del PP está convencida de que, en caso de celebrarse unas primarias en Madrid, para decidir el liderazgo regional del partido, no habría excesiva diferencia de votos entre Ayuso y Almeida.

Y, sobre todo, la distancia que podría obtener la presidenta de la Comunidad respecto del alcalde de la capital no sería suficiente para colocarse al frente de los populares madrileños, por lo que tendrían que ser los compromisarios los que dijeran la última palabra en el congreso regional.

El equipo de Ayuso ya ha deslizado que desearía volver al sistema que se utilizó en el congreso que aupó a Cristina Cifuentes. En aquel cónclave se estableció que, en caso de una segunda vuelta, podrían volver a votar los militantes al corriente de pago junto a los compromisarios.

Sin embargo, en aquella ocasión no fue necesario recurrir a ello ya que la entonces presidenta madrileña obtuvo el 86% de los votos en la primera votación.

Un sistema a doble vuelta

Desde 2018, el PP cuenta para los congresos con un sistema a doble vuelta en caso de que concurran dos o más listas. En la primera se vota en dos urnas: una para elegir al candidato favorito, y la otra para designar a los compromisarios que participarán unas semanas más tarde en el congreso.

Si el ganador de la primera urna no supera en más de 15 puntos al segundo, se ha de celebrar una segunda vuelta en la que únicamente participarán los compromisarios natos -en el PP de Madrid, los 300 miembros de la junta directiva regional- y los electos que hayan sido elegidos por los militantes en la primera votación.

Estos últimos podrían rondar los 600 y 700 compromisarios, según fuentes de Génova, así que la elección del presidente del PP de Madrid recaería sobre un millar de cargos medios que, en principio, estarían más controlados por el aparato. Todavía está por determinar cuántos serán finalmente

Almeida gana a Ayuso 5-2

Los compromisarios de las organizaciones territoriales (los que no son natos) se designan atendiendo a los niveles de militancia (un 75%) y al porcentaje de votos obtenido en el 4-M (como máximo el 25% de ellos).

 

Además, la dirección Madrid tiene en sus manos la designación de un porcentaje de representantes, que no puede superar, en ningún caso, el 20% del total, y que deben estar distribuidos en todas esas organizaciones.

Fuentes próximas a Pablo Casado explican a Confidencial Digital, según el cuenteo de Génova, José Luis Martínez Almeida ganaría por 5 a 2 en compromisarios” a la presidenta regional.

En concreto, cuentan con que Almeida tiene el respaldo total de los distritos de Chamartín, Fuencarral y Retiro, además de la mayoría de municipios de la zona norte de Madrid, donde se concentran dos tercios de la militancia que hay fuera de la capital.

Precisamente, el alcalde de Majadahonda, José Luis Álvarez, fue una de las voces críticas contra Ayuso en la última junta directiva regional, al cuestionar las prisas que muestra para elaborar las listas de cara a los comicios de 2023.

Fuerzas igualadas en Chamberí y Moncloa

Mientras tanto, Ayuso y Almeida se reparten a partes iguales el apoyo de los compromisarios en Chamberí y Moncloa. La presidenta solo controlaría el barrio de Salamanca.

No se pasa por alto que los cargos medios del partido están más controlados por la actual gestora, que presider Pío García-Escudero desde la dimisión de Cristina Cifuentes, hace tres años y medio.

En los últimos meses se ha renovado buen número de agrupaciones de la capital bajo la batuta de la secretaria general, Ana Camins, persona de la máxima confianza de Pablo Casado y de Almeida. Algunos sectores desearían que Camins fuese la opción salomónica, para evitar la guerra entre la presidenta y el alcalde. Pero Ayuso no quiere ni oír hablar de la llamada ‘tercera vía’.

Nuevas Generaciones serán clave

Las fuentes consultadas por ECD destacan que Nuevas Generaciones también jugará su papel en el próximo congreso madrileño.

La organización de los jóvenes populares, cuna política de Pablo Casado, siempre ha actuado como apoyo incondicional del líder, incluso en su elección como presidente en 2018. Génova cuenta con que, si se produce un enfrentamiento de dos listas, los estatutos del partido establecen que NNGG tendrá un número de compromisarios proporcional a su número de afiliados.

La organización juvenil asegura que actualmente cuenta con 3.000 militantes, aunque insisten en que sus apoyos son superiores. Sobre todo, porque los afiliados que cumplen 31 años salen automáticamente de la bolsa de NNGG a pesar de seguir perteneciendo a la ‘órbita’ entre grupos de amigos o equipos de trabajo. Por lo tanto, dejan entrever que el peso que tendrán es superior al de la afiliación pura y dura. Otros cálculos dentro del partido establecen que su peso rondará al equivalente a uno de los principales distritos de la ciudad, como Chamartín.

La actual presidencia de NNGG en Madrid, en manos de Ana Pérez Baos (concejal de Las Rozas), está abiertamente enfrentada con Ayuso desde hace tiempo. Su desvío a ese municipio, y no en una lista electoral, es una prueba de ello, como también el interés de la presidenta autonómica por relevarla en cuanto sea posible.

La clave es que la elevada popularidad de Díaz Ayuso entre el votante joven en Madrid (fue clave en el 4-M y para combatir a Vox) no extrapolable a Nuevas Generaciones.

Ayuso no tiene poder orgánico

En la dirección nacional del PP reconocen el evidente tirón electoral de Ayuso entre la militancia, y también en el equipo de la presidenta saben que esa es su mejor baza.

Fuentes de Génova destacan, sin embargo, la falta de poder orgánico, y sus pocos apoyos territoriales que, al final, serán los que voten como compromisarios. Y, de ahí, la exigencia de cambio en el sistema de voto que viene planteando la líder madrileña.

No pasan por alto que ningún alcalde o dirigente madrileño de peso ha salido a apoyar públicamente a Ayuso después de que hiciera oficial su voluntad de presidir el partido.

Otras voces insisten en que, todavía sin un congreso convocado, y con el conflicto abierto en canal, nadie quiere tomar posiciones.

La dirección nacional defenderá hasta el final el sistema actual, con compromisarios.

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