La policía francesa está aplicando cada vez más el principio de ‘persecución en caliente’ para permitir a agentes españoles detener delincuentes peligrosos al otro lado de la frontera

La colaboración entre la gendarmería francesa y la Guardia Civil se ha visto incrementada desde septiembre. Sobre todo, en el ámbito de las operaciones de las Patrullas Fiscales. La persecución 'en caliente' en la frontera es una de las prácticas que aplica la policía francesa desde que existen patrullas conjuntas.

Los gendarmes franceses y la Guardia Civil en el País Vasco llevan realizando patrullas conjuntas tanto en territorio español como francés desde septiembre una vez por semana. “Es muy bonito ver dos coches patrulla de diferentes países realizando las mismas tareas”, explican a El Confidencial Digital quienes conocen de cerca esta nueva iniciativa.

Según las mismas fuentes, estas patrullas, de momento, sólo están formadas por miembros de la Guardia Civil del País Vasco destinados en las denominadas como Patrullas Fiscales Territoriales. La colaboración se limita al intercambio de experiencias en el modo de proceder en las operaciones relacionadas con el contrabando; velar por el cumplimiento de la normativa fiscal y aduanera o las actuaciones contra la inmigración ilegal.

Aunque “las colaboraciones no han dado todavía frutos visibles”, explican, sí se percibido una “mayor colaboración si cabe entre la gendarmería y la Benemérita” que puede aplicarse a situaciones concretas. Las mismas fuentes indican que las ‘persecuciones en caliente' ya no suponen una traba policial.

Uno de estos ejemplos ocurrió en fechas recientes en la frontera entre España y Francia. Un ciudadano de origen argelino no atendió al alto de la Guardia Civil a bordo de su vehículo de gran cilindrada e intentó saltarse el control de fronteras, pero fue detenido por las hileras de pinchos. El sospechoso, ya en zona francesa, advirtió a los agentes españoles que no podía ser detenido por ellos. Sin embargo, ante la sorpresa del presunto delincuente, los gendarmes indicaron que se trataba de una persecución 'en caliente' y que correspondía resolver la situación a los compañeros españoles. El detenido llevaba varios kilos de droga. “Antes esto no ocurría así”, aseguran quienes han percibido la mejora en las relaciones.

 

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