Bronca de Moncloa a Exteriores por no descubrir que el Brexit dejaba a España sin voz sobre Gibraltar

El secretario de Estado dio por bueno el texto sin leer la letra pequeña y provocó que Pedro Sánchez quedara en evidencia al afirmar que era un “acuerdo razonable”

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Pedro Sánchez y Josep Borrell.

En menos de una semana, el Gobierno ha cambiado radicalmente de opinión acerca del acuerdo por el Brexit sellado entre Reino Unido y la Comisión Europea. El pasado miércoles, el texto fue analizado en Exteriores y los expertos indicaron a Moncloa que todo estaba en orden, pero esa conclusión se demostró errónea apenas 48 horas después.

Según confirman al Confidencial Digital altos cargos gubernamentales, desde que se puso en marcha la negociación para el Brexit, el Ministerio de Asuntos Exteriores creó un equipo de expertos que transmitiera a Bruselas la posición de España y analizara las condiciones del acuerdo que se planteaban tanto desde Londres como desde la Comisión Europea.

Ese equipo de negociadores está integrado por otros altos cargos del Ministerio, entre los que destacan Carlos José Pascual Marco, director general de Integración y Coordinación de Asuntos Generales de la Unión Europea, y Raúl Fuentes, subdirector general de Asuntos Institucionales.

Los componentes de este grupo se mantuvieron en el puesto pese al cambio de Gobierno, aunque al frente del mismo se puso el nuevo secretario de Estado de Asuntos Europeos, Marco Aguiriano. Todos ellos se reunieron la semana pasada, una vez recibido el texto con el acuerdo final. Debían analizarlo, sacar las primeras conclusiones e informar al ministro, Josep Borrell, y también a Moncloa.

Una conclusión precipitada

Las fuentes contactadas por ECD explican que el análisis se hizo “de forma precipitada” y sin fijarse en la letra pequeña del texto enviado desde Bruselas: “Había que informar cuanto antes al gabinete de Presidencia sobre el acuerdo, y se corrió demasiado...”.

El equipo negociador de Exteriores llegó a la conclusión de que el acuerdo entre Reino Unido y la Comisión Europea era “bueno” y “aceptable” por parte de España. Y ese fue, precisamente, el mensaje que se envió tanto a Josep Borrell como al equipo de Pedro Sánchez.

Con ese análisis por parte del Ministerio, el presidente del Gobierno afirmó, el pasado jueves desde Guatemala, en un breve encuentro con los periodistas, que el pacto final sobre el Brexit era “razonable”. Un discurso que, apenas unos días después, se ha visto obligado a modificar nada más conocer que el acuerdo no era tan bueno como le decían en Exteriores.

Bronca de Moncloa a Exteriores

A esta conclusión, ya definitiva, se llegó el pasado viernes, después de que algunos especialistas ajenos al Ministerio alertaran, tanto en público como en privado, que la Comisión Europea no había cumplido con lo prometido a España.

Las miradas volvieron a dirigirse al equipo negociador de Exteriores que, después de hacer un análisis más pausado del documento enviado por Bruselas, confirmó los peores presagios: en el acuerdo sobre el Brexit, no se había incluido que España tendría siempre la última palabra en todo lo referente a Gibraltar.

 

Esa cláusula, anunciada hace meses por la Comisión Europea, no aparece en ningún lugar del texto. Como tampoco el compromiso de que, una vez confirmado el Brexit, sean España y Reino Unido, de forma coordinada, los que decidan sobre el futuro de la colonia.

El acuerdo, por tanto, dejó de ser “razonable” tanto para Exteriores como para La Moncloa, pero el daño a la imagen del presidente, que había afirmado justo lo contrario, ya estaba hecho. Una circunstancia que provocó una llamada airada del gabinete de Pedro Sánchez a las más altas instancias del Ministerio.

Según confirman a ECD las fuentes consultadas, el secretario de Estado de Asuntos Europeos, Marco Aguiriano, fue “fuertemente abroncado” por Moncloa, por haber pasado por alto algo tan trascendental, dentro del acuerdo del Brexit, como los derechos de España sobre Gibraltar.

Los responsables de política exterior del gabinete de Presidencia, con José Manuel Albares al frente, no podían entender un fallo de tal calibre por parte de los expertos del Ministerio, y se lo hicieron saber a Aguiriano: “No había justificación posible, ni siquiera que el equipo negociador fue heredado del anterior Gobierno; nadie se había encargado de la labor de supervisión”.

Borrell busca apoyos a la desesperada en Bruselas

Después de la fuerte discusión entre Moncloa y Exteriores, los gabinetes de Presidencia y del Ministerio dedicaron todo el fin de semana a diseñar una estrategia común para lograr que la Comisión Europea admita cambios al texto final del Brexit.

Se acordó lanzar el ultimátum que ya han hecho público tanto Pedro Sánchez como Josep Borrell, advirtiendo que España votará en contra del acuerdo si éste no se modifica hasta reconocer el derecho del Gobierno español a negociar con Reino Unido el futuro de Gibraltar. Además, también se planteó no acudir a la cumbre europea del próximo día 27.

La posición del Ejecutivo es de “absoluta firmeza” para lograr una modificación de última hora. Para ello, además de los avisos de Sánchez a Juncker y Tusk, Josep Borrell está aprovechando su estancia en Bruselas para buscar a la desesperada el apoyo de algunos aliados europeos a España en sus reivindicaciones sobre Gibraltar.

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