El órdago final de Pablo Casado a los barones: “Si me echáis, diré que lo hacéis porque luchaba contra la corrupción”

La respuesta de Feijóo: “No puedo hacerme cargo de un partido en el que existan sospechas de que no se persigue a los corruptos”

Pablo Casado.
Pablo Casado.

Pablo Casado seguirá como presidente del PP hasta el congreso extraordinario de abril y se ha comprometido a no presentarse a la elección. La reunión de los barones el miércoles se alargó durante cuatro horas porque no conseguían ponerse de acuerdo sobre cuándo debía cesar Casado. Una amenaza del todavía presidente lo cambió todo.

Casado había protagonizado esa mañana su última intervención en el Congreso de los Diputados como líder de la oposición, en la sesión de control al Gobierno. Visiblemente emocionado, pronunció un discurso que era una despedida.

Después, y solo en presencia de sus más fieles en su despacho del Congreso, desveló su último deseo antes de dejar el cargo: Solo pido que me dejen llegar hasta el martes. Algo que logró finalmente en la reunión con los barones que se celebró horas después en Génova.

Despedirse con dignidad

Pablo Casado defendió ante los líderes territoriales que era justo que le permitiesen despedirse con toda dignidad, en la Junta Directiva Nacional del próximo martes. En efecto, en el orden del día está previsto un discurso del presidente nacional. 

Les confesó que el discurso que había pronunciado en la sesión de control al Gobierno en el Congreso buscaba precisamente trasladar el mensaje de que ya había aceptado su final y que se marchaba.

“No me voy a atrincherar en Génova”, insistió varias veces, pero ese compromiso no provocó que cesaran las peticiones de dimisión inmediata en cada una de las intervenciones.

El órdago de Pablo Casado

Entonces, según ha podido saber Confidencial Digital, por fuentes presentes en la reunión, cónclave, un órdago lanzado por Casado asustó a los líderes regionales que reclamaban su cabeza de forma inmediata. Lanzó la siguiente advertencia: “Si me echáis, diré que lo hacéis porque luchaba contra la corrupción”.

O dicho también de otro modo: “Tendréis que explicar que me echáis por luchar contra la corrupción”, en referencia, sin citarlo en ningún momento, a la investigación iniciada en Génova sobre el contrato del hermano de Isabel Díaz Ayuso. “Si por tratar de esclarecer presuntas irregularidades en el partido uno acaba así…”, dejó caer.

El mensaje fue entendido inmediatamente por los barones, que vieron la inconveniencia de que la salida de Casado pudiera interpretarse como que le echaban por luchar contra la corrupción dentro del partido. 

 

“Lo único que no quiero es salir por la puerta de atrás, porque no he hecho nada malo”, remachó.

El giro de Alberto Núñez Feijóo

Las fuentes a las que ha tenido ECD aseguran que el órdago de Casado provocó un giro en la reunión. El llamado a sucederle, Alberto Núñez Feijóo, que hasta el momento se había erigido como portavoz de los que exigían una dimisión inmediata, pidió calma al resto de sus compañeros.

En el caso del presidente andaluz, Juanma Moreno, se había quedado solo entre los dirigentes que pedían una salida digna para  el líder del PP

Tras la advertencia de Casado, Feijóo cambió su discurso, consciente de que el órdago comprometía el futuro del PP que él aspira ahora a liderar: “No puedo hacerme cargo de un partido en el que existan sospechas de que no se persigue la corrupción”, admitió. 

A partir de ese momento, fueron bajando fue bajando los decibelios de las peticiones de dimisión, y el cambio de postura fue clave para llegar al acuerdo final, que se dio a conocer tras la reunión, de permitir a Pablo Casado mantenerse en el cargo hasta el congreso extraordinario de abril a cambio de renunciar a presentarse como candidato para disputar la presidencia a Feijóo.

Una salida como la de Rajoy en 2018

Ahora, según las fuentes consultadas por ECD, la voluntad de Casado es poder anunciar solemnemente, el próximo martes, que abandona la presidencia del PP

Su hoja de ruta consiste en que el partido abra en ese momento un periodo de interinidad, pilotado por el presidente saliente, que concluya a principios del mes de abril con el congreso extraordinario, en el que se elija a un nuevo presidente mediante una votación en doble vuelta (primero afiliados y luego compromisarios) si hay más de un candidato. 

Los barones le han permitido proclamar ante la Junta Directiva Nacional que ha llegado el momento de poner el punto final, y destacar que el PP debe seguir bajo el liderazgo de otra persona.

Pablo Casado asumió la presidencia del PP en 2018, tras un congreso extraordinario que ganó a Soraya Sáenz de Santamaría.

Las sospechas desde el Gobierno

En plena crisis de liderazgo en el Partido Popular, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha puesto el foco sobre las acusaciones de irregularidades o corrupción cruzadas entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso

“Lo único que inquieta al Gobierno, desde el punto de vista de la calidad democrática, es que el PP sea incapaz de desprenderse de la corrupción”, advirtió hace unos días.

Denunció así que “esos mismos despachos que ya están sentenciados por corrupción” -en referencia a la sede del PP en Génova que Casado se comprometió a abandonar hace más de un año-, sigan estando ocupados por dirigentes que “no se desprenden de esa lacra de la corrupción, que lamina la calidad democrática del país”.

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