El pago de rescates por liberar a cooperantes enfada a los aliados de España en África. Han protestado argumentando que así financia los grupos terroristas

“Considérenlos libres, dado que nuestras condiciones se han cumplido”, aseguró a Mohamed Ould Hicham, líder del Movimiento para la Unidad y la Yihad en África Occidental (Muyao), los islamistas que mantuvieron secuestrados a los dos cooperantes españoles.

Estas palabras no han gustado nada a los gobiernos que cooperan con España en la zona. El Gobierno, a través de los servicios de inteligencia y de las redes diplomáticas, mantiene buenos contactos con socios estratégicos: Mauritania, Senegal o Burkina Faso. Ellos combaten a diario contra las redes islamistas, que son las que practican este tipo de secuestros y se oponen radicalmente a pagar rescates.

Según ha podido saber El Confidencial Digital, estos aliados estratégicos han transmitido quejas por el pago de rescates ‘españoles’. Su malestar se centra, precisamente, en el hecho de que estas cantidades económicas entregadas sirven a los grupos terroristas como una de sus principales fuentes de financiación.

Son los grupos de corte yihadista que se mueven por el Sahel quienes utilizan el dinero obtenido a través de estos rescates para sufragar sus gastos de armas y desplazamientos, añaden las fuentes consultadas por ECD.

El pago de rescates ‘españoles’ en el norte de África ha sido un tema abordado directamente por el Gobierno americano. El coordinador de la lucha antiterrorista del departamento de Estado de Obama dijo tras la liberación de Albert Vilalta, Roque Pascual y Alicia Gámez, a finales de 2010, que “es seguro decir (los secuestros) son la fuente de ingresos número uno para la financiación de Al Qaeda en esta región".

Sin citar concretamente a España, destacó que “hacer prevalecer una amplia aceptación en la política de concesiones cero por parte de los gobiernos ricos (respecto al pago de rescates) sería un buen punto de partida”.

“Los terroristas pueden matar rehenes, pero con el tiempo aprenderán que los países no pagan, y la frecuencia de los secuestros descenderá”. “No sólo es un problema de que estos grupos se conviertan en más poderosos”, agregó, “sino de que puedan pasar financiación a otras partes de la red de Al Qaeda”.

El Gobierno español, por su parte, guarda silencio absoluto sobre el pago de rescates. El ministro García-Margallo apeló a la discreción cuando fue preguntado por la cantidad económica que ha abonado España para liberar a los dos últimos cooperantes secuestrados: “En estos temas el Gobierno ha hecho lo que tenía que hacer”, apuntó en Moscú hace unos días.