La amarga reacción del PSOE: “Pablo Iglesias se ha pegado un tiro en los dos pies”

Pedro Sánchez abandona el Congreso antes que sus ministros. La titular de Trabajo descalifica la petición de Podemos sobre políticas activas de empleo

Pablo Iglesias se dirige a Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados.
Pablo Iglesias se dirige a Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados.

“Yo ya lo veo muy difícil: el clima es imposible”: así definía un miembro destacado del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso la sensación que se ha extendido en el PSOE después de que en la segunda votación de investidura Unidas Podemos no haya dado el paso de la abstención al “sí”, que habría permitido investir como presidente a Pedro Sánchez.

Las 48 horas de negociaciones entre los dos partidos no han servido para cambiar en un solo escaño los resultados de la primera votación del martes: 124 a favor (los 123 del PSOE y un solitario diputado del Partido Regionalista de Cantabria), 155 en contra y 67 abstenciones, incluidas las de Unidas Podemos.

Nada más levantar la sesión la presidenta Merixtell Batet, los diputados han ido saliendo del hemiciclo. Entre los primeros en hacerlo ha estado Pedro Sánchez, que tras pasar unos minutos en las estancias del Gobierno, se ha subido al coche oficial y se ha marchado.

Esa actitud contrasta con lo sucedido el martes, tras la primera derrota parlamentaria de su candidatura, cuando se encerró con sus colaboradores más cercanos para preparar la nueva ofensiva de negociaciones con Podemos.

Sánchez se ha ido pronto, con una sonrisa congelada, pero al menos su marcha la han recogido las cámaras. En el caso de Podemos, tanto Pablo Iglesias como sus principales dirigentes han optado por ‘desaparecer’, por no salir por el patio y no enfrentarse a los periodistas.

Tristeza, enfado y pesimismo

La sensación que se ha extendido entre ministros de Sánchez y dirigentes del PSOE es de pesimismo, “tristeza” en palabras de una ministra, e indignación y enfado hacia Podemos y concretamente hacia el líder del partido morado.

“Pablo Iglesias se ha pegado un tiro en los pies”, resumía un veterano del Grupo Socialista. Consideran que tras esta sesión, Iglesias ha quedado en una posición muy difícil ante el electorado de izquierdas en caso de unas nuevas elecciones para el 10 de noviembre.

Además del enfado y resquemor hacia Iglesias, la conclusión compartida entre los socialistas es que tras lo vivido en estos días es my difícil, casi imposible, que el acuerdo que no ha llegado a rubricarse entre el PSOE y Podemos para un Gobierno de coalición se haga realidad en los dos meses que empiezan a contar ahora antes de la disolución automática de las Cortes.

Valerio, contra la propuesta de Iglesias

Uno de los ministros más buscados al acabar el pleno ha sido Magdalena Valerio. La ministra de Trabajo no ha dudado en desmontar y descalificar esa propuesta hecha por Iglesias en su discurso, de que si no era el Ministerio de Trabajo como tal, el PSOE sí admitiera entregar a Podemos el control sobre las políticas activas de empleo.

 

Valerio ha explicado con detalle que estas políticas están esencialmente transferidas a las comunidades autónomas, pese a cierta facultad de coordinación que mantiene el Servicio Público de Empleo Estatal.

Es por ello que antes de la votación otro ministro también despreció esa oferta, como algo sin sentido en el marco de la negociación sobre las áreas del Gobierno de España que se repartirían PSOE y Podemos en un acuerdo de coalición que por ahora no ha sido posible.

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